Un vecino de Zuera que sufre cáncer terminal: "Llevo casi dos años esperando la incapacidad"

Nicolás Leal, que ha iniciado una recogida de fondos, tiene metástasis hepática y su única esperanza es un tratamiento de alto coste en Estados Unidos

Nicolás Leal, el vecino de Zuera con cáncer terminal que recauda fondos para un tratamiento de Estados Unidos

Nicolás Leal, el vecino de Zuera con cáncer terminal que recauda fondos para un tratamiento de Estados Unidos / GoFundMe

Zaragoza

175 euros la hora de consulta online y 150 euros por sesión de tratamiento intravenoso de ozono y vitamina C. Es solo parte del tratamiento al que sueña con acceder Nicolás Leal, un vecino de Zuera (Zaragoza) a quien, a sus 44 años, le detectaron una metástasis hepática, un cáncer terminal "sin esperanza de cura en el marco de los tratamientos convencionales" que le impide tener calidad de vida: "Tengo quimioterapia cada catorce días, la cual me deja sin poder ingerir alimentos durante nueve días", dice. Su tratamiento lo recibe en Huesca, un recorrido de 86 kilómetros entre ida y vuelta.

Es al otro lado del charco, en Estados Unidos, donde Nicolás vislumbra un rayo de luz. Se trata de un "un tratamiento muy costoso" que "duraría seis meses" e incluiría los desplazamientos a las clínicas de Barcelona o Madrid. Además, Leal confirma que "cada día toma 54 cápsulas" de los "adaptógenos" que cuestan "600 euros al mes" y suponen una demanda constante. La cima la ve muy alta porque "lleva desde julio de 2023 cobrando 426 euros al mes" y "casi dos años esperando la valoración de discapacidad", asegura Leal. Otro gasto que debe asumir es el de la acupuntura para paliar "las náuseas y los vómitos"; sesiones que rozan los 40 euros.

Desde Zuera, Nicolás ha puesto en marcha un crowdfunding que ya alcanza los 85 donativos con un valor total de 6.170 euros recaudados dentro de la plataforma GoFundMe. "Jamás había pedido nada hasta ahora", sostiene, pero "muchísima gente me dice que me quiere ayudar". Una ayuda que ve necesaria ya que, a su juicio, "le están dando una dosis más pequeña" de la que su cuerpo requiere.

Antes Nicolás era deportista y dice no haber tenido nunca problemas "con el alcohol o las drogas". Su vida cambió desde el diagnóstico de esta enfermedad, desde un principio desfavorable y que sobre todo le afecta a "órganos vitales como el esófago, el estómago y el hígado", dice. "Trabaje toda mi vida y de un día para el otro me cambio la vida, sin opción de poder trabajar. Lo único que deseo, a parte de curarme, es poder al menos llevar una vida normal y no estar tirado en la cama todo el día y sin fuerzas", señala.

Diariamente debe ingerir alimentos ecológicos y carnes de libre pastoreo que "son mucho más caras", explica. Por eso ahora, este vecino zaragozano, deja la cura de su enfermedad crónica en manos de la solidaridad y agradece "todo tipo de ayuda" para volver a "poder llevar al menos una vida normal".

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