Cuatro presidentes para transformar Aragón en un cuarto de siglo

El último cuarto de siglo ha "transformado" Aragón. La comunidad autónoma no es la misma este 2025 que en el recién estrenado siglo XXI: la llegada de las competencias de los servicios básicos, la Expo de 2008, la crisis financiera, la pandemia del coronavirus y la crisis posterior dibujan los grandes retos que ha superado la comunidad y que la han cambiado hasta el día de hoy.

Pero no solo por el paso del tiempo, sino por el ensanchamiento del Estado autonómico, el crecimiento económico y el desarrollo social, que han limado en parte las diferencias entre el medio rural y el urbano, sin lograr la ansiada "autonomía plena" por la que se clamaba en los años 90, ni un trato preeminente por parte del Gobierno central.

Para reflexionar sobre la evolución de Aragón en estos últimos cinco lustros, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ha reunido a los presidentes de este periodo, dos socialistas y dos populares, en una cita única en el Pignatelli. Marcelino Iglesias (1999-2011), Luisa Fernanda Rudi (2011-2015), Javier Lambán (2015-2023) y Jorge Azcón (2023-actualidad) confrontan sus ideas en un ejercicio de alta política, donde reconocer los logros de los demás y arrimar el hombro ante los desafíos no parece política ficción.

Un "salto importante a nivel económico y político", la "consolidación del Estado autonómico", la "transformación de una comunidad política milenaria en una comunidad autónoma referencial en España" y la fusión, "más que nunca, de Aragón con Europa", son los titulares que Iglesias, Rudi, Lambán y Azcón lanzaron sobre el cambio que ha sufrido Aragón en estos 25 años. Los presidentes, reunidos en la Sala de Columnas del Pignatelli, espacio solemne para los grandes anuncios de todos sus gobiernos, repasaron las particularidades que han hecho crecer a Aragón.

La pujanza económica

La única mujer que ha ostentado la Presidencia recordó que "el tejido industrial en Aragón siempre ha estado por encima de la media en España", lo que ha empujado "el empleo y la economía" por encima de la media nacional, también en la crisis de 2008 que le tocó gestionar.

Ahora, apostilló Lambán, los aragoneses han conseguido "desplegar todos sus recursos naturales" y darle alas a sectores como la logística, que han marcado un antes y un después en el desarrollo de Aragón. De la mano del desarrollo de la Inteligencia Artificial, consideró Azcón, "la comunidad será un referente" en España y en Europa.

Los líderes autonómicos no dudaron al ser preguntados por los logros de sus predecesores o sucesores. Hubo consenso en que Rudi tuvo que gestionar "el periodo de mayor dificultad"; y todos celebraron el éxito de la consolidación de las grandes competencias en la época de Iglesias.

"Fue realmente el gran cambio en la comunidad autónoma", dijo Rudi. Iglesias reconoció que el "cisne negro" de Lambán fue la pandemia, "que no fue cosa menor porque hubo decisiones muy difíciles que tomar", y la popular destacó del político ejeano "su capacidad de aguante y decisión política de seguir dedicándose a esta tierra" a pesar de las dificultades y su enfermedad.

Para Azcón, apenas estrenado en el cargo si se compara con las trayectorias de sus predecesores, algunos vislumbraron que ese cisne negro podría venir por los vaivenes de la política internacional, el boom de los centros de datos o las dificultades de gobernar con un Parlamento polarizado y pendiente de Vox. Todos le desearon éxito en esta etapa.

En estos 25 años, Aragón ha conseguido el logro de convertirse en una economía exportadora, con mejores datos macro que la media española, y ha mantenido su halo de comunidad pactista a pesar del surgimiento de populismos de uno y otro lado. El peso de la historia no se puede desdeñar.

Tanto que en el debate sobre los grandes pactos entre el PP y el PSOE, los cuatro presidentes reconocieron que estrenar un modelo de gran coalición en Aragón, y sobre todo, en España, podría ser beneficioso "para todos". Los extremismos, comentó Lambán, "han hecho que, desde 2015, en España no haya habido una gobernanza merecedora de ese nombre y los grandes retos están por afrontar".

Iglesias y Rudi reeditaron, incluso, un desencuentro de altos vuelos. Pese a tratarse de un encuentro para analizar la realidad aragonesa, la debilidad parlamentaria del Gobierno de España y el juego de equilibrios con los partidos independentistas catalanes en asuntos tan destacados como la financiación o la quita de la deuda, se colaron en la conversación.

Mientras el socialista consideró que "la sociedad está tranquila" pese a las duras críticas que recibe Pedro Sánchez, Rudi criticó con dureza sus pactos. "¿Cuántos jirones nos dejaremos por el camino por las cesiones a los independentistas? Esto dejará huella y cicatriz, y se están rozando límites que no pensé que nunca se rozarían en España", denunció la popular.

En similares términos, Lambán llamó a "desterrar" la "búsqueda del poder a cualquier precio" y Azcón subrayó que "los mayores avances del país y de la comunidad han venido de la mano del consenso". Un consenso que por ahora no se encuentra respecto de la reforma de la financiación autonómica, ese gran caballo de batalla que ha acompañado a los cuatro presidentes en sus distintas legislaturas.

Una mirada al futuro

Analizar los 25 años más recientes de la historia de Aragón obliga, inevitablemente, a enfrentarse a los siguientes tiempos que llegarán a la comunidad. El presidente Azcón defendió la importancia de "la tecnología y la diferenciación" y defendió "la transformación" que la comunidad está viviendo en la actualidad impulsada por los grandes proyectos, muchos asociados a las nuevas tecnologías.

Lambán ve "espléndido" el tiempo que se abre para Aragón. En un alegato más emocional, el socialista llamó a "confiar en nosotros mismos" y a reclamar "un mayor orgullo aragonés" para ese futuro. "Debemos tener voz propia", reflexionó Lambán, que ligó el futuro de Aragón al de España: "No nos podemos desentender de la gobernanza del país ni de los asuntos que implican a todo el Estado".

Luisa Fernanda Rudi advirtió de que "Aragón tendrá el futuro que sepamos construir los aragoneses". Haciendo partícipes a los ciudadanos y no fiándolo a los vaivenes exteriores, reclamó "ambición" a todos los actores y llamó también a que los líderes y la sociedad de la comunidad "influyan en el debate y en la política nacional".

Marcelino Iglesias también se mostró "optimista" ante el desafío del futuro, pero abrió más el mapa. "Nadie sabe lo que va a suceder", comentó cauto el socialista, en referencia a la escalada de la industria de la Defensa o al contexto arancelario impuesto por el presidente Trump, y señaló que el trabajo en el territorio no lo es todo: "Dependemos de todo lo que sucede en Europa y en el mundo".

Aragón, comunidad milenaria, mira al futuro tras este primer cuarto del siglo XXI con más empleo que nunca y unos servicios públicos sólidos. El anhelo continúa por ganar "influencia" en España, pese a ser menos en número, por aportar talento, estabilidad y visión al proyecto común del país.