El rescate de una familia en Azuara: "Mi sobrino pequeño salió en shock y ni me reconoció"
Los suegros, el cuñado y los sobrinos pequeños de Marta Alaja se quedaron atrapados en su casa de Azuara la noche de las lluvias. Mientras su marido acudía a por ellos, los niños se subieron encima de los muebles

La cocina de la casa en la que se quedó atrapada la familia de Marta Alaja. / Servicio Especial
Fue cuestión de cinco o diez minutos, dice Marta Alaja. En ese breve periodo de tiempo, el agua ya les llegaba hasta la cintura. Y poco a poco, cuenta, «fue creciendo». Ella no estaba allí, pero sí sus suegros, su cuñada y sus sobrinos. Todos atrapados en su casa de Azuara. «Fue muy angustioso», afirma.
«Mi suegro tiene dos puertas de entrada a su casa. La del jardín se reventó y, la otra, con la corriente, le atrapó el brazo», según cuenta. «Por la puerta del jardín había mucha corriente y la otra no podían abrirla por la presión del agua», recuerda. Los pequeños se pusieron en zonas altas. «Él estaba sobre la encimera y ella encima de un armario», detalla.
Ni Marta ni su pareja estaban en Azuara en ese momento, sino en Zaragoza. «Mi marido salió de trabajar en cuanto se enteró y se fue directo a por ellos. Llegó a la parte trasera de la casa a través de un campo con dos amigos», explica Marta, y añade: «Rompieron la verja que hay en la zona de la cocina y los rescataron uno a uno. Creo que les acompañó un bombero». Ella, que también tiene casa en Azuara, llegó al pueblo con su cuñada al poco tiempo.
La mujer recuerda la trágica noche del viernes y lo que sufrieron sus familiares. «La chiquitina tiene siete meses y no se ha enterado de nada, pero salió de allí con hipotermia. Les pilló que iban a meterse en la cama y, como ya es verano, solo llevaba una mantita», explica. Durante la tormenta, dice, el niño «mantuvo la calma», pero «luego salió en shock». «Ni me reconoció cuando lo cogimos», subraya.
Poco a poco fue recuperándose. También su suegro, al que la puerta le atrapó el brazo, consiguió liberarse y, aunque tienen cortes -«Ha ido al hospital a Zaragoza y les han puesto la antitetánica», señala- todos están bien. Lo cuenta desde Azuara en un breve descanso. Su marido y ella siguen allí ayudando a limpiar. «La casa está vacía. Hemos tirado todos los muebles», explica.
«Todos estamos en shock», señala Marta, y añade: «Vamos todos a lo que haya que hacer y ha venido gente desde Zaragoza a ayudar». Con todo, la incertidumbre se apodera de los vecinos. «¿Qué va a pasar ahora con el centro de salud? ¿Lo van a volver a construir? ¿Y en el mismo sitio?», se pregunta Marta, que añade: «¿Y con el pabellón de deportes? Justo el sábado teníamos una cena ahí todo el pueblo». Ella misma se manda un mensaje de calma y recuerda que «todo pasa».
- Las historias detrás del drama de la vivienda: 'No puedo dormir. Ya no tengo ganas de nada
- Dos hijos, un trabajo indefinido y un desahucio programado en Zaragoza: 'No tengo más opciones
- Cierra una histórica tienda de trajes regionales en Zaragoza tras 75 años: 'Nuestro ciclo ha terminado
- Bar 212, el último reducto del 'juepincho' está en Delicias: 'Hemos servido 600 tapas a un euro en una tarde
- Estas piscinas naturales parecen del Caribe pero están en un pueblo deshabitado del Pirineo Aragonés
- La nueva Romareda: un año de obras y más de 20 millones invertidos
- La antigua sede de una secta se convertirá en 20 apartamentos turísticos en el centro de Zaragoza
- Se vende casa con piscina y gran terraza en una urbanización de alto nivel en Zaragoza por menos de 300.000 euros