Aragón se afianza como una de las comunidades con mayor productividad de España

El índice regional por hora trabajada crece por encima de la media nacional y es el séptimo más elevado del país

La especialización industrial de Aragón es una de las claves de la buena posición de Aragón en productividad.

La especialización industrial de Aragón es una de las claves de la buena posición de Aragón en productividad. / Josema Molina

Zaragoza

Aragón ha escrito en las últimas dos décadas una de las historias de éxito más destacadas dentro del panorama económico español. La diversificación productiva, el tirón de las exportaciones y el liderazgo en determinados sectores son algunas de las perlas que atesora. Otra materia menos conocida en la que ha progresado positivamente la comunidad es la de la productividad, un factor fundamental para el crecimiento económico y la mejora del bienestar social.

Los datos más recientes revelan un crecimiento del 18,9% en productividad por hora trabajada entre 2000 y 2022, superando claramente el promedio nacional, que se situó en el 15,3%. Así lo revela el Observatorio de Competitividad y Productividad de España (OPCE), impulsado por la Fundación BBVA y el Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas).

Este buen comportamiento ha permitido a Aragón escalar posiciones hasta ser la séptima comunidad más productiva, por detrás de Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra, Cantabria, Baleares y La Rioja, pero por delante de regiones con mayor peso económico como Cataluña. Este avance no es casual, sino el resultado de una combinación estratégica de factores que han convertido a la comunidad en un referente de eficiencia productiva.

La base del éxito se asienta sobre tres pilares fundamentales. En primer lugar, su especialización industrial en sectores de alto valor añadido, donde destacan la potente industria automovilística –con la planta de Stellantis en Figueruelas como buque insignia- y la logística. A esto se suma el peso de la agroalimentación, donde se sitúa como tercera comunidad en valor añadido.

El capital humano constituye el segundo pilar de este modelo. Con un 34% de trabajadores con estudios superiores -tres puntos por encima de la media nacional- y una tasa de contratación indefinida superior al promedio español, Aragón ha sabido construir una base laboral «cualificada y estable», destaca Matilde Mas, catedrática de la Universidad de Valencia y directora de Proyectos Internacionales del Ivie.

La apuesta por la cualificación se refleja en salarios más altos para puestos especializados, siguiendo lo que los expertos denominan la estrategia de high road o camino alto del crecimiento económico. Sin embargo, el diagnóstico no es completamente positivo. Cuando se analiza la productividad total de los factores (PTF), que mide la eficiencia más allá de los datos tradicionales de trabajo y capital, Aragón desciende hasta la undécima posición, con un retroceso del 2,7% en el citado periodo. Esta cifra, aunque mejor que la caída media nacional del 6,5%, revela carencias significativas en innovación y digitalización.

La oportunidad de los centros de datos

La brecha tecnológica se hace evidente al examinar indicadores como la inversión en tecnologías de la información (TIC), que en Aragón se sitúa por debajo de la media nacional con datos de 2022. No obstante, Mas considera que esta variable se corregirá con «la lluvia de millones» que ha caído en la comunidad con las inversiones ligadas a los centros de datos, que tendrán un impacto «positivo» en el futuro.

El otro aspecto en el que suspende es en la escasa penetración del teletrabajo, que apenas alcanza al 7,5% de los empleados frente al 9,8% nacional. «Aragón ha demostrado una notable capacidad para crecer basándose en el conocimiento y la especialización productiva, pero necesita dar un salto cualitativo en innovación para mantener su posición en el futuro», concluye. 

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