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El viento se tuerce en Andorra: temor a que se frenen las grandes inversiones en renovables por criterios ambientales

Varios parque eólicos de las inversiones de Endesa y CIP en la zona corren peligro si se aplican los mismos criterios argumentados por el ministerio para denegar un proyecto de 13 aerogeneradores

Vista del parque fotovoltaico Mudéjar, instalado en los suelos de la antigua térmica de Andorra, que está vinculado al proyecto eólico denegado.

Vista del parque fotovoltaico Mudéjar, instalado en los suelos de la antigua térmica de Andorra, que está vinculado al proyecto eólico denegado. / Endesa

Zaragoza

La prometida transición justa de Andorra se tambalea por momentos. Al retraso crónico que sufren los proyectos para la reconversión industrial, económica y social de la zona se suma ahora un nuevo tropiezo que amenaza con diezmar o, incluso, bloquear las grandes inversiones previstas en torno a las energías renovables. Todo a cuenta de una decisión administrativa del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Democrático (Miteco), el mismo que pilota el proceso que busca transformar esta parte de Teruel tras el del cierre de la central térmica y las minas de carbón.

La reciente denegación de la autorización ambiental a un parque eólico promovido por Endesa en los términos de Andorra y Albalate del Arzobispo ha abierto la espita de la duda y ha disparado las alarmas sobre la viabilidad de otros desarrollos renovables. El proyecto, denominado San Jorge y con una potencia de 75 megavatios, no ha logrado el permiso porque puede provocar «impactos negativos significativos» sobre especies de aves y de quirópteros protegidas, así como «causar un perjuicio a la integridad» de un espacio de la Red Natura 2000.

Así lo concluye la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Miteco en la resolución conocida hace una semana, un documento que se cimenta en los informes desfavorables emitidos por la Dirección General de Medio Natural, Caza y Pesca del Gobierno de Aragón.

Más dudas sobre la transición justa

El proyecto desestimado no forma parte del macroplán renovable de 1.500 millones de inversión y 1.300 MW que impulsa Endesa vinculado al llamado nudo Mudéjar, el concurso público que el Miteco realizó hace tres años para reemplazar los megavatios de la térmica de carbón con energías verdes. La eléctrica ganó la puja y se adjudicó 1.306 megavatios de capacidad a cambio de inversiones de 1.500 millones de euros y la promesa de crear 500 empleos fijos. Sin embargo, los criterios aplicados para denegar el permiso ambiental puede tener implicaciones sobre estas inversiones milmillonarias si sigue las mismas coordenadas.

La totalidad de los 13 aerogeneradores del proyecto que ha sido tumbado por el Miteco se sitúan a menos de 10 kilómetros de una zona de especial protección para las aves (ZEPA), en concreto de la declarada en los desfiladeros del río Martín. La resolución ministerial argumenta que esto supone un riesgo de muerte por colisión para la población de buitre leonado de este espacio natural y en ello sustenta la denegación del permiso ambiental. ¿Qué ocurrirá entonces con los parques eólicos del nudo Mudéjar que se encuentra en una situación parecida?

Al menos tres de las siete centrales de aerogeneradores del plan de Endesa –Empeltre, Ítaca y La Torica, de 173, 55,8 y 48 megavatios, respectivamente– se encuentran en similares circunstancias al ubicarse a una distancia de una ZEPA inferior a 10 kilómetros.

La planta de hidrógeno

Lo mismo ocurre con algunas plantas eólicas ligadas a Catalina, otro de los grandes proyectos que más esperanzas de futuro genera en Andorra y su entorno. Se trata de una planta de hidrógeno verde promovida por la danesa CIP con una inversión de 1.800 millones y la promesa de 400 empleos directos.

No obstante, el criterio esgrimido por los técnicos para echar abajo el proyecto San Jorge es discrecional y no ha sido tenido en cuenta en otras eólicas que hoy están en funcionamiento en Aragón. A pesar de ello, existe un creciente temor en los ayuntamientos y los promotores renovables a que los desarrollos previstos puedan verse cercenados, lo que frenaría sus planes y añadiría más dudas si cabe a las expectativas de una reactivación económica en un territorio donde la prometida transición justa sigue sin hacer justicia. Desde Endesa no ha querido hacer valoraciones al respecto.

Llama la atención, además, el contraste con el proyecto del Clúster Maestrazgo, que sí ha logrado sortear la tramitación ambiental pese a acumular una fuerte contestación social y numerosas alegaciones por su impacto paisajístico y sobre la fauna.

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