Un vecino de Azuara que colaboró en los rescates: "En esos momentos solo piensas: me necesitan"

Kabir es un vecino de Azuara que la noche del viernes trató de ayudar a los atrapados en las casas por las tormentas, como un señor que iba en silla de ruedas

Kabir, con la camiseta blanca, junto al centro de salud arrasado.

Kabir, con la camiseta blanca, junto al centro de salud arrasado. / JAIME GALINDO

Zaragoza

Kabir estaba en Azuara la tarde de las tormentas. También varios de sus amigos, que estaban dando una vuelta por el pueblo por aquel entonces. «Se acercaron al río y dijeron que estaba bajando el barranco de la Val. En cuanto fueron a avisar a la gente, se fue la luz», recuerda. Entonces, el grupo de amigos se bajaron «a la parte baja del pueblo, que es la afectada», dice. Con la tormenta desatada, rescataron a una familia. «Eran una madre, dos abuelos y los dos nietos», detalla.

Además, Kabir cuenta que «en otra casa había un señor que iba en silla de ruedas». «Lo pilló durmiendo en la cama, y a su mujer en el sofá, viendo la tele. La tormenta reventó la ventana y empezó a entrar el agua», explica. Él trató de cruzar hacia esa zona para llegar a la casa del señor que iba en silla de ruedas. Por suerte, cuenta, se hizo una «pequeña barca» que salvó al hombre.

No fueron las únicas historias de personas atrapadas. Kabir cuenta que «había cuatro personas que se fueron a ayudar a otra casa». «Los tres que estaban en la parte de la casa se pudieron resguardar, pero a la chica, que era la dueña de la casa, se la llevó el río», relata. Según cuenta, «la arrastró unos 400 metros y está viva de milagro», pero «ha perdido la casa de su madre y la suya». Ahora, de momento, ella está en el pueblo «ayudando a lo que puede».

Kabir también menciona al alcalde, que quedó atrapado encima de un techo, y a otros vecinos que se quedaron en los tejados, y explica que si a él le salió actuar en cuanto empezaron a sucederse los hechos fue porque «en esos momentos no piensas en nada». «Solo piensas: me necesitan», destaca, y reflexiona: «Podría ser un familiar mío o ser yo la persona que está al otro lado y, si eso pasa, ojalá hagan eso por mí». Todo lo que hizo fue «por ayudar», recalca.

Como él, recuerda, hubo otros muchos. «En la última casa del pueblo, un hijo tuvo que sacar a su madre, a su padre, a su hermana y a dos sobrinos que estaban atrapados», señala. Kabir afirma que ante esta situación «lo que todos intentan hacer es ayudar a lo que haga falta». De hecho, cuenta que a Azuara ha acudido gente de los pueblos del entorno y también de Zaragoza, y los vecinos ayudan con sus tractores en todo lo que pueden.

Es la situación que ahora vive Azuara, donde la gente está «atenta por si vuelve a bajar La Val, un barranco que arrasa todo lo que pilla». Y, además, «intentar no perder la calma», dice Kabir. Porque, añade, «al final todo tiene solución». 

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