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Joaquín Araújo, naturalista: "Se puede alcanzar el mismo bienestar gastando la mitad de la energía"

El naturalista y escritor Joaquín Araújo participa este miércoles en una conferencia en el barrio de Torrero de Zaragoza para analizar la importancia de los árboles y los bosques en las ciudades y defender la necesidad de conservar, proteger y revitalizar los Pinares de Venecia

El naturalista Joaquín Araújo, este miércoles en el barrio de Torrero, en Zaragoza.

El naturalista Joaquín Araújo, este miércoles en el barrio de Torrero, en Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

David Chic

David Chic

Zaragoza

Los colectivos naturalistas en Aragón se está movilizando para evitar la tala de los Pinares de Venecia, en Zaragoza ¿La gente es consciente de la riqueza natural que tiene muy cerca de ella?

La ciudadanía es bastante más consciente de esta realidad que en épocas bastante cercanas, pero todavía no lo es lo suficiente como para que haya una movilización numerosa e incisiva que pueda frenar uno de los actos de mayor torpeza que se pueden cometer hoy día en un ámbito urbano. El árbol es algo imprescindible, es el mejor regalo de la historia de la vida a la especie humana. Y un árbol en la ciudad es todavía más valioso. Por eso, si una ciudad tiene el privilegio de tener 300 hectáreas de árboles prácticamente urbanos deberían tener la misma consideración simbólica que cualquier otro monumento de la propia ciudad.

¿Y por qué falta esa movilización ciudadana?

También falta en otros aspectos sociales, y eso que últimamente estamos viendo buenos ejemplos en este sentido. Pero sí, existe una extraña contradicción en la sociedad. Cuando te encuentras con cualquier persona cara a cara, tenga el nivel de sensibilidad o conocimiento que tenga, siempre te dirá que prefiere pasear bajo una sombra natural en un día de canícula. La gente prefiere la tranquilidad, prefiere la belleza, prefiere el silencio, prefiere la salud, prefiere que no esté nada contaminado. Pero realmente esa preferencia no se traduce en actividad para defender la naturaleza, pues los procesos de degradación ambiental siguen aumentando.

El árbol por lo tanto es un símbolo en todo este proceso.

El árbol es, de todos los aspectos de la naturaleza, el que crea más vínculos afectivos y el que resulta más atractivo para la gente. Por eso es una gran oportunidad poder trabajar para salvar el pinar de Venecia. Los zaragozanos deben saber aprovecharla.

La cumbre de Ponferrada para lograr un acuerdo climático estatal se ha saldado con una imagen de confrontación. ¿Se lo esperaba?

Parece que no entendemos que todos somos criaturas del clima. Nadie prefiere una baldosa de cemento a un árbol. El clima da la vida a las plantas y las plantas nos dan la vida a nosotros. Por eso no tiene sentido que la clase política juegue al escondite cuando no se puede tratar un tema más serio, más grave y más peligroso para todos los humanos que la catástrofe climática. Por eso lo que estamos viendo es algo mezquino. No estamos ante una cuestión de partido, lo que se está defendiendo es el interés general. Todas nuestras acciones tienen que estar alineadas en la lucha contra la catástrofe climática.

Algunas estadísticas dicen que en el 80% de la población sí que considera que hay que tomar medidas en materia climática, pero el mensaje parece que no ha calado en los despachos.

El político tiene que trabajar para sacar adelante leyes y programas de defensa ambiental. Y tienen que incidir en el aspecto educativo. Pero también debemos hablar de los individuos. Las familias tienen que ser conscientes de que puede vivir gastando mucha menos energía, mucha menos agua, muchos menos objetos inútiles. Tenemos que lograr que la gente sepa que desde casa se puede empezar a evitar el cambio climático.

¿Es necesario incidir en esa responsabilidad individual?

Es necesario destacar que todo lo que llamamos bienestar, la comodidad, la salud, y la higiene, se consigue exactamente igual gastando casi la mitad de la energía que se gasta en la actualidad. Debemos de tener en cuenta esta realidad: que uno puede ser un lúcido ahorrador de energía, algo que a su vez significa ahorrar dinero.

¿Qué mensaje trasladará este miércoles a los vecinos que acudan a su conferencia?

El mensaje es rotundo: cada árbol en pie es un punto de apoyo para una civilización enferma. Necesitamos todos y cada uno de los árboles que todavía están en pie en el planeta. Es una necesidad de primer orden.

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