Cincuenta años de selectividad: «Fue dura, quizás por la novedad»

Sergio y Miguel forman parte de la primera promoción de alumnos que se examinó de la selectividad en Aragón. Medio siglo después, recuerdan que se enfrentaron a la prueba con incertidumbre y nervios al no tener antecedentes.

Alumnos en los años noventa. | EL PERIÓDICO

Alumnos en los años noventa. | EL PERIÓDICO

Zaragoza

Creada para evaluar los conocimientos de los alumnos de Bachillerato que quieren acceder a la universidad, la selectividad cumple 50 años. Una prueba que Sergio Breto afrontó con esa sensación de nervios que se apodera de quienes son pioneros. «Fue dura, quizás por la novedad. No había antecedentes», cuenta.

«Más que del examen, me acuerdo del entorno», narra Sergio, que rememora cómo fue aquel junio de 1975: «Todavía vivía Franco, y veníamos de la Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de 1953. Hacíamos Bachillerato Elemental, que eran cuatro cursos. Luego había un Bachillerato Superior, que eran dos cursos, y entonces era la reválida».

Después de superar aquella barrera «con solo 16 años», tuvo que hacer la primera selectividad. «Con 17 añicos te sientes perjudicado, que te toca pagar en todos lados porque era encima un contexto social en el que tampoco había mucha transparencia. Todo era estudiar y estudiar», relata. Pero lo valora positivamente: «Aprendí ese espíritu del sacrificio, esa capacidad de trabajar y de formarte en actitud y aptitud. Eso me valió muchísimo».

Recuerda que la prueba fue en el edificio de Interfacultades de la Universidad de Zaragoza y que los nervios estaban a flor de piel. «Hubo un poco de dureza en cuanto a que todo era sorpresa», relata.

Aprobó la prueba y empezó Ingeniería. El acceso a la universidad trajo para él, como para muchos otros, una especie de orgullo. «Era una época en la que los padres se sacrificaban mucho por nuestros estudios e íbamos con las ganas de cumplir esos sueños», subraya.

Su historia es similar a la de Miguel Trallero, que también forma parte de la primera promoción de aragoneses que hizo selectividad. «Era la primera vez que se hacía y tenías ese miedo de si ibas a pasar o no», señala.

También él tuvo que hacer frente a la reválida primero y a la selectividad después. «La reválida la hice en mi instituto, el Goya, y era como un resumen para luego que te dieran el grado de Bachillerato Superior. La selectividad fue más de conocimientos, una prueba de lo que habías estudiado en 5º y 6º de Bachillerato», señala.

Bajo su consideración, fue «dura». A él la nota le fue «justa» para entrar en Ingeniería. «Tuve poco más de un 5», dice. Miguel recuerda que «aprobó bastante gente», en una época en la que «empezó un cambio social y las clases más bajas comenzaron a acceder a la universidad». Él accedió así al grado de Ingeniería, en la que define como «una época complicada» a nivel académico.

Medio siglo después, y ahora bajo otro nombre, la historia se repite y los alumnos de 2º de Bachillerato ya inician la cuenta atrás para examinarse de la PAU en Aragón, este martes.

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