Kevin De Geus y Michael Fenton, vecinos de Tolva testigos del incendio: "Pensaba que iba a perder mi casa"

Una cosechadora causó el fuego que arrasó este jueves unas 40 hectáreas agrícolas y forestales

El incendio ocasionado en Tolva por una cosechadora, visto desde la casa de un vecino que vive a un kilómetro, este jueves.

El incendio ocasionado en Tolva por una cosechadora, visto desde la casa de un vecino que vive a un kilómetro, este jueves. / EL PERIÓDICO

Zaragoza

"Estaba en casa y vi una nube de humo enorme, más alta que un edificio. Daba susto porque estaba bastante cerca". Son palabras de Kevin de Geus, un vecino de origen holandés que lleva dos años viviendo en el municipio de Tolva (Huesca), que cuenta con unos 132 habitantes censados, según el INE, y que este jueves sufrió un incendio que quemó 40 hectáreas de bosque.

Su primera reacción fue "llamar al 112" al ver desde su ventana prender a una cosechadora. "Había mucho viento y venía hacia mi casa, que está en el bosque", sostiene De Geus. El siguiente aviso fue para su familia, pidiéndoles ayuda para mojar la casa, ya que "es de madera" y veía cómo caía "un mar de chispas" sobre la misma, las cuales "casi tapaban el sol". Además, a tan solo 500 metros, Kevin tiene un campo de trigo que temía que se incendiara y, sin él pedir ayuda, unos siete agricultores conocidos acudieron a su casa. "Sabían que podía correr peligro y vinieron con dos tractores grandes para hacer una zanja en el campo. Durante dos horas movieron la tierra y labraron el trigo para que no prendiera", recuerda De Geus. Y mientras él "refrescaba la casa" con una manguera.

Imagen de un hidroavión sofocando el incendio en Tolva de este jueves.

Imagen de un hidroavión sofocando el incendio en Tolva de este jueves. / EL PERIÓDICO

Igual que la de Kevin, un par de viviendas más también estaban "en peligro". "Hay casas viejas de piedra también en el campo a las que solo se puede acceder con un 4x4. Ellos enseguida se fueron con el coche", explica a este diario. Entretanto, De Geus temía más por el viento que "se giró" que por el fuego. Una combinación, asegura, para la que "no puedes prepararte".

Varios helicópteros e hidroaviones, según cuenta este vecino, llegaron enseguida a sofocar el fuego y también fueron sus mascotas las que avisaron con sus ladridos frente a las sirenas. Kevin explica que hubo momentos críticos: "Pensaba que iba a perder mi casa". "Tengo varios amigos forestales y estar en contacto con ellos me hace sentir más seguro", asegura De Geus. Sin embargo, advierte, "aún hay riesgo en los dos o tres primeros días" de que el fuego se reactive, aunque ya esté apagado, por lo que no estará "tranquilo".

Así ha quedado la zona quemada en Tolva

Así ha quedado la zona quemada en Tolva / INFOAR

A lo largo de este viernes, Kevin confiesa que estará en la parte de afuera de su casa "vigilando", porque "aún se escuchan helicópteros" - aunque ya "no huele a humo" - y quiere quedarse "hasta el último momento" para ver "qué pasa". Algunos materiales de obra que él usa para su oficio junto a su caravana ya están a salvo, puesto que en la tarde de ayer su familia se encargó de trasladarlo con un remolque. "Ahora peligran más los pueblos de Ciscar y Caladrones", advierte Kevin.

"Es muy triste ver la pérdida del bosque"

Michael Fenton, un irlandés "enamorado" de la comarca de La Ribagorza, también fue testigo del incendio. En su caso volvía de Barbastro y, al otro lado de las llamas - a unos 100 metros ,- intuía su casa. "Fue un momento muy estresante y parece que estás en la guerra", añade. Lo dice por el despliegue de medios, además de Bomberos y agentes forestales, a los que está agradecido por "salvar" su hogar, junto a los cuatro vecinos del pueblo que se prestaron a ayudar. "Aún no lo tengo procesado, porque aunque lo tenían bastante controlado, un pequeño cambio de aire podía cambiarlo todo", rememora Fenton angustiado.

Este vecino de Tolva lleva 18 años viviendo en una Masía de Falx, un lugar que denomina su "pequeño paraíso". Por eso, aún le asustaba más "perder su hogar". Mientras conduce se para a hablar con los que han ayudado a sofocar el fuego: "Muy buen trabajo. Muchas gracias", transmite sincero. "Estas cosas son wild, como se dice en inglés, salvajes. Y asustan mucho", incide Fenton. Pese a que no ha lamentado pérdidas materiales, Michael asegura que "es una pena ver lo que queda" del terreno arrasado, porque lamenta, es una zona "de mucha belleza".

Tracking Pixel Contents