La contracrónica del Día de Aragón | Discursos políticos, ofertas turísticas, vermús prohibidos

Cinco discursos, cinco Aragón y decenas de visiones de un día para el recuerdo –como cada año– descafeinado por la muerte del Papa. El respeto al Sumo Pontífice, la bandera a media asta y el minuto de silencio marcaron el arranque de una cita que acabó por los cerros de casi siempre: debate político, críticas cruzadas y vermú, discreto, fuera de las murallas de La Aljafería. 

Izaron a media la bandera de Aragón dos niños gitanos, para celebrar la llegada del pueblo a España hace ya seis siglos. Costó, porque el punto medio no es el mismo para todos, pero se cumplió la misión. La marcha de los Reyes Católicos, que marca el inicio de todos los 23A, daba vueltas en el tocadiscos mientras Jorge Azcón, Marta Fernández y Concepción Gimeno tomaban asiento.

La interpretación del himno de Aragón por parte de la Banda de Gaitas de Boto Aragonesas gustó a propios («muy bien, muy bien» se decían los miembros de la banda) y a extraños, aplaudiendo a cubierto de un sol que calentaba la espalda de las últimas filas. La gaita de boto y la percusión interpretó también El palacio de la alegría, homenaje a la fortificación que hoy es sede del Parlamento autonómico. 

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No era malo el ambiente político entre todos los colores. Unido se mostró el PSOE, con Pilar Alegría como faro. Las caras más reconocidas de la nueva Ejecutiva arroparon a la ministra en su primera visita a La Aljafería como secretaria general del PSOE Aragón. Nuevos tiempos en los que exhibir unidad. 

Más velocidad tuvieron los ojos de muchos, de tantas vueltas que dieron, al escuchar el discurso de Marta Fernández. Tiene la presidenta de las Cortes la capacidad, y la intención, de saltar por encima del cargo institucional de segunda máxima autoridad de Aragón profundizar y lucir más su papel de diputada de Vox.

Quizá del papel de cada uno en la función hablaron Azcón y Fernández al terminar el acto. Con la excusa de la presidenta de las Cortes, la plana mayor de Vox en la comunidad rodearon al presidente autonómico, con Octavio López como escudero. Los diputados autonómicos, el diputado nacional Pedro Fernández y rostros conocidos de los pasillos ultraderechistas conformaron ese pequeño cónclave en torno al presidente. ¿Tono del discurso? ¿El no presupuesto? La conversación entre las dos derechas fluye cuando los micrófonos se apagan, mientras la alarma del reloj chilla «inminente» porque el plazo para firmar las cuentas se acaba. Los presupuestos casi saben a verano. 

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En las vacaciones si no hay cuentas habrá Goya. Todo el que se quiera y todo el que ofertó, también, Fernández. Orgullosa de los registros culturales de La Aljafería (100.000 personas se han acercado a ver la obra del genio de Fuendetodos), la presidenta del Parlamento autonómico aprovechó para vender la muestra en su discurso. Mejor la propuesta cultural que el exabrupto político, pregunten por ahí. 

Amado Franco y Jorge Azcón se entendieron en sus discursos, de tono calmado y retrato autonómico. De cercanía y defensa autonomista en sus márgenes habituales. 

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El himno de España, apéndice acoplado al Día de Aragón en los últimos tiempos, fue el campanazo final. Aplausos, muchas fotografías, besos y abrazos e invitaciones. «¿Vamos a tomar vermú o qué?». Había luto, pero las terrazas y el sol hacen que la procesión vaya por dentro.