Forestalia se lanza al negocio de centros de datos con sus activos energéticos

La empresa, referente en renovables, toma posiciones en el sector tras asegurarse el acceso a la red para nueva demanda electrointensiva en, al menos, tres posiciones ubicadas en los términos de Gallur, Muel y María de Huerva

Obras de construcción de un aerogenerador en un parque eólico promovido por Forestalia en la provincia de Zaragoza.

Obras de construcción de un aerogenerador en un parque eólico promovido por Forestalia en la provincia de Zaragoza. / El Periódico de Aragón

Zaragoza

El rey del viento en Aragón también quiere surcar las nubes (digitales). Forestalia, referente a nivel nacional en la promoción y desarrollo de energías renovables (eólica, fotovoltaica y biomasa), ha lanzado una estrategia para entrar de lleno en el negocio de los centros de datos. La empresa quiere hacer valer los proyectos energéticos con que cuenta en cartera en un avanzado estado de tramitación, así como los accesos a la red eléctrica para conectar nueva demanda que ya se ha asegurado o ha solicitado, un activo esencial para la viabilidad técnica de este tipo de infraestructuras tecnológicas. 

La compañía fundada y liderada por el empresario zaragozano Fernando Samper está estudiando diversas fórmulas para impulsar el despliegue de estos almacenes de recursos informáticos por el territorio aragonés, preferentemente en la provincia de Zaragoza. Por lo pronto, cuenta con derechos de acceso a la red de transporte eléctrico para conectar nuevas instalaciones de demanda en, al menos, tres posiciones. Se trata de las subestaciones de Magallón, Los Vientos y María, según ha podido saber este diario de fuentes próximas al grupo familiar.

Estos nudos se encuentran ubicados en los términos municipales de Gallur, Muel y María de Huerva, susceptibles de captar inversiones para instalar centros de datos, bien en estas localidades zaragozanas y en su entorno próximo. Forestalia ha solicitado acceso en otros puntos de la red, en algunos de ellos en liza con otras compañías. Así ocurre en la subestación de Terrer, ubicada cerca de Calatayud, donde compite con Endesa en el que es el primero enchufe de Red Eléctrica (Redeia) en Aragón que el Gobierno saca a concurso para adjudicar la capacidad de acceso por exceso de demanda.

En todos los casos, Forestalía trata de aprovechar la ventaja con que cuenta en la asignación de estos recursos en los nudos donde vierte renovable como generador renovable. La legislación favorece que las compañías productoras de electricidad puedan solicitar acceso para conectar demanda con un sistema de autoconsumo en la misma subestación en la que vierten bajo la fórmula del autoconsumo de energía, que pueden llegar al 50% de la capacidad de generación de cada posición.

Negociaciones en curso

La compañía mantiene conversaciones con distintas partes interesadas –incluidos potenciales socios tecnológicos y financieros– para valorar su implicación en este nuevo sector, pero todo está aún en fase exploratoria. Del desarrollo de las negociaciones abiertas dependerá si su papel se limitará a actuar como suministrador de energía para este tipo de infraestructuras electrointensivas o también participará en la promoción y gestión de estos centros.

Forestalia ve en este posible nuevo mercado una salida a algunos de sus proyectos renovables que han quedado en el limbo. La compañía está trabajando para que la energía que se preveía evacuar en Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco, pueda destinarse a desarrollos industriales de Aragón, ayudando así a paliar el déficit energético derivado de las inversiones previstas, tales como los centros de datos o la gigafactoría de baterías que promueven Stellantis y el grupo chino CATL en Figueruelas. Para este último proyecto, la empresa está también bien posicionada en virtud del acuerdo cerrado hace un año con la energética asiática CGE, pero todavía no hay cerrado.

De las tres líneas de alta tensión proyectadas por la empresa para verter la energía verde en Cataluña, solo una cuenta con autorización por parte del ministerio, mientras que las otras dos están pendientes de un informe de la Generalitat, en principio, poco proclive a dar su visto bueno. La autopista eléctrica con la Comunidad Valenciana tampoco ha recibido la aprobación y la del País Vasco está pendiente de la decisión de la Justicia. 

Las declaraciones de impacto ambiental favorables, emitidas en esos casos a lo largo de 2024, junto con el resto de la tramitación administrativa, permitirían activar una inversión de más de mil millonaria para desarrollar los proyectos renovables. En definitiva, según fuentes del sector, la empresa trata de «hacer de la necesidad, virtud y trata de poner en el mercado proyectos renovables que puedan acompañar grandes inversiones industriales o tecnológicas de Aragón.

Inversiones aragonesas en el sector

La apuesta de Forestalia por entrar a formar parte del ecosistema de los centros de datos supone la constatación de que este pujante sector, que promete movilizar inversiones milmillonarias en la comunidad, ya no es solo cosa de gigantes tecnológicos, multinacionales. Además del efecto arrastre que empieza constatarse en las empresas locales ligadas a la construcción, sociedades de capital aragonés están tomando posiciones en este mercado. Así ocurre con Samca, que promueve un complejo de datos en Luceni, o con Atalaya, que junto a otros inversores de la comunidad y la estadounidense Vantage, promueve otro proyecto en Villanueva de Gállego.

Forestalia fue pionera en el sector en la apuesta por la generación sin primas ni subsidios públicos. En total, Forestalia ha desarrollado algo más de 6 gigavatios (GW) para la propia compañía y para terceros, entre los cuales se cuentan GE, Repsol, CIP, LightSource BP. Bruc, Mirova o Engie, gran parte de los cuales están actualmente en operación, y cuenta con una cartera de desarrollo de aproximadamente la misma dimensión.

La empresa mantiene su objetivo de alcanzar una cartera de 1,2 GW propios en operación, categoría que ahora mismo se compone de aproximadamente 520 megavatios.

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