El sector de la pesca en Aragón exhibe juventud y espera un récord de licencias
La federación deportiva aragonesa apuesta por regresar a las 60.000 licencias de 2019 gracias a sus 14.000 aficionados por debajo de los 35 años

Pescadores en la orilla del pantano de Mequinenza, este fin de semana. / Fapyc

El sector de la pesca en Aragón está viviendo un constante crecimiento desde los años de la pandemia. Sin llegar a las cifras de hace una década, los aficionados están experimentando un significativo relevo generacional impulsado por la mejora de los cotos, los beneficios psicológicos de su práctica y la internacionalización de las competiciones. El pasado 2024 se cerró con 55.586 licencias activas en la comunidad, una cifra que la Federación Aragonesa de Pesca y Cásting (Fapyc) espera superar a lo largo de la presente temporada. Además, recuerdan que cuentan con más de 13.790 aficionados con permiso por debajo de los 35 años, una garantía de nuevos aficionados que la caza está lejos de conseguir.
El presidente de la federación, José Antonio Rodríguez, pone como ejemplo de este buen momento las buenas cifras de la propia entidad, que espera superar los 5.000 inscritos antes de final de año. «Desde la pandemia hemos entrado en un bueno momento, sobre todo por lo que tiene que ver con el contacto con la naturaleza», señala. En este sentido, explica que la mayor parte de las capturas se realizan con el menor daño posible para el animal y que siempre terminan con la suelta del pez. «Estamos ante un sector que respeta mucho el medio ambiente», considera.
El Gobierno de Aragón también ha detectado este auge del deporte y está intentando poner cifras a su impacto económico. La dirección general de Medio Natural, Caza y Pesca, en colaboración con la propia federación, ha encargado un estudio pormenorizado para evaluar la importancia socioeconómica de la pesca deportiva y recreativa en la comunidad. Por el momento han remitido una encuesta que ya han contestado más de 1.700 aficionados. «Vemos que es una afición cada vez más habitual, con todas las repercusiones que eso tiene para el territorio», expresa el director general, Alfonso Calvo.
Los datos indican que se va a más y desde el Ejecutivo se defiende que hay margen de crecimiento suficiente. En este sentido destacan dos líneas maestras del departamento, cuidando la repoblación de la trucha autóctona para garantizar la diversidad de los ecosistemas pirenaicos, así como en la zona de Albarracín o el Jalón. Esto se completa con censos piscícolas para garantizar «una pesca sostenible y responsable» y con censos sanitarios para prevenir la expansión de enfermedades.
La pesca de ciprínidos (como la carpa, el lucio o la perca) habituales en los grandes embalse se desarrolla a lo largo de todo el año, pero el comienzo de la temporada de los salmónidos a finales de marzo obliga a intensificar la vigilancia. «Aragón es un lugar privilegiado, pero tenemos que actuar con prudencia», señala Calvo. En este sentido, este año se ha regulado de forma más estricta el uso de determinados cebos artificiales y restringidos los naturales que no formen parte de la fauna autóctona.
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