Endef, la ingeniería que pone el sol en las manos (y el bolsillo) de los aragoneses

Aragón es tierra de energía. Y no solo por su enorme potencial para la producción de electricidad con renovables, sino también por el rico e innovador tejido empresarial que atesora en este sector. Uno de los casos de éxito de este ecosistema es Endef, la ingeniería energética que ha liderado el despliegue del autoconsumo fotovoltaico en la comunidad. Con más de 500 tejados solares instalados en casas, naves, granjas o edificios públicos, la joven compañía zaragozana ha demostrado cómo la energía del sol puede ponerse en las manos de las personas y las pymes. Y de paso, en sus bolsillos por el retorno económico que se consigue a la larga con estos sistemas. 

Ese es la misión y vocación de una empresa que dio los primeros pasos hace ahora 13 años. Hoy, bajo la batuta de Isabel Guedea y Gonzalo Brun, dos de los socios fundadores, brilla con luz proa. Sigue una línea ascendente, tanto en plantilla como proyectos, y acaba de estrenar nueva sede en el polígono de la Ciudad del Transporte de Zaragoza. Escala así un nuevo peldaño en su trayectoria, una historia de emprendimiento que aúna innovación y compromiso social.

Todo comenzó en 2012 en un local del barrio de Las Fuentes. Allí nació Endef, con un enfoque inicial centrado en la investigación, el desarrollo y la innovación. La aventura empresarial partió de tres jóvenes ingenieros de la Universidad de Zaragoza –uno de ellos ya desvinculado del proyecto– que decidieron dar rienda suelta a su pasión por las energías renovables con el propósito de crear soluciones novedosas y eficientes. Su gran apuesta fueron los paneles solares híbridos –que generan simultáneamente electricidad y energía térmica–, una tecnología donde lograron patentar su propio modelo (Ecomesh).

Gracias a este producto les llovieron los reconocimientos, el mayor de ellos del fondo de emprendedores de Repsol, que seleccionó su proyecto en la segunda edición de este programa, allá por 2014, todo un revulsivo en esos primeros años. Desde entonces, la empresa ha seguido cosechando múltiples premios, pero sin que el éxito se le haya subido a la cabeza. Ha sabido evolucionar desde una exitosa startup fundada por estudiantes a una pyme con los pies en la tierra, sostenible financieramente y con productos y servicios adaptados a las necesidades de los diferentes públicos.

Endef he ejecutado más de 500 instalaciones fotovoltaicas en viviendas, naves, empresas, granjas o edificios públicos de Aragón, donde es líder en autoconsumo residencial

En un contexto donde la transición energética se ha convertido en una prioridad global, Endef se ha posicionado como un referente en soluciones en energía solar distribuida y autoconsumo en Aragón, especialmente para el sector residencial y empresarial. Se trata de un mercado donde la compañía supo identificar su nicho, siempre con el objetivo de empoderar a hogares y empresas con energía local, limpia y sostenible. «Tomamos un camino y nos subimos pronto al carro de la fotovoltaica. Vimos que había potencial, que iba a llegar a las personas», explica Isabel Guedea, CEO de la empresa.

En este tiempo, el autoconsumo ha pasado por diferentes escenarios y vicisitudes no siempre fáciles. «En nuestros inicios, prácticamente nadie hablaba de autoconsumo. Muy poca gente se aventuraba a ponerse placas», recuerda. Luego vino el llamado impuesto al sol en 2015, que «hizo mucho daño al sector y paralizó todo lo que estaba arrancando». Tan solo se demandaban instalaciones aisladas, pero el real decreto 244 de 2019 cambió la tornas y abrió un marco regulatorio que impulsó definitivamente esta tecnología a nivel autonómico y nacional.

La gran ola del autoconsumo

La explosión de este tipo de instalaciones se produjo en 2022 y 2023, impulsado por la crisis energética desatada por la invasión rusa sobre Ucrania, que disparó el precio de la electricidad. Endef supo aprovechar esa ola gracias a la experiencia y el trabajo acumulados en los años previos a nivel industrial y de ingeniería. 

Endef ha seguido un crecimiento orgánico ordenado hasta contar hoy con 22 empleados y una facturación que ronda los 2 millones de euros. Recientemente, ha estrenada su nueva sede, una nave de 1.250 metros cuadrados situada en la Ciudad del Transporte, que ha sido adquirida en propiedad por la empresa, lo que consolida sus operaciones.

