Aragón tiene un déficit de más de 5.000 plazas en residencias universitarias

La Universidad de Zaragoza abordará durante el actual mandato la falta de oferta de habitaciones para un servicio que necesita un 35% de la comunidad educativa en la capital aragonesa

Construcción de la residencia de estudiantes Aloha Pirineos.

Construcción de la residencia de estudiantes Aloha Pirineos. / Carla Greenwood

David Chic

David Chic

Zaragoza

El coste de vivir en una residencia de estudiantes alcanza los 900 euros al mes y acumula una subida superior al 20% en los últimos tres años, tres veces superior a la inflación en el periodo. Este es uno de los grandes datos que arroja el último informe publicado por Atlas Real Estate, que apunta que la demanda en esta clase de alojamientos, seis veces superior a la oferta existente, es uno de los grandes motores de la subida en las tarifas. En Aragón desde la Universidad de Zaragoza se calcula que harían falta más de 5.000 camas para cubrir las necesidades.

El vicerrector de Planificación y Desarrollo Estratégico, José Ramón Beltrán, está trabajando en un informe sobre las necesidades en materia de vivienda del campus público. Aún sin conclusiones, el obejtivo es abordar el problema que supone el alojamiento para un 35% de los matriculados en el centro, todos aquellos cuyas residencias habituales están situadas a más de 40 kilómetros a la redonda de la facultad en la que estudian. Este porcentaje se ha mantenido constante a lo largo de la última década.

En octubre de 2022, mes en el que se publicó el último informe de Atlas RE sobre los colegios mayores, alquilar una habitación en una residencia costaba de media 757 euros al mes. Casi tres años después, el precio medio asciende hasta los 914 euros. Entonces, una estancia en Madrid y Barcelona suponía un desembolso de 1.096 y 931 euros, respectivamente, un coste que se ha disparado hasta los 1.251 y 1.098 euros. En Zaragoza la media según los últimos datos disponibles no supera los 800 euros mensuales. Aunque el propio vicerrector asume que la situación en la capital aragonesa «no está tan tensionada» como en otros territorios.

El gran motivo de la subida en los precios es el fuerte desequilibrio entre oferta y demanda. España apenas cuenta con 108.600 camas operativas, además de unas 22.500 estancias en diferentes estados de desarrollo, para necesidad de alojamiento de más de 655.000 estudiantes, teniendo en cuenta los que cursan grado, máster o vienen al país de Erasmus.

En Zaragoza el estudio calcula una demanda de 12.500 estudiantes y se coloca en el noveno lugar de la clasificación por detrás de campus como los de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Granada, Murcia, Salamanca y Málaga. En cuanto a la oferta la capital aragonesa está colocada en la quinta posición, con una notable preponderancia de plazas públicas.

El vicerrector señala que el compromiso del nuevo equipo de gobierno del campus público es «estructurar» la oferta, tanto de residencias como de pisos de estudiantes para facilitar la llegada de los estudiantes de fuera de la comunidad. «Conocer las opciones de alojamiento de primera mano hace mucho más interesante la elección de un lugar para desarrollar los estudios», indica.

Del total de los 26.012 estudiantes se calcula que en Zaragoza 9.234 necesitan buscar alojamiento durante el curso, unos datos en los que no se incluyen a los matriculados en Huesca y Teruel, así como tampoco a los que cursan sus grados en la San Jorge.

La mayor oferta de camas se encuentra en los colegios mayores Cerbuna y Virgen del Carmen, a falta de que se termine la segunda fase de la residencia de Pontoneros, que podrá acoger a 380 estudiantes bajo la denominación Xior Student Housing Spain. La oferta disponible en una veintena de centros suma más de 2.200 plazas.

En desarrollo

Al mismo tiempo están en desarrollo dos grandes residencias que sumarán otro millar de plazas. Estas son las que se están levantando en la actualidad en la antigua sede de la CEOE en Zaragoza y en la avenida Pirineos. También se ha anunciado recientemente que la promotora belga Cetim invertirá más de 10 millones de euros en la construcción de una residencia de 180 habitaciones junto al edificio municipal del Seminario.

 Aunque el cálculo no puede ser preciso hasta su apertura definitiva, con estas plazas privadas se podrían alcanzar más de 1.500 camas para estudiantes, una cifra que todavía no cubriría las necesidades totales de la Universidad de Zaragoza.

El vicerrector considera que también es necesario mejorar la comunicación de las opciones de pisos compartidos y viviendas de estudiantes por parte del campus público. En estos momentos, en la página web solo figuran unas 35 ofertas para el próximo curso, una cifra muy alejada de la realidad, que se mueve por otros cauces. Y para evitar tensiones innecesarias entre los estudiantes la propia universidad celebra que los planes de vivienda municipal del Ayuntamiento de Zaragoza tenga en cuenta la promoción de obra nueva destinada a jóvenes completando la escasa oferta de la ciudad.

Consejo de Estudiantes: «Un colegio mayor completa la vida académica y cultural»

La falta de plazas en las residencias universitarias y en los colegios mayores asociados a la Universidad de Zaragoza es algo que preocupa al propio Consejo de Estudiantes. Sobre todo porque estas instalaciones permiten establecer lazos y relaciones que van mucho más allá de la convivencia en las facultades. «Son servicios que completan la vida universitaria y cultural», señala la vicepresidenta de la entidad, Nora Martínez.

Por este motivo, desde el consejo ven con preocupación la falta de oferta que sufre la capital aragonesa. Por eso piden que se mejoren las instalaciones en el colegio mayor Pedro Cerbuna, que en este momento se encuentra celebrando su centenario y se notan en su interior los achaques de la edad, así como la reapertura del colegio Santa Isabel. «Las residencias son necesarias y si no existe una oferta pública amplia y en condiciones que alcance a todos los estudiantes entendemos que los promotores privados apuesten por este tipo de alojamientos», indica.

Otro punto de fricción a la hora de conseguir un alojamiento el próximo curso está en el precio de estos recursos habitacionales. «Los propietarios de las residencias no pueden olvidar que están destinadas a estudiantes, por esos tienen que garantizar un acceso a un coste adecuado», afronta.

Esta realidad de alquileres disparados se ver reflejada también en los pisos compartidos. «Encontrar una habitación en el entorno de la Universidad de Zaragoza en estos momentos es casi imposible» denuncia el Consejo de Estudiantes.

«Los jóvenes no tenemos miedo al mercado laboral, a lo que tenemos miedo es a la precariedad de los primeros empleos y a lo poco que se cobra con las becas», manifiesta la dirigente estudiantil. Una vez superada la etapa en la facultad, compartiendo piso o viviendo en una residencia será el momento de enfrentarse también a la burbuja de la vivienda. «Es muy difícil independizarse cuando no se puede optar a una casa en solitario», lamenta.

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