Los 8.000 millones que cambiarán Aragón: los detalles del proyecto Toro, la gigafactoría de CATL y Stellantis

El proyecto tendrá un enorme impacto económico, con unos ingresos de casi 2.200 millones en 15 años para las administraciones a través de impuestos, además de que generará más de 6.000 empleos anuales durante su construcción

La gigafactoría de CATL se instalará en la zona norte de la parcela de Stellantis en Figueruelas

La gigafactoría de CATL se instalará en la zona norte de la parcela de Stellantis en Figueruelas / Stellantis

Zaragoza

La gigafactoría de baterías que Stellantis y CATL levantarán en Figueruelas promete cambiar el paisaje productivo, económico y laboral de Aragón durante las próximas décadas. No es solo una inversión. Es una transformación. Con más de 4.000 millones de euros de inversión directa y un impacto financiero estimado en cerca de 8.000 millones, el llamado Proyecto Toro no solo juega un papel clave en el impulso de la transición hacia la movilidad eléctrica en España y Europa, sino que reconfigurará el músculo industrial de la comunidad autónoma.

Lo que se está gestando no es únicamente una fábrica, sino la generación de un nuevo ecosistema. Así lo revela el Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA) de la inversión, que ha recibido el visto bueno inicial del Ejecutivo autonómico dando paso al proceso de información, según recoge este viernes el Boletín Oficial de Aragón (BOA). 

La ingente documentación técnica, ambiental y económica presentada por Stellantis –CATL está al margen de la tramitación administrativa– desgrana los detalles del macroproyecto, que se desplegará sobre una superficie de 89 hectáreas de los términos municipales de Figueruelas y Pedrola, en el polígono industrial Entrerríos.

La actuación comprende un conjunto de inversiones que componen la construcción de la gigafactoría de baterías (celdas y módulos) para la producción de vehículos eléctricos, pero también otra serie de infraestructuras, como una nueva subestación eléctrica para la planta, la línea de conexión de la misma o el tendido eléctrico de evacuación de los parques renovables asociados para asegurar la autonomía energética del complejo.

Empleos en la fase de construcción

Durante la fase de construcción, que se extenderá desde 2025 hasta 2030, se generarán más de 6.000 empleos anuales, fundamentalmente en sectores como la construcción, la metalurgia, la maquinaria o los servicios técnicos. Una parte importante de esta mano de obra se cubrirán con trabajadores provenientes de China --cerca de 2.000 personas--, aunque la documentación del PIGA no alude a esta cuestión.

El proyecto tendrá un especial impacto en el sector industrial, en el cual se espera un impacto económico de 5.900 millones. El efecto inducido por esas rentas multiplicará la actividad local y regional, lo que consolidará un polo de dinamismo económico con epicentro en la comarca de la Ribera Alta del Ebro, pero con reverberaciones en todo Aragón.

Cuando la fábrica entre en funcionamiento a pleno rendimiento, algo que se prevé para 2030, la magnitud se mantendrá con 3.000 puestos de trabajo directos vinculados a la producción de baterías y más 8.500 empleos indirectos ligados a todo el tejido de proveedores, servicios auxiliares, transporte y mantenimiento. Una operación de alto valor añadido que no solo aportará empleo, sino también especialización y proyección profesional para los trabajadores de la zona.

El efecto millonario sobre los impuestos

El impacto económico se medirá también en términos de ingresos públicos. Según las estimaciones incluidas en el proyecto Toro, el conjunto de la actividad industrial derivada del mismo generará más de 2.196 millones de euros en impuestos y tasas en un horizonte temporal de 15 años. Es decir, unos 170 millones anuales durante la etapa operativa de la planta, gracias a figuras como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), el IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas) o el IVA. Se trata de una inyección fiscal continua que reforzará la capacidad de inversión de las administraciones públicas —en especial, los municipios del entorno— y que garantiza retornos sostenidos para el territorio.

Por el contrario, no se aplicará el ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras), otros importante fuente ingresos para las arcas municipales, ya que su pago está eximido gracias a la tramitación del proyecto como PIGA.

Refuerzo a la formación

Los efectos no son solo económicos, sino también sociales. El crecimiento de población que se anticipa, unido a la formación técnica que ya se está diseñando con el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem), las universidades y los centros de FP, tratarán de reforzar la cohesión territorial y la igualdad de oportunidades. Habrá programas específicos para mujeres, personas con diversidad funcional y colectivos vulnerables.

La planta se ubicará al norte de la actual factoría de la multinacional del automóvil, que ya advierte de que el proyecto servirá para impulsar la nueva plataforma íntegramente eléctrica STLA que el grupo instalará en sus fábricas de Vigo y Figueruelas. La producción de baterías se distribuirá a todas las plantas de la empresa en el resto del mundo.

La inversión "permite identificar un claro impacto positivo en el crecimiento poblacional de la zona más próxima a la planta y en la empleabilidad de los municipios cercanos (principalmente Figueruelas y Pedrola)", según recoge la documentación del proyecto, en cuya elaboración ha participado la consultora Idom. Además, se añade, debido a la magnitud de la actuación y la alta empleabilidad de las inversiones, "el ámbito de influencia se extenderá de manera prioritaria a Zaragoza como núcleo de fuerza laboral".

El impacto en la economía aragonesa, añade el documento, "dependerá de la medida en que ese incremento de demanda inicial se produzca en Aragón". Una parte importante del capex (activos fijos) en maquinaria será importada de otros países por lo que no todo el impacto se producirá en Aragón pero sí una parte importante sobre todo en la construcción, fabricación de productos metálicos y servicios técnicos".

El proyecto Toro comprende el conjunto de la inversión que Stellantis va a llevar a cabo en sus diferentes fases en la construcción de una gigafactoría de baterías se sitúa en los 4.100 millones de euros mencionados, de los que 1.586,4 millones serán para las obras de construcción, edificaciones e instalaciones, otros 1.833,6 millones para el proceso de instalar equipamiento y puesta en marcha del proceso productivo y 680 millones para el lanzamiento y puesta en marcha de la misma.

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