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Esta joya natural oculta en el Pirineo aragonés es un oasis de aguas turquesas, árboles por todos lados y hasta una cascada

Saca tu lado más aventurero porque esta zona es famosa por el barranquismo

Saca tu lado más aventurero en los barrancos del Pirineo aragonés.

Saca tu lado más aventurero en los barrancos del Pirineo aragonés. / Istock / Roberto Jimenez

Noa Moubarriz

En un mundo cada vez más digitalizado, en el que vivimos pegados a una pantalla, muchos buscan experiencias que sean todo lo contrario: conectar pero con el exterior. Su refugio es la naturaleza, y combinado con la adrenalina es la receta perfecta para sentirse más vivo que nunca. Combinar paisajes con el desafío y la aventura es la forma perfecta de exprimir al máximo el entorno tan increíble que nos rodea.

Entre las frondosas montañas del Pirineo aragonés se esconde un enclave que es el paraíso de los aventureros. Las montañas del Sobrepuerto albergan un cañón que parece sacado de una película. El barranco de Forcos es más que una formación geográfica, el curso del río Forcos ha modelado un cañón de piedra caliza de lo más salvaje. A medida que desciendes por él, ya sea andando o practicando barranquismo, serás testigo de las maravillas que esconde en su interior: pozas de aguas turquesas, cascadas y musgo colgante te acompañarán, entre ecos y olor a naturaleza, deleitándote las vistas.

Barranquismo: actividad principal por excelencia

Este entorno reúne las características idóneas para la práctica de barranquismo, el desfiladero combina tramos más estrechos con espacios amplios de los que disfrutar de la belleza paisajística. Lo primero que tienes que saber es la exigencia física que supone, porque antes de empezar a descender tendrás que llegar. Prepárate para caminar 50 minutos hasta el inicio del barranco, realizar 2 horas de barranquismo y después caminar otros 25 minutos de vuelta al coche; no hay duda de que ese día dormirás del tirón.

Este descenso se divide en tres tramos, e incluye rápeles de hasta 10 metrossaltos opcionales, toboganes naturales, badinas (pozas) y zonas tan ceñidas que apenas cabe una persona. No es un recorrido largo, pero desde luego que es intenso. El agua cristalina y el entorno frondoso dan la sensación de estar en un paisaje de ensueño. El mejor momento del año suele ser entre primavera y el comienzo de otoño, igualmente asegúrate de verificar el caudal, que varía según la época del año.

Pequeña cascada del recorrido de barranquismo.

Pequeña cascada del recorrido de barranquismo. / Wikimedia Commons / Juan R. Lascorz

Con los pies en la tierra

No todo el mundo es fan del barranquismo, pero no te preocupes porque, si es tu caso, hay opciones alternativas. El entorno del barranco también ofrece espectaculares rutas de senderismo. Hay opciones para todos los niveles, y algunas conectan con el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido /

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido / / Istock / jordi magrans

Mientras paseas, te acogerá un bosque con un altísimo valor ecológico. Pinos, robles y hayas se funden creando un mosaico verde que cambia dejando una imagen distinta cada estación. Si tienes suerte, y silencio, a lo mejor escuchas el tamborileo de pájaros carpinteros o te sorprende algún corzo cruzándose por el sendero. La calma, la pureza del aire y la inmensidad del paisaje hacen de esta una experiencia plena.

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