Una base permanente en Zaragoza para el verano de 2026: las claves para entender la negociación

El equipo de trabajo formado por la DGA, el ayuntamiento y Aena trabaja en una fórmula por definir que permita invertir más dinero en atraer nuevas rutas y poder fijar las prioridades de destinos

Viajeros subiendo a un avión de la compañía Ryanair en el aeropuerto de Zaragoza.

Viajeros subiendo a un avión de la compañía Ryanair en el aeropuerto de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

David López

David López

Zaragoza

El aeropuerto de Zaragoza camina con paso firme para conseguir el objetivo de tener una base permanente de operaciones de algunas de las compañías que ya operan en la pista de Garrapinillos. Una apuesta que estará marcada por dos cuestiones clave: el montante económico que el Gobierno aragones y el consistorio sean capaces de reunir y el margen de tiempo que les ofrecen las aerolíneas para lograr que esta esté operativa en el verano de 2026.

Tal y como ha adelantado EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, las cuantías que finalmente se consigan para sacar a concurso el contrato para fijar rutas desde la terminal aragonesa sumarían más de 5 millones de euros, que el precio que los técnicos que trabajan sobre el terreno están cifrando que costaría esa operación. Una cifra que las empresas interesadas tendrían finalmente que confirmar en un concurso público al que hay que llegar con al menos alguna de las aerolíneas asegurada en la puja, ya que el riesgo de que se declare desierto frustraría la única opción real que tiene Zaragoza de llegar a las próximas elecciones de 2027 con esa base permanente funcionando.

No es baladí ese reto de llegar a tiempo en un plazo al que ahora mismo le quedan menos de dos años y sobre todo cuando es el mismo partido el que gobierna en la comunidad autónoma y en la capital aragonesa, el Partido Popular de Azcón y de Natalia Chueca. Ponerse de acuerdo en la cuantía es decisivo, hacerlo pronto y con el compromiso de incluir esa partida en sus próximos presupuestos, también lo será. Cuando en 2013 Zaragoza dejó de aportar dinero a la promición del aeropuerto era el PP de Luisa Fernanda Rudi la que dirigía el Ejecutivo autonómico y el PSOE de Juan Alberto Belloch en el ayuntamiento, condicionado por los apoyos de CHA e IU, que rechazaban esta fórmula de financiación de rutas como clave para el éxito.

Las prioridades marcadas

Mientras, Aena le aporta una función fundamental en esta operación, que es la de ofrecer toda la información y el asesoramiento para escoger los destinos prioritarios para Aragón, los que más interesan y que más demanda podrían tener. En este sentido, Zaragoza ya ha conseguido tener un listado de objetivos que, desde hace meses, pasan por llegar a Alemania con conexiones directas con Frankfurt o Berlín, después de que la experiencia con la ruta de Múnich no diera los resultados deseados, y sumar la de Ámsterdam, en Países Bajos, que tiene un importante problema que es la falta de 'slots' (franjas horarias para poder aterrizar y despegar) en una pista muy saturada de vuelos. Mientras, los objetivos para España, están centrados en recuperar destinos como Ibiza, Sevilla o Málaga.

Así que una vez tenga la cuantía disponible, con la inyección extra del ayuntamiento, la DGA se plantea la fórmula de la licitación porque, básicamente, es la que le permite fijar sus prioridades y encontrar aerolíneas que ofrezcan lo que Aragón busca y no lo que ella esté dispuesta a ofrecer. ¿Cuál es el hándicap de esta opción? Que igual esto encarece el precio. Pero tampoco es desdeñable el abanico de posibilidades que ofrece el mercado actual, ya que hay ciudades que han optado por sacar a concurso lotes completos por destinos, a los que poder optar, pero la clave es usar esa fórmula para atar la base permanente de operaciones.

Y es que conseguir que los aviones duerman en la terminal de Garrapinillos es clave para sumar muchas más rutas en Zaragoza. De hecho, aunque queda mucho por definir y negociar, contar con una base es lo que garantizaría, por ejemplo, aspirar a tener entre ocho y diez destinos más, en un mix de rutas nacionales e internacionales con el que poder satisfacer prioridades de la Administración y demanda de las aerolíneas por la oprativa.

Al final todo se reduce a una cuestión de dinero y plazos, ya que las aspiraciones dependerán de la cifra que Zaragoza y Aragón consigan sumar y de hacerlo a tiempo de estrenarlo en esta legislatura. Eso limita toda la operación al escaso margen de un año para hacerla funcionar. Es decir, hay que volar en los despachos para aterrizar ese objetivo en 2026.

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