Los alcaldes afectados por las tormentas de Aragón: "Necesitamos que recuerden cómo estamos"

Los regidores de Letux, Almonacid de la Cuba y Villar de los Navarros, entre otros, analizan una semana después de la riada las labores que se han hecho y la ayuda que han recibido estos días

Un efectivo de la UME quita los últimos rastros del barro en Letux, este viernes.

Un efectivo de la UME quita los últimos rastros del barro en Letux, este viernes. / Miguel Ángel Gracia

Llegó más ayuda, cambió el escenario. Este sábado se cumplió una semana desde que los vecinos de Azuara, Letux, Almonacid de la Cuba y Villar de los Navarros, entre otros pueblos, se despertaron con destrozos en sus calles por las fuertes tormentas. Con la vista puesta en lo sucedido, y conscientes de que todavía queda trabajo, los alcaldes de las zonas afectadas analizan qué se ha hecho hasta ahora y qué queda por hacer. Y, aunque cada localidad vive una situación particular, todos coinciden en algo: apenas queda barro, pero sí muchas viviendas afectadas.

Miguel Sanz es el alcalde de Letuxy afirma que allí «la situación ha cambiado como si lo que pasó hubiera sido un mal sueño». Este miércoles llegó la UME y sumó su trabajo al de otros efectivos que ya estaban en el pueblo, como Sarga o los Bomberos de la DPZ y de la DPT. «Todos han ayudado. Cada uno ha traído la maquinaria que tenía», indica. Tampoco han faltado en ningún momento las manos de los vecinos. «Es una ayuda que agradeces y un apoyo moral», dice. Es gracias a ellos que las calles están limpias. «Se ha trabajado a contrarreloj», asegura.

El alcalde lo agradece, pero afirma que ahora «el problema está en lo que no son las calles». Sanz muestra su preocupación por la recuperación de las casas, pues explica que «en el medio rural hay mucha segunda vivienda sin seguro». «Uno piensa que la segunda residencia da igual, pero no. Es la vivienda de la ilusión, la que la gente arregla, en la que pasan las vacaciones y en la que se quieren jubilar», defiende. Su temor es que estas casas se queden en ruinas. «Se habla de despoblación pero, ¿qué será más despoblación que casas que no se reconstruyen?», reflexiona.

Así, Sanz tiene claro que «no basta con reconocer el daño y lo que ha pasado», e insiste en que «hay que pelear por las ayudas». Él mismo se aprieta las tuercas: «Las administraciones, y no eludo responsabilidades, tenemos que estar a la altura», sostiene. Porque, afirma, «el pueblo salva al pueblo, pero el Estado más». 

Una vez recuperadas las casas, habrá que gestionar «los daños agrícolas, los caminos rurales, la infraestructura de riego». «No se distingue un campo de otro», dice. Pero ahora pone el foco «en los daños del casco urbano». Lo demás será «otra página del libro», dice.

También en Azuara ha cambiado el escenario. «Estamos bastante mejor», afirman fuentes del ayuntamiento, que añaden: «El lunes por la noche vinieron a evaluar la zona y el martes ya estaba aquí la UME». Estos efectivos continúan trabajando en el pueblo, como también lo hacen los de Infoar y los de la DPZ. «Queda trabajo todavía, pero lo que han hecho se nota mucho. Para como estábamos el fin de semana pasado, ahora estamos bien. Ya tenemos agua y centro de salud», sostienen.

Desde el ayuntamiento remarcan que en Azuara están «todos muy unidos». Por eso, los vecinos se volcaron desde el primer minuto y aportaron sus tractores y excavadoras cuando todavía no contaban con otra maquinaria. Ahora, ya con las calles limpias, dejan trabajar a la UME. «Son los expertos y saben cómo hacerlo. En estos momentos necesitan espacio y zonas libres de voluntarios para trabajar con seguridad», afirman. 

Escobas, palas y cubos amontonados frente al Ayuntamietno de Azuara este viernes.

Escobas, palas y cubos amontonados frente al Ayuntamietno de Azuara este viernes. / Miguel Ángel Gracia

Con las ayudas recibidas consideran que se «funciona bien» y revelan que «se va viendo la luz y ha aumentado la motivación». También la situación evoluciona en Almonacid de la Cuba, donde según cuenta su alcalde, José Enrique Martínez, «ya hay luz en las casas y en las calles», así como agua de uso no doméstico. 

El problema principal de Almonacid de la Cuba es para Martínez la carretera. Por eso, explica que necesitan que siga la llegada de "excavadoras de la DPZ". "Ya hay técnicos de la diputación ayudando porque todo esto es alto nivel y nosotros no podemos meter camiones u hormigoneras. Es obra a gran escala", sostiene. El regidor se siente "satisfecho" con toda la ayuda recibida, que considera "suficiente". "Algún vecino dirá, pues si mandan más, mejor. Pues claro, pero hay que ser conscientes de lo que queremos y de lo que pedimos. Ahora tengo cien garrafas de agua y cada día repartimos veinte, ¿para qué quiero entonces doscientas?", expresa.

Para Martínez, el problema de Almonacid está en la carretera. Por eso, detalla que aunque ya hay técnicos de la diputación por allí, necesitan «que sigan llegando excavadoras». «Esto es alto nivel y nosotros no podemos meter camiones u hormigoneras. Es obra a gran escala», sostiene. 

Con todo, el regidor se siente «satisfecho» con la ayuda recibida. Bajo su consideración, «en el tema político se han portado muy bien». «En ese sentido tengo que hablar muy bien», dice, y cuenta que también han recibido otras ayudas: «El miércoles me llamaron los alcaldes de Alaya y Paiporta por si necesitábamos escobones y yo me emocionaba. Es muy de agradecer».

"Incapaz" de empezar de cero

Pero, además de agradecido, Martínez está «hundido». «Esto me ha superado», confiesa. «Llevo diez años de alcalde haciendo cositas pequeñas para mejorar el pueblo y que en un día se vaya todo al garete...», dice en un suspiro, y revela que no se siente «moralmente capaz de empezar de cero». Ahora llora su pueblo y su proyecto, y clama porque no se olvide lo ocurrido: «Necesitamos que se acuerden de cómo estamos».

Y lo que están es, al menos en Villar de los Navarros, «cansados y reventados». Miguel Ángel García Abuelo es su alcalde y afirma que la situación «está más estabilizada» porque «lo más urgente está recogido y se ha sacado todo el barro». Pero, como en los pueblos vecinos, todavía quedan «arreglos de infraestructuras y de pasos sobre el río».

En Villar han recibido ayuda de Sarga, que según cuenta García «han estado haciendo limpieza en todos los sitios que han podido y que ellos entendían que estaban dentro de sus competencias». También la DPZ «ha ido haciendo apaños en caminos», añade. Ahora requieren de más maquinaria para «rehabilitar los pasos por el río para que puedan entrar los camiones a por lo derruido», señala. 

El regidor agradece las ayudas - «Desde Azuara nos han enviado material que les había llegado de Valencia», dice-, pero recuerda que les quedan por delante «mucho trabajo con las viviendas y el desescombro». «Va a ser cuestión de muchos meses», remarca.

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