Aragón esquiva la llegada de fondos de inversión a las universidades privadas

Organizaciones como Jesuitas, Opus Dei y la Asociación Católica de Propagandistas, entre otras, son dueñas de un porcentaje significativo de estos centros, en un mercado donde ya reinan los inversores de riesgo

La Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid es parte de un fondo de inversión. | SERVIMEDIA

La Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid es parte de un fondo de inversión. | SERVIMEDIA

D. Ch.

Madrid / Zaragoza

En los últimos años, los fondos de capital privado han irrumpido en el sector de las universidades privadas en España, ahora en boga por la intención del Gobierno central de endurecer la proliferación de nuevas entidades mientras el Ejecutivo autonómico defiende su política de puerta abiertas. Hablamos de un mercado que genera una cifra de negocio de unos 3.700 millones de euros, que ha registrado importantes crecimientos en los últimos años y que está conformado por poco más de cuarenta instituciones, en su mayoría controladas por fundaciones o asociaciones vinculadas a la Iglesia católica y algunas de sus ramificaciones, como los Jesuitas o el Opus Dei. Los dos proyectos que han presentado sus planes para Aragón, con nuevos centros en Calatayud o Zaragoza, se libran por ahora de estos capitales de riesgo. Está por ver si la tercera propuesta de The Power University de Power MBA se acabará consolidando.

Aunque parezca lo contrario, la irrupción de los fondos en este negocio es relativamente reciente. Sin ir más lejos, Permira (accionista de eDreams), que compró la Europea de Madrid hace siete años, traspasó en abril de 2024 el 60% de la entidad al sueco EQT (antiguo dueño de Idealista).

No es la única megaoperación en los últimos años: CVC (accionista de Naturgy o la aceitera Deoleo) pagó 630 millones de euros por el 70% de la Universidad Alfonso X El Sabio en 2019 y Sofina y Portobello Capital (propietario de las gasolineras Plenoil o los supermercados Condis) adquirieron hace dos meses el 24% de Proeduca, el grupo de la Universidad Internacional de La Rioja, valorando la compañía en 1.400 millones.

Los fondos han visto una oportunidad en las universidades privadas. Guillermo Padilla, socio de Strategy & Value Creation de KPMG en España asegura que «el sector educativo privado español está aún fragmentado y eso da espacio a formar grupos con ofertas más completas en todas las áreas de estudio, incrementar la eficiencia a través de un modelo más profesional y sofisticado y crear marcas reconocidas y de prestigio». Y añade: «es un mercado con capacidad de crecimiento y de diversificación, es resistente a los ciclos económicos, puede aportar innovación y tecnología para transformar la experiencia de los alumnos y diferenciarse y tiene potencial de internacionalizarse con operaciones en otros países, atrayendo estudiantes extranjeros».

Un negocio de 3.700 millones de euros

Según el Observatorio Sectorial DBK, elaborado por la empresa estatal Informa, el conjunto de las universidades privadas y escuelas de negocios registraron una cifra de negocio en 2023 de 3.700 millones de euros, después de registrar crecimientos por encima del doble dígito en los últimos dos años.

 Sin embargo, su facturación supone solo de un tercio del dinero que mueve otro negocio similar, el de los colegios privados, con un volumen de negocio acumulado de 13.650 millones en el curso 2022/2023. Las fuentes consultadas explican que se trata de un mercado que exige a los gestores una gran especialización, pero que maneja unos márgenes muy altos. La forma de crear valor y obtener retorno para los fondos es crecer de forma orgánica, incrementando la oferta académica con nuevas titulaciones, e inorgánica, según Padilla.

El mercado de la educación privada en España está controlado en su mayoría, aunque no de forma monopolística, por tres grupos de influencia de la Iglesia católica. Por un lado, están los Jesuitas, uno de los pioneros de la educación en España. Esta orden está detrás de universidades como la Pontificia de Comillas en Madrid, Deusto en País Vasco, Loyola en Andalucía o ESADE en Cataluña. El segundo grupo son las instituciones en manos del Opus Dei, principalmente la Universidad de Navarra y la Universitat Internacional de Catalunya. Por último está la Asociación Católica de Propagandistas, que controla a través de la Fundación Universitaria San Pablo CEU la propia Universidad CEU San Pablo (Madrid), Universidad CEU Cardenal Herrera (Comunidad Valenciana), la Universitat Abat Oliba CEU (Cataluña) o Universidad Fernando III (Andalucía).

No son las únicas facciones dentro de la Iglesia en la educación superior privada. También está presente la congregación de los Legionarios de Cristo, titulares de la Universidad Francisco de Vitoria; el Arzobispado de Valencia, dueño de la Católica de Valencia; la Conferencia Episcopal, que controla la Universidad Pontificia de Salamanca; los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, congregación detrás de la fundación propietaria de ESIC University, y el instituto secular de los Cruzados de Santa María, vinculado a la Católica de Ávila. Tres fundaciones próximas al Opus Dei, pero que no pertenecen a la prelatura, impulsan la Universidad Villanueva. En Zaragoza, la Universidad San Jorge está vinculada a la fundación diocesana San Valero, que inició su actividad educativa en 1953.

El control de la Iglesia

Hay otro grupo de entidades que están en manos de fundaciones o asociaciones laicas y otras están vinculadas a familias. Este último caso es el de la Universidad Camilo José Cela, propiedad de un grupo educativo de la familia Segovia, SEK Education, dueño de varios colegios privados. También está el Grupo Planeta, de los Lara, titular de la Universidad Internacional de la Empresa, o IE University, que recibirá la clasificación de universidad y que está participada por la familia Del Alcázar.

Entre las asociaciones y fundaciones propietarias destaca la Asociación Española de Banca, que está detrás de CUNEF;_ la Fundación Universitaria San Antonio, dueña de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, y la Universidad Ramón Llull, que es de una fundación. Hay otro grupo con fórmulas diversas de propiedad, como la Mondragón Universitatea, del País Vasco, que es de una cooperativa, o la Universitat Oberta de Catalunya, aunque respaldada por la Fundació para la Universtat Oberta, es de propiedad pública y de gestión privada, al igual que la de Vic. 

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