La ruta entre pozas que termina en una cascada legendaria: así es el secreto mejor guardado del Pirineo

Huir del calor de Zaragoza se ha convertido en una obsesión cada fin de semana. Las temperaturas no perdonan y siguen rozando los 40 grados por segundo sábado consecutivo. Dormir en la capital aragonesa se ha convertido en 'misión imposible' durante los últimos días por lo que los que pueden no dudan en escapan a la playa o al Pirineo.

Esta eterna ola de calor ha disparado el número de búsquedas de rutas por la montaña donde el agua sea la protagonista. Cualquier poza donde te puedas refrescar es una auténtica bendición para todas aquellas personas que quieren aprovechar los meses de verano sin estar todo el día refugiado debajo del aire acondicionado.

Aragón cuenta con una multitud de rutas y pozas donde podrás pasar con tus amigos o familiares un día espectacular, aunque los ayuntamientos recuerdan la obligatoriedad de respetar el entorno en todo momento y recoger los propios restos de basura que generes en caso de comer o cenar en la zona.

Una de las piscinas naturales más bonitas de España está en un escondido pueblo de Teruel

Aunque Teruel cuenta con algunas de las pozas más bonitas de España como pueden ser las piscinas naturales de Beceite o muy popular también son las pozas del Pígalo en Luesia, hoy vamos a conocer una de las mejores rutas del Pirineo oscense. Se trata de un recorrido bastante corto apto para cualquier persona y niños que hagan ejercicio físico habitualmente por la que recorrerás varias pozas de agua cristalina hasta llegar a la preciosa cascada del Confesionario.

Pozas y cascadas

Para poder comenzar esta ruta circular de seis kilómetros por las Pozas de San Martín y la cascada del Confesionario hay que llegar hasta a un parking por una estrecha carretera que nace en Sieste a pocos kilómetros de Boltaña. Comenzarás a contemplar el precioso paisaje del barranco de San Martín cuando solo hayas caminado unos diez minutos.

Una zona de pozas de San Martín que nacen de forma sucesivas donde el agua ha ido erosionando el terreno, aunque el caudal suele reducirse considerablemente en verano. Aquí, hay que tener cuidado con el lecho rocoso entre poza y poza porque se ha convertido en un terreno resbaladizo.

Tras pasar las pozas nacen varias opciones para alcanzar nuestro destino final en la Cascada del Confesionario. Puedes ir bordeando el río a través de diferentes sendas o alejarte un poco del camino del agua por un sendero donde el camino se empina y un poco más larga. Si optas por continuar por el río Sieste tendrás que mojarte los pies.

En aproximadamente 20 mimutos alcanzarás un bosque conocido como La Predicadera donde el camino volverá a descender hasta llegar a la bonita badina situada en el barranco Fondo.

Sin desviarnos de la senda volveremos a contemplar otra cascada que será la predecesora a la Cascada del Confesionario, también conocida como el Coño del mundo. Durante este camino también te sale un desvío para alcanzar la poza de Chinchirigoy, un oasis precioso desconocido para muchos. El salto del agua de la cascada del Confesionario nace de un hueco que tiene esta forma y ha inspirado un montón de leyendas en esta zona del Sobrarbe.