Las obras para estabilizar de nuevo la ladera de Yesa costarán al menos 47 millones de euros

La Confederación remite al ministerio el proyecto, que se tramitará de forma independiente al cuarto modificado, y prevé 36 meses de obras

Vista panorámica del embalse de Yesa.

Vista panorámica del embalse de Yesa. / EFE / JESÚS DIGES

Zaragoza

El recrecimiento del embalse de Yesa sumará 47 millones de euros a su larga lista de sobrecostes. Ese es el presupuesto estimado para los nuevos trabajos de estabilización que requiere la ladera derecha del pantano ubicado en la frontera navarroaragonesa, unas labores con las que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) aspira a consolidar de una vez por todas el terreno que circunda esa infraestructura hidráulica vital para los regantes del Canal de Bardenas y que da de beber a la ciudad de Zaragoza.

El presupuesto de 47 millones de euros, cifra adelantada este viernes por Diario de Navarra y confirmada por fuentes oficiales de la CHE, pone números a la información publicada por este diario el pasado mes de marzo, en la que se daba cuenta de que el estribo derecho del embalse requería de una nueva intervención para consolidar su estructura ante los reiterativos deslizamientos que ha sufrido desde el comienzo del proyecto, allá por el año 2001. La actuación se centrará en estructurar la estabilización con muros, anclajes, túneles de drenaje y estructuras de impermeabilización con el objetivo de completar los trabajos de emergencia que se llevaron a cabo en 2013, que se dedicaron a robustecer la parte inferior del estribo y a aligerar la parte superior de la ladera.  

De este modo, el coste total de la obra hidráulica asciende hasta los 340 millones de euros, según las cifras oficiales, lo que supone que ya se triplica el presupuesto inicial con el que se comenzaron las obras en el año 2001, cuando se estimaba un coste de 121 millones de euros. Sin embargo, las cifras de la Confederación no contabilizan algunas actuaciones adicionales, como las indemnizaciones por las expropiaciones de las urbanizaciones ubicadas en la ladera y a trabajos en las carreteras adyacentes. En una respuesta parlamentaria de 2022 al ex senador de Compromís, Carles Mulet, el ministerio reconoció que las obras asociadas al proyecto se disparaban hasta los 440 millones, lo que ahora eleva el montante cerca de los 500 millones de euros.

La Confederación ha remitido el proyecto al Ministerio de Transición Ecológica que dirige Sara Aagesen, que deberá ahora aprobar y licitar. El plazo para completar los trabajos es de 36 meses, es decir, tres años, por lo que la intención del organismo de cuenca es ejecutar las obras en paralelo a la ejecución del cuarto modificado del proyecto, que, básicamente, se centra en el cambio de ubicación de los aliviaderos. Esta pata del proyecto tiene un presupuesto de 9,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 54 meses, que comenzarán cuando el Consejo de Estado dé el visto bueno a los trabajos. La CHE espera que los trabajos, que llevan parados desde junio de 2023, se reactiven durante este 2025, aunque sea en el último trimestre.

De ser así, el recrecimiento de Yesa podría estar terminado antes de 2030, lo que permitiría finalizar la obra con un cuarto de siglo de retraso sobre la previsión inicial, que buscaba acabar los trabajos en 2006. La obra hidráulica permitirá incrementar los 447 hectómetros cúbicos del viejo embalse a 1.079 hm3, una cifra que también es inferior a la proyectada en un principio, situada en 1.525 hm3.

Los trabajos sobre las laderas son especialmente polémicos porque las asociaciones de afectados, como Río Aragón, y los colectivos ecologistas, creen que el recrecimiento no es seguro. Pero ni la Confederación ni el ministerio contemplan siquiera la posibilidad de que el embalse no se recrezca. "No se contempla la posibilidad de no hacer Yesa", aseguró en una entrevista con este diario la directora general del Agua, Dolores Pascual, hace apenas dos meses.

Cuando se acabe la obra, Yesa se convertirá en el segundo embalse más grande de la cuenca del Ebro, solo por detrás de Mequinenza. Los 530 hectómetros cúbicos que ganaría superan con creces la capacidad agregada de los embalses que se prevé poner en funcionamiento entre 2022 y 2027 (Mularroya, Almudévar, Santolea y San Pedro Manrique, este último en Soria). Y cuando este quinteto de obras esté operativo, el Ebro alcanzará una regulación del 60%.

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