La Base Aérea toma la iniciativa para reformar la segunda pista de aterrizaje de Zaragoza

El Ministerio de Defensa licita la renovación de la calle de rodaje con un presupuesto de 10 millones para poder acoger los aviones más grandes

La segunda pista de aterrizaje de Zaragoza, una de las más largas de España con 3,7 kilómetros.  | EL PERIÓDICO

La segunda pista de aterrizaje de Zaragoza, una de las más largas de España con 3,7 kilómetros. | EL PERIÓDICO

Zaragoza

El Ejército del Aire reformará un tramo de la segunda pista de aterrizaje de Zaragoza, que con sus 3,7 kilómetros de longitud es la segunda más larga de España, para que las aeronaves más grandes del mercado puedan operar sin complicaciones en las instalaciones de Garrapinillos. El Ministerio de Defensa ha licitado la regeneración de la calle de rodaje que enlaza con la citada pista por un presupuesto de 10,09 millones de euros (con impuestos), una actuación previa a la reforma completa que Aena tiene que ejecutar en la citada pista. Es el primer paso que se da para esta demandada actuación, que permitirá incrementar la capacidad logística de las instalaciones, y que lleva años de retraso sobre la planificación del gestor aeroportuario, que previó acabar la obra en el año 2024 y todavía no ha licitado siquiera el proyecto de obra, presupuestado en unos 16,5 millones de euros.

Las actuaciones permitirán la mejora la operativa de aeronaves de carga de fuselaje ancho (wide-body en inglés, similares a las de doble pasillo que permiten hacer vuelos transoceánicos). Las mejoras permitirán una operativa más eficiente para esas aeronaves (catalogadas en la jerga aeronáutica como Clave F), que hoy tienen restricciones por las carencias de las calles en cuanto a resistencia al peso de los mercantes.

Estos aviones son, por ejemplo, el Boeing 747-400 o el Boeing 747-800, este último el mayor carguero comercial del mercado. De hecho, el proyecto se ha elaborado con simulaciones de aterrizaje y despegue de la versión mercante de la aeronave, capaz de transportar hasta 140 toneladas (alcanza las 447 toneladas de peso total al despegue) gracias a sus más de 71 metros de longitud y 64 de envergadura. El peso es una cuestión fundamental, dado que la pista debe ofrecer garantías de que puede resistir la carga sin dañarse. De ahí la importancia de esta actuación en la infraestructura de Garrapinillos.

"Un impacto mínimo"

Según indican fuentes oficiales del Ministerio de Defensa, se prevé que esta intervención tenga «un impacto mínimo en la operatividad del aeropuerto», ya que se ejecutará con cortes parciales de la calle de rodaje. «La pista no se verá afectada de forma directa, siendo el grueso de su ejecución en el año 2026», indican desde el ente público.

Las actuaciones consisten en la demolición completa de la calle de rodaje, esa que da acceso a la pista de despegue y aterrizaje y permite maniobrar a las aeronaves para dirigirse a los hangares del suroeste de la base. Se incluyen demoliciones y desmontajes, movimiento de tierras, pavimentación de las calles para adecuarlas al tránsito de las aeronaves esperadas, balizamiento e instalación de señalización horizontal y vertical.

Inversión clave

Esta es una inversión clave tanto para el Ejército del Aire como para el aeropuerto civil, que es el tercero que más mercancías mueve en España y el primero si se atiende al tráfico de cargueros puros, que son precisamente las aeronaves de mayores dimensiones y las que requieren de las especificaciones que ahora se pretenden integrar en la infraestructura de Garrapinillos.

No será esta la única inversión que va a llevar a cabo el ministerio en las instalaciones de la Base Aérea de Zaragoza. Una de las más representativas será la construcción de una nueva terminal de carga y pasajeros asociada a la entrada en servicio del nuevo Airbus A-400 por parte del Ala 31 del Ejército del Aire y del Espacio. Estas aeronaves tienen unas dimensiones gigantescas y han llegado para sustituir a los de sobra conocidos C-130 Hércules, a los que supera en capacidad de carga, en menos tiempo y, en general, con mayores y mejores capacidades.

Por otro lado, durante el año 2026 está prevista la construcción de las infraestructuras para el sistema antiaéreo Nasams 2, que será operado por el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), lo que implicará levantar un nuevo hangar en los terrenos de la base. Se trata de unas baterías más modernas de las que hoy dispone el Ejército del Aire, que se actualizarán después de una inversión de 510 millones de euros. 

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