Desalojado un hotel de Candasnos donde dormía un centenar de temporeros en condiciones insalubres

La Guardia Civil ha puesto en marcha una operación que se encuentra bajo secreto judicial ante el hacinamiento en el que se encontraban los trabajadores

El hotel desalojado en Candasnos.

El hotel desalojado en Candasnos. / Google Maps

David Chic

David Chic

Zaragoza

La Guardia Civil ha desalojado este lunes un hotel de Candasnos sin actividad donde se alojaba un centenar de temporeros en condiciones insalubres. La operación, que se encuentra bajo secreto judicial, ha permitido trasladar a los afectados al pabellón municipal, en el que se han habilitado camas para acoger a las víctimas de ambos sexos y procedentes de diferentes países. En su mayoría estaban empleadas en un almacén de fruta de Fraga.

En el realojo de los migrantes, además de la Guardia Civil, ha participado efectivos de Protección Civil y de Cruz Roja, según adelantó Aragón TV.  Los temporeros, que pagaban una elevada suma por la cama, estaban obligados a compartir un espacio pensado para 30 personas entre más de 150 en algunos de los periodos de más ocupación.

Aunque no han trascendido detalles sobre la operación, no se descartan detenidos entre los intermediarios que ofrecían el alojamiento a las víctimas y que supuestamente habían arrendado las instalaciones hoteleras junto a la N-II para ofrecer el precario alojamiento. Además del antiguo hotel La Cruzanzana, los registros también han afectado a dos casas de la localidad que igualmente han quedado precintadas por las autoridades mientras se realiza la investigación. No se descarta que exista algún delito de trata.

Los temporeros pasarán la noche en el centro deportivo de Candasnos, según ha confirmado el alcalde de la localidad, Santiago Guallarte. En el recinto se han habilitado casi un centenar de camas, neveras y se han trasladado las pertenencias de las personas desalojadas del hotel.

Los afectados trabajan en la campaña de recogida de la fruta, una actividad que todos los años protagoniza escenas de explotación laboral y abusos, sobre todo por las precarias condiciones a las que se enfrentan los trabajadores que se desplazan a las zonas frutícolas.

De hecho, hace dos semanas la Guardia Civil y la Policía Nacional, en el marco de la operación Lhotse-Tiger, desarticularon una red de trata de seres humanos y explotación laboral que permitió liberar a 45 víctimas que eran explotadas en fincas agrícolas de Aragón, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y Extremadura.

La organización, con base en la provincia de Zaragoza, estaba integrada por ciudadanos de origen pakistaní y argentino especializados en la captación y explotación de migrantes en situación de vulnerabilidad, procedentes de países como Nepal, Pakistán e India, a los que engañaban con falsas promesas de trabajo digno en España.

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