A fondo | Ayudar y acompañar: una labor sin comparaciones

Cruz Roja destaca que su misión en cada emergencia es distinta pero el compromiso es el mismo con independencia de la magnitud

Un miembro de Cruz Roja, limpiando las calles afectadas por las tormentas en Aragón.

Un miembro de Cruz Roja, limpiando las calles afectadas por las tormentas en Aragón. / CRUZ ROJA ARAGÓN

Alicia Giménez

Zaragoza

Toda emergencia es distinta y todas son importantes. En cada una hay que responder en función de la proporción, las necesidades y, sobre todo, en la atención de las personas que sufren la pérdida de medios de vida y la muerte de seres queridos, insustituibles. No hay comparaciones, solo el decidido compromiso de otros seres humanos, como las personas voluntarias de Cruz Roja, en ayudar y paliar su situación. 

En casos como las inundaciones por la dana en Valencia o las recientes por las tormentas en Aragón, el voluntariado solo se ve reflejado en el dolor de las personas que lo padecen y ese sentido de humanidad, principio fundamental de la organización, es el que les impele y mueve. 

En una emergencia, siempre se aprende a mejorar la intervención con el fin de poder actuar lo más rápidamente posible, de la forma más eficaz para hacer llegar la ayuda y la intervención a las personas perjudicadas. 

Desde Cruz Roja, nos preocupa el crecimiento de los fenómenos naturales adversos, a consecuencia del cambio climático, y somos conscientes que cada vez hay que estar más preparado ante los recurrentes, y cada vez más crecientes, desastres que ocasionan inundaciones, incendios y otros efectos. La evolución irreversible de los cambios de la vida del planeta no la podemos parar, pero sí está en nuestra mano frenar, ralentizar, paliar y siempre llevar humanidad a las personas que sufren la devastación perdiendo medios de vida e, incluso, la trágica pérdida de seres queridos. 

Consolar y ayudar a reconstruir vidas es lo que hicimos, y seguimos haciendo, en las poblaciones afectadas por la dana en Valencia y ahora aquí en Aragón. Dimensiones distintas de una tragedia, pero en el centro, las personas. Si bien en extensión es incomparable el número de poblaciones afectadas, de personas damnificadas, daños materiales y, sobre todo, el dolor por las pérdidas humanas y circunstancias. Por eso, insistimos, cada emergencia es distinta y precisa de una respuesta adecuada; muchas veces se desconoce su dimensión, en los primeros momentos, y de lo que verdaderamente se trata es estar allí prestando auxilio, acompañando a las personas y mantener nuestra presencia, cuando deje de ser noticia. Algo que, nos hacían llegar los vecinos de estos municipios de Valencia, reiteradamente. 

Equipos de voluntariado de Cruz Roja en Aragón hemos colaborado en todo tipo de funciones en poblaciones como Paiporta, desde limpieza a entrega de bienes de primera necesidad, con aportaciones de ayudas directas a personas y a negocios para volver a emprender, gracias a la solidaridad de la población de Aragón volcada en la ayuda y reconstrucción de estos municipios severamente castigados y que vieron cómo de la noche a la mañana su vida había cambiado. Y seguimos en Valencia, aportando ayudas, pero también aquí en las zonas dañadas de nuestro territorio.

En Aragón, por fortuna, no ha habido fallecimientos, aunque sí cuantiosas pérdidas materiales en accesos y construcciones públicas, casas y explotaciones agrícolas que han quedado arrasadas por completo. El alcance es distinto, pero donde haya una o más personas perjudicadas por una tragedia, allí debemos estar. 

Desde Cruz Roja se ofreció en Valencia una respuesta distinta por su dimensión y alcance y el voluntariado de toda España participó con todos los recursos disponibles; en Aragón, hemos podido afrontar, desde nuestro ámbito de trabajo, esta situación con nuestros propios medios y no ha sido necesario activar a equipos de otras provincias españolas. 

Desde hace varios años, Cruz Roja Española, ante la proliferación de fenómenos naturales ha visto la necesidad de formar y crear equipos de voluntariado compuestos por vecinos con formación básica de emergencias, son los ERBEs, los Equipos de Respuesta Básica de Emergencias, con el fin de que aprendan a organizar y actuar en los primeros momentos en su comunidad más próxima, mientras llegan los servicios más profesionalizados de Cruz Roja: ERIE (Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias) y la ERIE Psicosocial, unidad especializada en la atención emocional para tener preparada a la población y coordinar, de forma rápida y efectiva, nuestra colaboración en cualquier emergencia, siempre al servicio del 112. No hay comparaciones en emergencias, sólo humanidad.

*Alicia Giménez es responsable de comunicación de Cruz Roja Aragón

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