Transformación comunitaria

Aunque el mercado en que se mueve se ha estabilizado tras el fin de algunas ayudas públicas, la empresa mantiene una elevada cartera de proyectos y sigue viendo oportunidades. «España llegó tarde al autoconsumo. Alemania nos sigue quintuplica en instalaciones. Aquí aún hay un potencial enorme, pero falta seguridad regulatoria y cultura energética», señala la consejera delegada. «La gente desconfía porque recuerda aún el impuesto al sol o no entiende bien su factura eléctrica y, por tanto, no sabe qué parte puede ahorrar», lamenta. De ahí, que la labor pedagógica y divulgadora sea otra de las prioridades de la compañía.

La compañía combina innovación y compromiso con el territorio, donde abandera el impulso de las comunidades energéticas para ayudar a empoderar a los pueblos y los vecinos

Precisamente, uno de los grandes pilares de Endef es hoy su trabajo para el impulso y promoción de las comunidades energéticas, un modelo que permite a pueblos y vecinos generar y gestionar su propia energía. «En Aragón, con tanto territorio rural, son un motor de desarrollo», destaca. La empresa está catalogada como Oficina de Transformación Comunitaria (OTC), un programa del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) que tiene como objetivo fomentar la creación y desarrollo de este tipo de entidades a nivel local. 

A través de esta iniciativa, Endef ha ayudado ya a la creación de seis comunidades energéticas –en Mozota, Peñaflor, María de Huerva, Bueña, Alcorisa y La Cartuja– y cuenta con otras seis que están a punto de constituirse –en Masegoso, Mosqueruela, Used, El Pobo de Dueñas, Allepuz, Valdealgorfa y Juslibol–.

«Son proyectos pequeños en números, pero con un impacto enorme: ahorro económico, cohesión social y transición ecológica», explica Gonzalo Brun, director de Tecnología (CTO) de Endef, que fue además la empresa que instaló la primera comunidad energética de Aragón, en Luco de Jiloca (Teruel). En este sentido, critica las trabas administrativas a las que suelen enfrentarse, sobre todo de las distribuidoras eléctricas, que tardan hasta 18 meses en legalizar instalaciones colectivas, lo que desincentiva la inversión.

Un actor destacado del ecosistema innovador

Endef tiene hoy un triple campo de acción. Por un lado, es una ingeniería energética especializada en proyectos fotovoltaicos tanto para empresas, como comunidades de vecinos, ayuntamientos y administraciones públicas. Por otro lado, también ejerce de empresa instaladora, realizando las instalaciones con personal propio, lo que le garantiza calidad y cercanía en sus proyectos, que ejecuta principalmente en Aragón, aunque su asesoría tiene alcance nacional. La tercera pata es su potente departamento de I+D+i, con el que se ha reivindicado como un actor relevante de todo el ecosistema innovador de Aragón. 

Prueba de ello es que, pese a su pequeño tamaño, es la sexta entidad y la primera empresa que más proyectos de investigación del ámbito energético ha desarrollado en la última década con financiación pública –fundamentalmente europea–, solo por detrás de centros tecnológicos (Circe, ITA o Aitiip) y la Universidad de Zaragoza. En total, 14 iniciativas para las que ha logrado captar 2,8 millones en el periodo 2014-2023, según recoge un reciente estudio elaborado por el Gobierno de Aragón.

Este logro no es por casualidad. Es fruto de la materia gris con que cuenta en su capital humano, un equipo de profesionales con cuatro científicos doctorados en sus filas, de los que tres son mujeres. Talento femenino con el que Endef rompe con los estereotipos y sesgos que suelen darse en un sector muy masculinizado.

Su apuesta de futuro pasa por seguir creciendo de forma sostenible, sin inversores externos, y consolidarse como referente en autoconsumo, con el foco puesto en la integración de los sistemas de baterías, que garantizan el suministro en zonas con cortes eléctricos. «Queremos que la energía solar no sea solo para grandes empresas, sino una herramienta de empoderamiento ciudadano», concluyen. Endef demuestra que la transición energética no es solo tecnología y macro renovables, sino también innovación social y autoconsumo. Aragón tiene en esta empresa una palanca para liderar ese cambio.