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Un sacerdote de Zaragoza, presente en la misa del cónclave: “El nuevo papa debe saber dialogar con los políticos y con la gente sencilla”

Fernando Arregui es el Oficial del Dicasterio para los Obispos de habla hispana y vive en Roma desde enero de 2024

Fernando Arregui, sacerdote de Zaragoza, con la plaza de San Pedro a sus espaldas.

Fernando Arregui, sacerdote de Zaragoza, con la plaza de San Pedro a sus espaldas. / Servicio Especial

Zaragoza

El mundo entero ha amanecido este miércoles con los ojos puestos en el Vaticano de Roma. Es precisamente ahí, en la Basílica De San Pedro, donde esta mañana se ha celebrado la misa 'Pro Eligendo Pontifice'. Entre los presentes estaba Fernando Arregui, sacerdote diocesano de Zaragoza y Oficial del Dicasterio para los Obispos de habla hispana. “Hemos pedido al Espíritu Santo que ilumine a los cardenales para que elijan como papa a la persona más adecuada según las circunstancias de ahora”, cuenta. El que se vive ahora es para él “un momento histórico y único”.

Arregui, que era párroco de San Gil en Zaragoza, vive en Roma desde enero de 2024, cuando comenzó su trabajo como responsable de los obispos de habla hispana. En una llamada telefónica que se entrecorta por la saturación de la línea, cuenta que Roma se ha convertido estos días en “el centro del mundo”. “Cuando he bajado a la Basílica de San Pedro, igual había 500 medios de comunicación. Me ha costado llegar hasta aquí porque estaba todo colapsado”, relata. 

También él está expectante por lo que está por venir. “A título personal, vivo el cónclave con mucha expectación. He vivido otros en ocasiones anteriores, pero ahora estoy aquí, conozco a cardenales… Lo vivo desde cerca”, señala. Y es que, durante este tiempo en Italia, ha conocido a muchas personas. Entre ellas, el papa Francisco, con el que tuvo algún encuentro puntual. “Conocía la realidad. Era una persona que pisaba la tierra y que tenía un profundo sentido evangélico, con una relevancia social y política importante. Trabajó por la paz, por la justicia y por los valores evangélicos”, cuenta. 

Arregui indica que era una persona “entrañable y cercana” y recuerda una anécdota que vivió cuando el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y el arzobispo de la capital aragonesa, Carlos Escribano, acudieron al Vaticano a visitar al antiguo papa. “Junto a las autoridades había personas de medios de comunicación. Jorge Bergoglio saludó a las autoridades, y luego saludó de forma personal a cada uno de los periodistas. Ellos mismos me dijeron que nunca les había pasado algo así”, cuenta Arregui, que también estaba presente en la cita. 

Ahora empieza un nuevo proceso para elegir al próximo pontífice, y aunque circulan especulaciones sobre quien podría ser el elegido, Arregui afirma que todas las opciones son posibles. “Aquí siempre se dice que, el que entra como pontífice, sale como cardenal”, dice, y lo ejemplifica: “El propio Francisco no salía en los medios de comunicación nombrado”.

Lo que el sacerdote zaragozano tiene claro es que quien salga elegido pontífice tiene que responder a las necesidades actuales. Arregui menciona dos puntos clave: “Sería necesario que fuera un papa que pise la tierra, que sepa sobre los problemas del mundo y sepa dialogar con los políticos y también con la gente sencilla. Y también que oriente y cuide la iglesia”, indica. Así, considera incorrecto hablar de un papa continuista o no continuista, y especifica que “el papa va a continuar porque la Iglesia no empieza hoy”.

Por todo ello, afirma, la decisión es complicada. “No es como elegir a un director ejecutivo, porque a un papa se le piden otras cosas, y ahí está la gran dificultad”. Empiezan ahora unos días de espera e ilusión. “Desde el día después de que muriera el papa y hasta ayer (este martes) ha habido congregaciones generales en las que se han juntado los cardenales para poner nombre a las necesidades actuales de la Iglesia y del Vaticano a las que tendrá que asistir el nuevo papa, que son distintas a las que había en 2013 cuando salió Francisco”, matiza.

Tic-tac. Avanza el reloj, el cónclave está en marcha y el mundo entero amanecerá de nuevo mañana con los ojos puestos en Roma. ¿Habrá entonces ya nuevo papa?

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