CATL se interesa por la 'mini Romareda' para replicar la construcción modular en Figueruelas

Varios empresarios del gigante chino visitaron las instalaciones del Actur junto a miembros del Gobierno de Aragón para conocer de primera mano el edificio anexo al estadio

Vista aérea de la 'mini Romareda', con el edificio 'hospitality' a su derecha.

Vista aérea de la 'mini Romareda', con el edificio 'hospitality' a su derecha. / MIGUEL ANGEL GRACIA

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza

El pionero proyecto de la mini Romareda ha llamado la atención de varias ciudades nacionales y extranjeras, interesadas en replicar el modelo de un estadio modular para poder acometer las distintas reformas de sus respectivos estadios con mayor celeridad de la que estaban acostumbrados. Las características llaman la atención, primero por sus calidades, pero sobre todo por la rapidez de los trabajos. Y es que la UTE (unión temporal de empresas) Nussli-MLN apenas ha precisado de poco más de 100 días para levantar este campo portátil desde cero. En cambio, el interés ha traspasado el ámbito deportivo y ha abierto una serie de nuevas oportunidades en proyectos que nada tienen que ver con el fútbol, algunas muy cerca.

Es el caso de CATL, el gigante empresarial chino que va a instalar junto a Stellantis su gigafactoría en Figueruelas. Para dicha empresa, la previsión que tiene la multinacional asiática es la de trasladar, de forma escalonada, a cerca de 2.000 trabajadores chinos durante los próximos dos años para la instalación de la planta. Una de las principales incógnitas que rodean a este desembarco sin precedentes es el habitacional, máxime teniendo en cuenta que el primer contingente de 150 profesionales (ingenieros, en este caso) llegará de forma inminente, previsiblemente este verano.

Es por ello que, según ha podido saber este diario, varios empresarios de CATL visitaron hace menos de un mes las instalaciones del estadio modular del Actur. Lo hicieron acompañados de miembros del Gobierno de Aragón, que ejercieron de cicerone en una visita que habían solicitado los propios emisarios chinos. Su interés, eso sí, no estaba en las gradas ni en el verde, sino en el edificio anexo en cuyas dos plantas se ubicarán los vestuarios, el control antidoping o la zona hospitality.

Este inmueble no ha sido construido directamente por Nussli ni por MLN, sino por una subcontrata a través de una empresa navarra radicada en Huarte, Módulos Arco. Fuentes conocedoras de la operación también confirman a este periódico que CATL ya ha entablado conversaciones con esta compañía, aunque por el momento no han pasado de un primer contacto. Sea como fuere, la predisposición de Módulos Arco, que ya conoce al dedillo las necesidades de la multinacional china en Stellantis, no puede ser mejor, aunque no es la única empresa con la que CATL ha contactado.

Desafío logístico

En cualquier caso, la llegada de los 2.000 trabajadores chinos a Stellantis supone un desafío logístico que apenas tiene precedentes. Uno puede estar, precisamente, en la antigua Opel, que necesitó de varios profesionales alemanes, estadounidenses y japoneses. La característica ahora es que llegarán para un período de dos años y Figueruelas no tiene la capacidad para absorber en su localidad tal cantidad de personas de golpe, que son más incluso de los que ahora residen en el municipio.

Vista aérea de la planta de Stellantis en Figueruelas, donde se construirá la gigafatoría de baterías, en cuyo entorno se prevé alojar a los trabajadores chinos.

Vista aérea de la planta de Stellantis en Figueruelas, donde se construirá la gigafatoría de baterías, en cuyo entorno se prevé alojar a los trabajadores chinos. / El Periódico

Esta es la razón principal por la que se ha optado por la instalación de viviendas modulares como solución más práctica (y rápida) para solventar el problema. Así las cosas, la idea pasa por levantar una pequeña villa, una suerte de China Town, que se localizaría dentro de los propios terrenos de la fábrica de Stellantis, ya que hay espacios libres para ello en las más de 400 hectáreas de terreno donde está situada.

Aunque, por otra parte, no habrá un único enclave donde vivirán los cerca de 2.000 trabajadores chinos, pese a que sí estarán en el entorno de la planta. Concretamente, además de Figueruelas, Pedrola es la otra localidad elegida para este cometido, ya que cumple requisitos indispensables como su cercanía a las obras, la disponibilidad de terrenos o la dotación de servicios básicos.

La otra particularidad que se esconde detrás de la visita de CATL al edificio anexo a la mini Romareda está en el hecho de que no solo va a ser necesaria la construcción de viviendas para alojar al elevado contingente de empleados asiáticos, sino que también se precisará de espacios para oficinas. En ese sentido, el inmueble hospitality del estadio modular del Actur ha permitido conocer de primera mano a los emisarios de CATL los materiales de construcción, los plazos que se manejan para levantar un edificio así y sus condiciones.

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