La inserción laboral en Aragón tiene rostro de mujer: "Ha sido mi oportunidad tras salir de Cuba"

La hostelería o las tiendas de moda son las salidas laborales a las que optan las mujeres que necesitan mejorar su cualificación laboral para acceder a un puesto de trabajo

Bibiana Vargas es una de las empleadas en Moda Re en Zaragoza.

Bibiana Vargas es una de las empleadas en Moda Re en Zaragoza. / Laura Trives

David Chic

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Zaragoza

La tienda Moda Re, en el centro de Zaragoza, parece un negocio de segunda mano más. Como esos que se han puesto de moda ofreciendo a precios asequibles prendas vintage y modelos de colecciones pasadas. Sin embargo, es mucho más y todas sus dependientas están dentro de programas de inserción laboral con los que superar el desajuste social al que estaban condenadas, sea por sus orígenes familiares o económicos. "Es la oportunidad que me ha dado la vida para integrarme aquí en España después de salir de Cuba", reconoce la habanera, Bibiana Vargas.

Un camino similar está recorriendo la colombiana Slendy Cárdenas, llegada a Huesca hace dos años desde Bucaramanga. "Ha sido un proceso muy rápido", indica al recordar que en sus primeros meses se dedicó a la economía sumergida asociada a los cuidados. Cuidó bebés y realizó tareas de limpieza en varias casas. "Fue una suerte que me hablaran de esta empresa", dice. En su caso se refiere a Carinsertas, otras de las entidades vinculadas a Cáritas (como Moda Re) que en Aragón permiten acceder a formación laboral al tiempo que se adquiere práctica. En su caso es la encargada desde hace dos semanas de la cafetería L'albahaca, tras haber entrado a trabajar "sin tener ni idea de hostelería".

Estos son dos ejemplos de unos programas que en Aragón tienen nombre de mujer, pues según Cáritas son las personas más beneficiadas por la inclusión laboral. Todas ellas agradecen tener un acompañamiento a la hora de adquirir competencias profesionales muy alejadas, en ocasiones, de sus intereses en sus países de origen. O de la tradición familiar de la que pertenecen. "Todas nosotras, por situaciones diversas, somos personas que necesitamos un plan para prepararnos y ahora siento que esto me va a permitir tener alas para salir a volar por mi cuenta", asegura Vargas.

La colombiana Slendy Cárdenas en la cafetería L'albahaca de Huesca.

La colombiana Slendy Cárdenas en la cafetería L'albahaca de Huesca. / El Periódico de Aragón

El camino no ha sido sencillo desde su salida de Cuba, sobre todo porque en su país de origen buscaba tener oportunidades laborales gracias a sus estudios superiores. Y al llegar a España descubrió que solo se le convalidaban hasta la Secundaría. "A pesar de todo estoy muy motivada, en poco tiempo logré los papeles y la trabajadora social del ayuntamiento logró que me entrevistaran aquí en Moda Re, teniendo una nueva oportunidad de comenzar", narra. En Zaragoza vivió cinco meses sin papeles y con una niña a cargo. Ahora explica con buen humor que ha aprendido incluso a manejar una carretilla de almacén. "Al principio me moría con el ritmo de trabajo de la planta", reconoce.

El objetivo de estas empresas solidarias está en desarrollar en todos sus empleados "habilidades personales, sociales, transversales y técnicas que favorezcan su empleabilidad", siempre apostando por el trato personalizado, según indican desde Cáritas, así como por las "experiencias prácticas de aprendizaje en entornos reales de trabajo". Por eso, tras el paso por uno de estos centros, que también impulsan en Aragón otras oenegés o entidades como Kairós, las personas tuteladas logran "construir una vida con derechos, estabilidad y autonomía".

Cárdenas también comenzó su trabajo como camarera en Huesca sin experiencia previa. Destaca que además de la formación que ha recibido, tanto el trato con los clientes como con el resto de sus compañeras ha sido un factor de motivación completamente necesario. "Puede venir gente que no sepa que esta es una empresa de inclusión, pero no lo ocultamos y nos gusta destacar esta labor fundamental", señala.

Y luego está la comprensión y la posibilidad de hacer contactos para lograr finalmente el ansiado contrato indefinido, o lograr los suficientes ahorros para montar un negocio propio. Las bases están sentadas con los más de doce meses en los que reciben este apoyo inicial y del que salen con conocimientos administrativos, económicos y logísticos. "El acompañamiento y el apoyo es fundamental, pues todo el mundo que está en un proceso de inserción sabe que tiene más momentos de estar abajo que de estar alto, y en una empresa así te prestan ayuda, algo que nunca pasa cuando estás en una empresa normal", incide Vargas.

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