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El gerente de la estación de buses, ante las personas sin hogar que se refugian en Delicias: «La imagen para el viajero es como la que daba Barajas»

La gerencia de la estación ha pedido ayuda a los servicios sociales de Zaragoza sin éxito

Un grupo de personas sin hogar en la estación de Delicias de Zaragoza, esta semana.

Un grupo de personas sin hogar en la estación de Delicias de Zaragoza, esta semana. / Miguel Ángel Gracia

David Chic

David Chic

Zaragoza

«La imagen para el viajero es como la que daba Barajas». El gerente de la estación de autobuses de Zaragoza, Íñigo Laín, reconoce que la situación en la infraestructura de transportes está llegando a un punto de no retorno. «No puede ser que lo primero que vea la gente cuando llega a Zaragoza, sobre todo en estas semanas de fiestas del Pilar, sea a gente tirada por los suelos, sacos de dormir y bolsas de plásticos, la imagen que estamos dando es lamentable», indica. Y señala que desde hace varios meses se ha dado aviso a los servicios sociales del Ayuntamiento de Zaragoza, que por el momento no han ofrecido una respuesta.

La gestión de la estación reconoce estar superada por una situación que se repite desde hace unos seis meses. Cada noche, más de 60 personas llegan a los andenes y salas de espera para pasar la noche. Y eso está provocando problemas de convivencia con los viajeros que acuden a subir a los autobuses nocturnos.

En el interior de la estación, sobre todo en las horas nocturnas, la presencia de varias decenas de personas sin hogar cada noche genera roces y fricciones. Por un lado por la ocupación de los espacios pensados para los viajeros. Y por el otro por el uso de los baños. «Los cubículos destinados a las mujeres están llenos de hombres», lamenta una mujer de origen rumano que pernocta desde hace semanas en la instalación.

También se han denunciado robos y peleas. La pasada semana fueron detenidas cuatro personas por hurtos de móviles durante las fiestas del Pilar. Tres de ellos fueron interceptados durante un trayecto a Pina de Ebro y se recuperó alijo con 16 terminales robados en los aseos de la propia estación.

«No es de recibo que los viajeros que llegan a la ciudad se encuentren los baños encharcados porque las personas que viven aquí se estén aseando como buenamente pueden», indica el gerente.

En este tiempo, además de al Ayuntamiento de Zaragoza ha trasladado el malestar que se vive al Gobierno de Aragón y llegará a la propia Delegación del Gobierno. «Hasta hace unos seis meses únicamente pasaban la noche unas tres o cuatro personas, pero últimamente estamos desbordados», insiste.

Los servicios de seguridad de la estación de buses de Delicias también están superados, sobre todo porque consideran que están «atados» a la hora de tomar medidas. «Al avisar a la Policía Nacional si se producen incidentes nos dicen que es imposible desalojarlo», señalan.

Laín reconoce que la situación es complicada, pues a las personas que se refugia en la estación «no se les da ninguna solución» y asume que de alguna forma tienen que vivir. Pero pide que se tenga en cuenta la «imagen que da para la ciudad» y explica que algunas de las familias que tienen que coger autobuses nocturnos han mostrado su preocupación por la seguridad del recinto.

El responsable señala que a la estación también acuden personas que duermen en los asentamientos chabolistas del entorno, así como de los espacios que han sido desalojados en las últimas semanas en el centro de Zaragoza. Por eso insiste en la necesidad de que los servicios sociales tomen medidas, como ha pasado hace unos meses en el aeropuerto de Barajas, donde se produjeron denuncias similares. «No podemos animar a los turistas a que vengan a Zaragoza si se van a encontrar un recibimiento en estas condiciones», afirma.

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