Los vecinos de Villar se vuelcan con las zonas más afectadas: "Los mayores ayudamos como podemos. Aquí se ve lo que es un pueblo"

Los habitantes indican que necesitan agua y que se abran los accesos para poder entrar y salir en coche en caso de emergencia

Panorámica de Villar de los Navarros tras la tormenta

Panorámica de Villar de los Navarros tras la tormenta / JAIME GALINDO

Villar de los Navarros

Jóvenes, adultos y personas mayores. Todos los vecinos de Villar de los Navarros llevan puestas las botas de agua y trabajan entregados en achicar el agua que inundó sus casas este viernes. Exhausta, Olga se apoya en una pared. Es una mujer mayor que no para de trabajar. “No queda nada de la cochera y nuestro coche está ahí, entre las piedras”, dice, y subraya: “Esto ha sido muy gordo. No tiene nada que ver con la Dana de octubre. Eso fue gordo, pero lo de hoy… Esto no tiene nombre”.

El barro cubre sus brazos y, mientras llora, comparte cómo fue para ella la tarde de este viernes: “Estuvo lloviendo desde las 16.00 horas. Granizaba, llovía, truenos, relámpagos, pasaba una tormenta, otra…. Quité 70 litros, y luego toda la noche sin luz”. “Pasamos una tarde malísima, malísima”, destaca.

"No tenemos agua"

Por detrás de ella, varios jóvenes trabajan en barrer agua mientras los más mayores cargan en remolques las lavadoras y neveras que la tormenta destrozó. Olga explica que ahora “no necesitan manos”, pues el pueblo está unido y no han parado desde primera hora de la mañana. Lo que necesitan es “agua”. “No tenemos agua y no tenemos accesos al pueblo. Si hay una emergencia no podemos movernos. Con nuestra edad necesitamos coche para movernos, nos han ofrecido ayuda pero…”, sostiene.

Su casa no ha sufrido daños, pero sí la de otros vecinos. La pared en la que ella se apoya es la de una vivienda que ya no tiene puerta, pues la arrancó la tormenta. En su interior trabaja María Dolores Guallar. “La propietaria es mi prima, que está en Zaragoza. Me llamó y me dijo que había habido una tormenta grande y que se le había metido agua en casa…Y yo, por quitarle hierro, le dije ‘hala, tira, no será tanto…”, recuerda. Pero si lo fue. “Es una catástrofe”, asegura.

Por detrás de ella aparece una chica joven. Es la nieta de la dueña de la casa, que abraza a una María Dolores que llora. También el nieto trabaja en sacar agua. “¡Eh! No había otra casa en el pueblo, tenía que ser la de mi abuela… “, grita a un amigo.

El joven ha subido este sábado por la mañana desde Zaragoza para ayudar a recuperar la casa de su tía. En Villar, nadie deja de trabajar. “Cada uno aporta lo que puede”, dice Antonio Encinas. Él, por ejemplo, se ha encargado de llevar unas cervezas frías para que la gente coja fuerza. “Los mayores que estamos jodidos ayudamos como podemos. Aquí se ve lo que es un pueblo”, dice orgulloso. Él también ha subido desde la capital aragonesa para echar una mano en lo que pudiera. “Acabo de dejar la pala eh… No penséis que no he ayudado”, afirma.

Tracking Pixel Contents