Un catedrático de la Universidad de Zaragoza logra una ayuda de más de 3 millones para investigar sobre el cáncer

Jesús Santamaría, investigador y profesor del campus público aragonés, alcanza un hito al ser uno de los cinco europeos que ha logrado una Advance Grant por tercera vez consecutiva

En el centro, Jesús Santamaría, catedrático de la Universidad de Zaragoza que ha obtenido la Advanced Grant por tercera vez.

En el centro, Jesús Santamaría, catedrático de la Universidad de Zaragoza que ha obtenido la Advanced Grant por tercera vez. / Carla Greenwood

Zaragoza

El del catedrático Jesús Santamaría es, en palabras de la rectora de la Universidad de Zaragoza Rosa Bolea, "un caso inédito". El investigador del INMA y del IIS y profesor en el campus público aragonés ha logrado por tercera vez consecutiva una ayuda Advanced Grant, lo que le sitúa en el pódium de la investigación de España. "En Europa hay cinco casos de personas que la han conseguido por tercer año", ha indicado Bolea. En este caso, la financiación es de 3,1 millones de euros, algo mayor a lo habitual, que se destinará a investigar sobre el cáncer y que tendrá un plazo de cinco años.

Este lunes, respaldado por la rectora y por otros de sus compañeros como el presidente del IIS, Ángel Lanas; la delegada del Consejo Superior de Investigaciones Cinetíficas (CSIC) en Aragón, María Jesús Lázaro; la vicerrectora de Política Científica de Unizar, María Pilar Pina y la directora del INMA, María Elena Gálvez, Santamaría ha apuntado que este proyecto, que se llama ROMEO, se desarrollará en las instalaciones del INMA y del IIS.

El catedrático ha señalado que, aunque se han producido grandes avances "innegables" y se han desarrollado nuevas terapias para tratar el cáncer, todavía nadie ha podido "solucionarlo". Santamaría ha explicado que pensaba que la solución llegaría con la nanomedicina -"Tenemos nanopartículas que son tan pequeñas que son capaces de manipular el nivel de las células, pasar las membarnas celulares y, una vez entran dentro, hacer cosas espectaculares", indica- pero no ha sido así.

Según ha indicado Santamaría, la causa está en que "ni siquiera el 1% de las nanopartículas que se inyectan en sangre llegan al tumor". "No es que estas no sean capaces de matarlo, que claro que sí, sino que ni siquiera llegan", ha señalado, y ha matizado: "Matar la célula cancerosa no es especialmente difícil. Lo difícil es matar la célula cancerosa y no matar a todas las demás".

El motivo de que no lleguen al tumor está en dos puntos, ha detallado Santamaría: el hígado y alcanzar el tumor. El investigador ha explicado que la mayor parte de las partículas, a veces hasta el 95%, terminan en el hígado porque en él hay "mil millones de canalitos muy pequeños, llamados sinusoides hepáticos" que tienen dentro los llamados macrófagos que "se quedan "con todo aquello que le parezca raro al sistema inmune". Y, si se consigue sobrepasar el hígado, aparece la segunda dificultad: conseguir llegar al tumor.

Así, Santamaría ha revelado que el objetivo de ROMEO es escapar de la captura por los macrófragos y dirigir las nanopartículas hacia el tumor canceroso a través de un proyecto "novedoso" y "rompedor". El investigador ha señalado que para ello proponen diseñar partículas "señuelo" que engañen a los macrófagos. El fin es que el hígado "secuestre" a estas partículas señuelo para que, caundo luego se introduzcan las partículas adecuadas, esté ya "saturado" y las deje pasar. "Es como cuando estás en un restaurante y has comido cosas tan buenas que ya no puedes con más", ha ejemplificado Santamaría.

El siguiente paso es llegar al tumor. "Para ello, lo que se ha hecho normalmente es poner a las partículas algo que sirva para direccionar", ha indicado. Lo que sucede es que los micrófagos "se comen" todo lo que se les pone encima "por si acaso". Este proyecto de investigación propone "meter las partículas dentro de otra cosa que el tumor no va a reconocer como hostil".

Para ello, ha señalado, se van a emplear las vesículas extracelulares, que las emiten casi todas las células de nuestro cuerpo y que son esenciales para la comunicación intercelular. Según ha sostenido, estas vesículas son capaces de reconcoer aquella célula de la que proceden, por lo que las que surgen de tumores pueden ser los vehículos adecuados para dirigir a las nanopartículas. El principal reto está en cargarlas con las nanopartículas isn perturbar sus propiedades.

Para poder alcanzar estos objetivos, y gracias al presupuesto de 3,1 millones, el proyecto va a contratar a siete investigadores: tres doctores, tres estudiantes de doctorado y un técnico. Además, otros cinco científicos de la universidad y miembros del grupo NFP, entre los que se encuentra Santamaría, formarán parte de la investigación. Santamaría ha indicado que también se va a "contar con un equipo de microscopia confocal de muy alta resolucion y de muy altas capacidades".

El lugar para hacerlo será un nuevo espacio que va a inaugurar el IIS en la primera planta del hospital Miguel Servet que, según ha detallado Lanas, "son 2.500 metros cuadrados". Parte del proyecto también se desarrollará en el CIBA.

Santamaría ha indicado que "ojalá" alcancen los objetivos del proyecto. "Dentro de cinco años, y despué sde habernos gastado 3,1 millones de euros, lo sabremos", ha subrayado para añadir: "Es una suerte ser científico en esta época".

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