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La acuciante falta de mano de obra podría afectar a la recogida de la fruta

Las organizaciones agrarias plantean una estimación inicial de 23.000 temporeros para afrontar una campaña muy pendiente de la meteorología y que comienza en pocos días en los campos de cerezas

La campaña de la cereza en Aragón comenzará en unos diez días en la zona de Caspe. | UPA

La campaña de la cereza en Aragón comenzará en unos diez días en la zona de Caspe. | UPA / UPA

David Chic

David Chic

Zaragoza

La campaña de la cereza en Aragón se espera de récord. Tanto en el número de kilos recogidos como en la cantidad de fruta que saldrá a la exportación. Esta es una previsión a falta de unos diez días para que comience la temporada, aunque las variables meteorológicas podrían complicar unas perspectivas positivas que también se encontrarán con un problema inesperado: la falta de mano de obra para los equipos de temporeros. Con esta cautela preparan las próximas jornadas los sindicatos agrarios, con el cálculo de que se repetirá la necesidad de entre 20.000 y 23.000 personas para completar los meses de verano.

«No hay motivos para tener una campaña de precios a la baja, así que confiamos en que la meteorología respete los frutos que están en los árboles», manifiesta el presidente de UPA, José Manuel Roche. El pasado año tanto en pepita como en hueso las liquidaciones fueron positivas y por el momento las heladas han pasado sin dejar daños significativos. Ahora el riesgo está en el pedrisco, como este mismo fin de semana se ha podido ver en amplias zonas del Jiloca, Campo de Belchite y el Bajo Aragón, afectando sobre todo a cultivos de cereal y guisantes.

Las bajas temperaturas también están detrás de que la recogida de la cereza se esté retrasando casi quince días. En este tiempo ya ha comenzado el trabajo de las organizaciones agrarias con las subdelegaciones del Gobierno para garantizar que la llegada de temporeros sea escalonada y cumpliendo con la normativa vigente. En la memoria de muchos todavía están las imágenes de los migrantes del Bajo Cinca durmiendo a la intemperie en los alrededores de la estación de autobuses de Fraga por la falta de alojamiento. «Son situaciones lamentables, pero muy puntuales», reconoce el asesor en asuntos laborales de Araga, Salvador Sánchez.

Los alojamientos para temporeros sin regulación de Fraga se abrirán esta semana. | AYUNTAMIENTO DE FRAGA

Los alojamientos para temporeros sin regulación de Fraga se abrirán esta semana. | AYUNTAMIENTO DE FRAGA

Por el momento, desde el consistorio de la localidad ya han puesto en marcha los alojamientos Clara Campoamor. Este espacio, por el que el pasado año pasaron 185 trabajadores agrícolas que habían llegado a Fraga en situación iregular, sin contrato laboral y sin vivienda, abrirá hasta el mes de agosto.

Araga calcula que los temporeros para la campaña se repartirán como en ocasiones anteriores -pues la superficie de cultivo no ha variado significativamente- en unas 15.000 personas destinadas a la recogida directa de los frutos y otras 8.000 con empleos en los almacenes y centros de distribución. Este es un mínimo con el que se cuenta, pues los fruticultores y las grandes fincas repiten desde hace varios años la contratación de los mismo equipos de recogida. Sin embargo, para los picos de trabajo se teme que no existan «manos suficientes». 

Si se confirman estos temores, justificados por los apuros vividos en años anteriores y por la estabilización del mercado laboral, podría suceder que algunas fincas tengan que retrasar la recogida varias semanas, perdiendo el punto de maduración óptimo de la fruta. 

A falta de evaluar las consecuencias de las granizadas de este fin de semana, en zonas como el Bajo Cinca se esperaba poder cubrir la necesidad de mano de obra con los trabajadores que se desplazarán del área del Segriá, ya afectada toda ella por las tormentas de pedrisco de hace varias semanas. «Esperemos poder ir desahogados, sobre todo teniendo en cuenta que se ha retrasado la floración», indica el portavoz en fruta de Asaja, Carmelo Casas.

El temor a quedarse sin trabajadores, en todo caso, no afecta por igual a todos los implicados. Con una previsión de sueldos para los temporeros un poco por encima del salario mínimo, las grandes explotaciones que ofrecen alojamientos en las propias fincas y garantizan el trabajo durante varios meses se verán menos concernidas que los productores que necesitan un refuerzo puntual. «Las empresas tienen organizada la contratación desde hace varios meses», explica Casas.

El modelo de economía familiar por el que apuestan sindicatos como UPA suele emplear a entre 20 o 30 trabajadores con gente que ya conoce la zona, señala Roche. «La situación está controlada, pero siempre se pueden producir sorpresas porque el mercado está cambiando mucho», considera.

En el calendario que se abre este mes de mayo será fundamental la recolección de la cereza, sobre todo en un año en el que se han abierto las puertas a la exportación a China. El cultivo, al alza desde hace varias temporadas ya alcanza las 12.000 hectáreas y con una previsión de recogida de 25.000 toneladas en Aragón se producirá más del 40% de lo que se cultiva en toda España, según los datos que manejan en UPA. 

De forma paralela a la recogida de la cereza se iniciarán los trabajos de aclareo de las frutas de pepita y hueso que tendrán su pico de maduración entre los meses de julio y agosto. «En estos primeros días desde las organizaciones agrarias queremos lanzar un mensaje llamando a la responsabilidad, en los últimos años se ha mejorado muchísimo en el sector y este el camino por el que tenemos que seguir», asegura. 

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