La España vaciada exige «soluciones» en Madrid para el medio rural agredido

No suena a nuevo, al revés. Han sido varias veces las que la España rural, esa que se llama España vaciada, ha llevado su protesta a las calles de Madrid en un intento de hacerse oír por fin. Un grito conjunto de territorios despoblados llegados de toda España y de Aragón que exigen igualdad de condiciones y de oportunidades, una mirada «empática» desde el medio urbano y, sobre todo, presupuestos públicos para hacer frente no solo a la sangría demográfica sino a la pérdida de servicios públicos que se lleva a los vecinos a otros lugares.

Este domingo, unas 20.000 personas, según la organización, procedentes de más de 500 colectivos de todo el país, salieron a las calles de Madrid para recordar que «ser menos no resta derechos» y poner el foco sobre el «sacrificio» que padecen los municipios. Denunciaron que, en lugar de llevar «oportunidades» a sus habitantes, las «macrogranjas, los centros de datos y la expansión desregulada de las energías renovables» quitan las posibilidades de un desarrollo «sostenible y equilibrado» a miles de pueblos en España. ¡Especuladores, fuera de mi tierra! o ¡Placas no, olivos sí! fueron algunos de los lemas que se escucharon en la manifestación en defensa del «medio rural agredido».

Pancarta en mano, una nutrida representación de Aragón, liderados por Teruel Existe, y miembros de organizaciones como la Plataforma en Defensa de los Paisajes de Teruel o Salvemos el Maestrazgo, acudieron a este encuentro al que se sumaron más de 500 colectivos. Varios autobuses partieron a la manifestación desde Zaragoza, La Almunia de Doña Godina, Daroca, Calatayud, el Bajo Aragón y Teruel capital, además de «decenas de personas» que llegaron en sus vehículos particulares.

simismo, participaron 217 plataformas de Aliente (Alianza Energía y Territorio) en contra de las macrorrenovables; 90 en contra de la ganadería industrial o las macrogranjas; 60 colectivos de la Revuelta de la España Vaciada que luchan para revertir la despoblación; 30 plataformas antiminas; 30 plataformas en contra del biogás; 15 colectivos que defienden el ferrocarril y la mejora de las infraestructuras por carretera; además de Amarme (Alianza del Mar Menor), por la defensa del agua; y distintas plataformas en defensa de la sanidad pública y federaciones de asociaciones vecinales.

Ernesto Romeo, un de los miembros de la coordinadora Salvemos el mundo rural agredido, incidió en que la protesta de este domingo buscaba denunciar la falta de servicios públicos que ha provocado un «vaciamiento» de los pueblos para «sacrificarlos», y lamentó las «agresiones» que están sufriendo por parte de las «macrorrenovables», que están provocando «la mayor destrucción medioambiental de la historia de España» y «sin «ningún tipo de control ni beneficio» para los vecinos del entorno, y con la aquiescencia de los distintos gobiernos autonómicos y central. Romeo advirtió de que esta es una amenaza «para toda la ciudadanía», no solo para los que viven en estos pueblos. «La gente en las ciudades necesita el medio rural: come del medio rural, respira el oxígeno que hace el medio rural y su salud depende de la biodiversidad del medio rural», recordó.

En busca del «equilibrio»

La manifestación de este domingo tuvo una importante carga ecologista, pues son los proyectos de energías renovables, la instalación de macrocentros de datos o las macrogranjas de cerdos algunas de las industrias que, denunciaron desde la coordinadora, están poniendo «en riesgo el futuro» del medio rural y las oportunidades de desarrollo y empleo de sus habitantes.

Así, reclamaron la unión de todas las entidades participantes y también la implicación de los gobiernos autonómicos y del central para «defender el futuro de este país», romper la dinámica actual y buscar «soluciones», pero contando con los habitantes del medio rural, con sus ganaderos y agricultores, «quienes realmente fijan población en el territorio».

La protesta contó también con la colaboración de figuras destacadas del mundo cultural y científico, como el periodista y naturalista Joaquín Araújo, la cantante Rozalén o el escritor Jesús Sánchez Adalid. Además, el escritor turolense Javier Sierra, la agricultora, ganadera y activista segoviana Rosa Arranz, y el científico del CSIF y divulgador Fernando Valladares fueron los encargados de dar voz ante los asistentes a un manifiesto redactado por el propio Javier Sierra.