Marta Andrés, joven aragonesa que estudia y trabaja: “Trabajo para ganar dinero, tener estabilidad y llegar a mi vocación”

La zaragozana lleva casi cinco años compatibilizando las dos tareas mirando a su futuro

La zaragozana Marta Andrés tiene 21 años y lleva cuatro compatibilizando estudios y trabajo.

La zaragozana Marta Andrés tiene 21 años y lleva cuatro compatibilizando estudios y trabajo. / EL PERIÓDICO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

Aragón no es una comunidad en la que muchos jóvenes estudien y trabajen a la vez, pero es cada vez más común que adolescentes y veinteañeros pasen horas en las aulas y en empleos. Es el caso de Marta Andrés, una zaragozana de 21 años que desde hace casi cinco compatibiliza ambas actividades. Lo hace con el objetivo de “alcanzar su vocación” y afirma que la gente de su entorno comparte razones para emprender esta aventura que exige cuadrar horarios.

“Me resulta sencillo porque me adaptan la jornada laboral a los estudios”, resume Andrés, que ahora está terminando un grado superior de anatomía patológica y citodiagnóstico mientras trabaja como secretaria en una correduría de seguros. “También me ha pasado en anteriores empleos”, concreta la zaragozana, que comenzó a trabajar en plena adolescencia “para ganar un poco de dinero para caprichos”. También había responsabilidad: “Estudiaba online, por lo que tenía más tiempo libre para trabajar”.

El regreso al estudio presencial cambió sus hábitos y Andrés tuvo que “reducir el número de horas” para cuadrar tanta actividad. La veinteañera considera que “el mercado laboral se adapta mucho más a las situaciones personales que el sistema educativo”, pero a Andrés le parece algo lógico: “Un sistema educativo no se puede adaptar a las necesidades horarias de todos sus alumnos”.

Las razones para combinar a la vez ambas actividades han cambiado con los años. Hoy Andrés tiene trazada una línea personal con el estudio de otro, de un máster de profesorado para la formación aprobada y el comienzo de una carrera universitaria, Enfermería. “Sé que me quedan muchos años en esta situación”, asume la zaragozana, que defiende que “la vocación” le lleva a hacer este sacrificio: “Trabajo para ganar dinero y tener estabilidad, pero quiero dedicarme a la enfermería y sé compaginarlo, aunque hay que dar el 100%”.

En su entorno, con algunos amigos y compañeros en similares momentos vitales, las razones se repiten. “La mayor parte lo hacen para acercarse a esa vocación”. El impulso de familiares y personas cercanas se agradece, y en el caso de Andrés nunca ha faltado: “Mis padres se tomaron bien que trabajase y también que siguiera estudiando, porque saben de la importancia de la formación. Siempre se han mostrado orgullosos de mi esfuerzo”. 

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