El MNAC justifica los préstamos "puntuales" de las pinturas de Sijena y defiende que solo ha compartido "fragmentos"

El MNAC sigue presentando razones para la no devolución de las pinturas murales de Sijena. El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ha publicado este miércoles un comunicado en el que reconoce los traslados "puntuales" de las pinturas y en el que justifica los préstamos de "fragmentos" del patrimonio aragonés. Rechaza, amparado en la tesis de una experta, el traslado al completo de las pinturas murales y defiende la conservación. Unas medidas de protección que se desarrollaron, sobre todo, desde la década de los 90, última vez en las que las piezas artísticas salieron del museo catalán.

El propio MNAC es el que tiene que tomar la primera decisión respecto a la sentencia del Supremo, que falla que el centro debe devolver las piezas al Monasterio de Sijena y que es el espacio cultural catalán el encargado de cumplir la sentencia. Su patronato, compuesto por el Ministerio de Cultura, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, se reunirá la próxima semana para tomar esa decisión que puede cambiar el futuro de los bienes aragoneses. El encuentro tendrá lugar dentro del plazo de 20 días dado para el Supremo, a contar desde el pasado miércoles, para ejecutar la sentencia o mostrar su predisposición a cumplirla.

En el comunicado de este miércoles, el museo barcelonés defiende que "desde su instalación en el Palacio de Montjuic en 1961, el conjunto de las pinturas murales de la sala capitular no ha salido nunca del museo". Así arranca un texto en el que el MNAC sí admite haber cedido en préstamo algunos fragmentos. Estas partes de las obras llegaron a viajar internacionalmente.

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"Los préstamos realizados son puntuales, se trata de pequeños fragmentos, y se llevaron a cabo en unos años y un contexto histórico donde todavía la disciplina de la conservación preventiva no tenía el desarrollo que hoy tiene", defienden desde el MNAC. El museo explica que la política de préstamo de las piezas ha cambiado en las últimas décadas.

"Entre los años 1970 y 1997, fragmentos que forman parte del intradós han participado en diferentes exposiciones", asevera el museo, que cita el traslado del "arco con motivos vegetales" en 1984 como otro de los traslados. El MNAC justifica que "dado el estado de conservación extremadamente frágil de las pinturas", se han paralizado estos préstamos de las obras: "Los expertos han podido constatar la fragilidad gracias a los últimos análisis químicos y físicos y a los protocolos de conservación preventiva implementados en las últimas décadas y desde hace veintiocho años ningún fragmento del conjunto musealizado ha viajado y las pinturas están excluidas de préstamo".

El mismo museo explica en el comunicado el traslado interno de las pinturas, entre 1987 y 1995, durante la reforma del Palacio de Montjuic que aloja al MNAC. Defienden que desde entonces, desde hace tres décadas, se ha podido "constatar" que el espacio que actualmente ocupan es "aislado, sin ninguna pared ni aperturas directas al exterior y tratado para conseguir una calidad del aire y unas condiciones climáticas especialmente estables". El MNAC califica de "idóneo" el lugar que ahora ocupan. Desde el Gobierno de Aragón se defiende que la sala capitular del Monasterio de Sijena reúne ya las condiciones "perfectas" para albergar las pinturas murales.

La postura de los expertos en conservación

En el texto compartido este miércoles, el MNAC recuerda la figura de Simona Sajeva, doctora en ingeniería y conservación preventiva de bienes culturales y presidenta del Comité Científico Internacional de Pintura Mural de la Icomos, y cita un informe en el que Sajeva recuerda que "el conjunto pictórico nunca ha sido objeto de una operación de transporte parecido o comparable a la que se llevaría a cabo en el caso de ser instalado a Sijena". La conservadora defiende que todos los traslados se centraron en "pequeñas partes".

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En último lugar, el MNAC destaca que es en la década de los 90 cuando los museos empiezan a gestionar la conservación de sus colecciones "desde el punto de vista de la evaluación de riesgos". Defiende que el museo catalán fue el primero en incorporar a los conservadores-restauradores y que desde entonces se implementaron "los primeros protocolos para fijar condiciones". Además, señala el centro barcelonés en su texto que "un 25% de los intradoses son reintegraciones de las pérdidas hechas por Josep Gudiol en estuco de yeso y pintura al temple de cola". Gudiol fue el arquitecto que fotografió las pinturas e incentivó su movilización hacia Cataluña durante la guerra civil. El MNAC defiende que esa "reintegración" es, en sí misma, "un bien patrimonial a preservar".