Las copiosas lluvias 'desbordan' ilusión entre los empresarios de aguas bravas de Aragón
Varias entidades de Alquézar y de Murillo de Gállego coinciden en que las abundantes precipitaciones de esta primavera garantizan el desarrollo de actividades de barranquismo y rafting hasta el final del verano

A la izquierda, varios grupos descienden por el RÍO Gállego, a su paso por los Mallos de Riglos. / REBECA CARDENAS | UR PIRINEOS
A. Tremul
Hay deportes, como el fútbol, en los que basta un balón para dar las primeras patadas y estrenar el casillero de goles. Pero la iniciación en otros deportes requiere de que ciertos factores externos garanticen el desarrollo de la actividad, tal y como sucede con los deportes de invierno o con los deportes acuáticos, pues sin nieve no hay esquí y, sin agua, tampoco hay barranquismo ni kayak ni otros derivados. Pero, este año, ni en el Pirineo oscense ni en el Prepirineo miran con preocupación al cielo, ya que las abundantes precipitaciones de este invierno y de esta primavera han garantizado un caudal suficiente para iniciarse en aquellas actividades acuáticas en las que también se sumergirán, como todos los años, aquellos deportistas más experimentados. «Por fin tenemos un año en el que hay mucha agua», cuenta aliviado en declaraciones a este diario Enrique Láinez, gerente de Guías Boira, una empresa de deportes de aventura cuya sede radica en Alquézar (Huesca).
En el caso de su centro deportivo, dieron el pistoletazo de salida a esta nueva temporada en Semana Santa y, desde entonces, han trabajado «casi a diario» a pesar de que los barrancos de primavera todavía bajan con «exceso de caudal» porque ha llovido «muchísimo». «Llevábamos una tendencia de inviernos en los que no nevaba mucho y de primaveras muy secas, y eso es muy preocupante para nosotros. Este año vamos a aguantar bien toda la temporada de barranco hasta el final del verano porque ha sido un invierno de nieves tardías, lo que es un indicativo muy bueno para los ríos», explica Láinez sobre las buenas nuevas de estas abundantes precipitaciones que ayudarán a «descentralizar» la temporada alta y servirán como reclamo para el turismo extranjero, como es el caso de esos franceses que ya no llegaban «tanto como antes» hasta tierras altoaragonesas.
«En la Sierra de Guara hay mucha diversidad de barrancos y, como en Semana Santa iban crecidos de caudal, vamos jugando con eso. Sí que había más gente de turismo rural que de actividad porque a la gente le cuesta todavía meterse en el agua, pero poco a poco ya se están empezando a hacer los barrancos acuáticos... Este año se tiene que correr la voz de cómo tenemos la Sierra de Guara y el Pirineo», reflexiona Láinez.
"Momentos excepcionales"
Con él coinciden otros compañeros del sector del deporte de aventura, entre ellos, Gustavo Ortas, socio de UR Pirineos, con sede en Murillo de Gállego (Huesca). «La temporada se plantea muy bien porque venimos de momentos excepcionales con nieve y con los pantanos bastante llenos, lo que garantiza que en temporada alta se realicen las actividades. Hace tiempo que no empezábamos en unos niveles tan bueno de condiciones hídricas», sostiene Ortas en alusión a una campaña a la que dieron comienzo el pasado 15 de marzo.

Actividades acuáticas en el entorno de Murillo de Gállego. / JORGE OLIVÁN | RIVER GURU
Y es que, en su caso, la «actividad tractora» de su empresa es «fundamentalmente» el rafting, por lo que de este modo también ve «garantizados» los puestos de trabajo a lo largo de la temporada: una media anual de diez empleos que fluctúa entre los tres de temporada baja y los quince de temporada alta. «Están siendo unas semanas inestables por los grandes caudales de agua, pero estas precipitaciones aseguran al cliente de verano. Tenemos una primavera espectacular, estos niveles no implican una mayor peligrosidad y se puede disfrutar al 100%», remacha este empresario.
Y desde Murillo de Gállego también andan muy contentos en el seno de River Guru. «Hemos empezado con optimismo porque hay agua, hay reservas y la gente está preguntando muchísimo. Va a ser raro que no llueva ni gota, así que va a ser un año tranquilo. Hace dos años por estas fechas ya se estaba pensando en restricciones y ahora los aliviaderos llevan abiertos desde hace meses», relata Fermín Pérez, gerente de la entidad. «El año pasado ya fue una buena temporada y este año parece que será mejor. Tener agua nos da calidad y un mayor margen de horario», concluye Pérez.

Barranco de Palomeras del Fornocal. / GUÍAS BOIRA
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