Endesa: el nuevo rey de la hidráulica en Aragón quiere más

La eléctrica española acapara el 94% de la capacidad hidroeléctrica de Aragón tras adquirir 32 centrales a Acciona y suma tanta capacidad como la térmica de Andorra. Mantiene en estudio la ampliación de Moralets para triplicar su potencia

Puesto de mando de la central de Seira, que entró en funcionamiento en 1918.

Puesto de mando de la central de Seira, que entró en funcionamiento en 1918. / Endesa

Benasque

Endesa se ha entronizado como el nuevo rey de la energía hidroeléctrica en Aragón. La eléctrica española, propiedad del grupo Enel, ya tiene en su poder el 94% de la capacidad de generación repartida por la comunidad, lo que le permite contar con una cartera que suma con 1.254 megavatios (MW) más potencia que la que tenía la central térmica de Andorra, clausurada hace ahora cinco años. Desde el 26 de febrero, la compañía opera las 32 nuevas centrales (29 de ellas en territorio aragonés) que recompró a Acciona por mil millones de euros en una costosa operación que cambia el tablero de juego. La fecha no es baladí, pues estas tecnologías tuvieron un estreno protagónico por su contribución a la recuperación del sistema eléctrico tras el gran apagón que dejó a cero la península ibérica hace un mes y medio.

La compañía suma estos activos a las 12 centrales que operaba y se convierte así en el líder indiscutible de una tecnología con larga trayectoria en Aragón, pues las primeras infraestructuras que permiten obtener electricidad a través de la turbinación del agua se remontan a hace más de un siglo, como el caso de Seira, una de las que forman parte del paquete. En los últimos años, con el creciente interés por la generación renovable, la energía hidráulica se ha convertido en un seguro de vida, dado que aporta garantías al sistema por su carácter flexible: en apenas cinco minutos puede conectarse una central y empezar a turbinar, lo que contrasta con la eólica o la fotovoltaica, que requieren siempre del factor sol y viento para operar. La cobertura casi instantánea de esos huecos de generación es una característica única de la hidroeléctrica, dado que los ciclos combinados o los reactores nucleares, que también aportan garantía al sistema, tardan horas en conectarse. 

Un trabajador de la central de Eseira, este jueves.

Un trabajador de la central de Eseira, este jueves. / Endesa

«Si queremos ir a por una generación preeminentemente renovable, hay que aportar tecnologías gestionables para cubrir los huecos en los que otras tecnologías no pueden cubrir la demanda. Es la puerta de entrada para que el resto de renovables puedan aportar su máxima capacidad al sistema, como puede ocurrir en una noche sin viento», explica Santiago Domínguez, director de generación hidroeléctrica de Endesa.

De hecho, la apuesta por la hidroeléctrica debe leerse en la transición del mix de generación hacia las tecnologías renovables. "El 100% de la energía que generamos en Aragón es ya renovable, algo en lo que nos hemos adelantado a los planes de la compañía, que quiere alcanzar ese hito en el año 2040", asegura Ignacio Montaner, director de Endesa en Aragón. La eléctrica tiene una potencia instalada entre eólica, solar e hidroeléctrica de 2.300 megavatios (MW), que ampliará de forma notable con la puesta en marcha de su proyecto en el entorno de la térmica de Andorra, que contempla siete parques híbridos que agregarán una capacidad de 1.854 MW.  

La compañía no tira la toalla con la ampliación de Moralets

Quizás sea por esto por lo que Endesa quiere más. «Es difícil encontrar oportunidades como ésta, pero queremos crecer en el sector hidroeléctrico», ha apuntado Domínguez, que ha mostrado la voluntad de la compañía para sacar adelante uno de los proyectos hidráulicos que hay posibilidad de ejecutar en Aragón. Ésa es la ampliación del bombeo reversible de Moralets, situado en el término municipal de Montanuy (Huesca), que pasaría de 200 a 600 megavatios (MW) de potencia instalada. La inversión sería de «cientos de millones», ha apuntado el directivo, que ha insistido en que Endesa mantiene en estudio la posibilidad. «Primero necesitamos que Red Eléctrica ejecuta las obras de infraestructura necesarias y plantear los trámites ambientales pertinentes», ha matizado.

Estas centrales reversibles permiten una operativa muy flexible, dado que funcionan con un circuito cerrado entre dos vasos a distinta altura, lo que permite trasladar agua hacia la balsa superior cuando el sistema no requiere de la generación hidroeléctrica. De hecho, Endesa opera también el otro bombeo reversible que está construido en Aragón, el de Ip, de 89 MW de capacidad. Otros tres promotores privados tienen en cartera siete centrales de bombeo reversible repartidas entre las provincias de Zaragoza y Teruel que sumarían una capacidad de generación de más de 2.200 megavatios.

Las centrales funcionan en base a una concesión de los saltos hidroeléctricos que depende de las confederaciones hidrográficas, que, en el caso de Aragón, son responsabilidad de la unidad de cuenca del Ebro. Hasta el año 1985 la mayoría estaban adjudicadas a perpetuidad, pero a partir de entonces se cambiaron por concesiones a 75 o 99 años. Cuando estos contratos llegan a su fin, los saltos vuelven a manos del Estado, que se queda para sí el beneficio industrial de la generación eléctrica aunque a veces externaliza la operación y el mantenimiento.

En el caso de las centrales que ha comprado a Acciona, la duración media que le queda a las concesiones ronda los 30 años, y con ese contexto hay que valorar cómo de rentable será el negocio para Endesa como para haber invertido nada menos que mil millones de euros en la adquisición de los activos aún a sabiendas de que los perderá en un futuro.

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