Los más de 4.000 viajeros atrapados en trenes en Aragón regresan en buses a sus destinos

Más de 4.000 pasajeros de los trenes de alta velocidad y media distancia se han quedado tirados en mitad de los trayectos mientras Adif ha suspendido todos los viajes hasta este martes. Los que lo necesiten pueden pernoctar en la estación de Delicias

Viajeros ante las ventanillas de información de Renfe en la estación de Delicias de Zaragoza, este lunes.

Viajeros ante las ventanillas de información de Renfe en la estación de Delicias de Zaragoza, este lunes. / Miguel Ángel Gracia

David Chic

David Chic

Zaragoza

Los más de 4.000 viajeros que han estado durante todo el día atrapados en los trenes en el territorio de Aragón han regresado en autobuses o remolcados a lo largo de la tarde. Estas personas han vivido momentos de tensión al quedar las líneas sin suministro eléctrico. Según ha informado el Gobieron de Aragón las 1.700 personas que se encontraban en Calatayud emprenderán el viaje hasta Zaragoza en 32 autobuses. También se han puesto a disposición de los 305 pasajeros afectados por la parada de un tren en Zaidín, en colaboración con la DPH, un total de 6 autobuses. Otras 500 personas que permanecían en Alhama de Aragón también van a ser trasladadas a la capital aragonesa en autobuses privados con apoyo de medios de la UME.

Además, 1.800 pasajeros correspondientes a dos trenes de Alta Velocidad detenidos en mitad de su trayecto serán remolcados hasta la estación de Zaragoza Delicias (el primero, a las 21.30 y el segundo, en torno a las 23.00).

Esta ha sido la mayor complicación vivida en la comunidad que a las dos del mediodía ha marcado un cambio en el estado de ánimo de los viajeros de la inquietud a la certeza con el desalojo de la estación de Delicias, habilitada durante la noche para las personas que necesiten pernoctar. Lo mismo ha sucedido en el resto de las infraestructuras de Adif de la comunidad. Aunque eso sí, a partir de ahí han comenzado los problemas logísticos para reordenar viajes, buscar alojamientos y resignarse a perder citas. Algunos se lo han tomado con humor: "Pues nos tendremos que mover en patinete", bromeaba un jubilado con su mujer. Su destino era Huesca. Al menos hasta el martes no se va a restablecer la circulación de trenes de alta velocidad y media distancia. Por contra, los servicios de autobuses han funcionado con relativa normalidad hasta la vuelta del suministro.

Antes del desalojo en la estación de Delicias las pantallas con los horarios, retrasos e incidencias, que funcionan gracias a una red interna y de forma automatizada, han ofrecido desde el momento una información falsa que los viajeros se han empeñado en consultar como único modo de aferrarse a la esperanza, pese a la certeza de que todo el sistema estaba colapsado.

Los servicios de emergencia de la comunidad también han prestado ayuda a los usuarios de los AVE detenidos en Plasencia (alrededor de 900 personas) y en los trenes convencionales parados en Mallén (107), Luceni (160) y Chiprana (25). Una imagen que se ha repetido en todo el país.

Mientras se sucedía, el servicio de megafonía advertía: "Por causas ajenas a Adif el servicio se encuentra interrumpido, permanezcan atentos a las indicaciones del personal". Excepto alguna reclamación airosa en las ventanillas de Renfe, no se han producido conatos de rebelión. "He venido esta mañana por trabajo a Zaragoza a entregar un coche, ahora mi única forma de volver es por tren, estoy buscando alternativas en Blablacar o lo que sea posible", indica Rod Delatorre. En su cuenta de X el ministro Óscar Puente ha indicado que desde esta tarde mantendrá abierta la estación de Delicias para "facilitar que las personas que tengan que coger un tren y no tengan otra posibilidad para pasar la noche puedan hacerlo allí".

A pocos metros, en la terminal de buses las cosas eran distintas. A pesar del caos semafórico de las capitales, los servicios han podido cumplir con los horarios. Y se podían vender billetes entre aquellos que tenían dinero en efectivo. "Nos dicen que vamos a salir en hora, pero me da un poco de miedo subir viendo cómo están las cosas por todos los lados, la verdad no sé qué hacer", indicaba Cristina González, con destino a Jaca.

Para otras personas el perjuicio de quedarse sin billete de tren y la falta de información ha sido más doloroso. Es el caso de una Navarra que tenía que llegar a Barcelona donde está su marido ingresado en un hospital. "He vuelto a casa durante el fin de semana y ahora es imposible regresar", lamentaba.

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