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Elisa Yuste, primera piloto de drones en Teruel: "No tengo previsto irme de aquí"

Nacida en Zaragoza pero con raíces en Monreal del Campo, ahora vive en Villarquemado y anima a más mujeres a "perseguir sus sueños, sea donde sea"

Elisa Yuste, piloto de drones de la empresa Delsat.

Elisa Yuste, piloto de drones de la empresa Delsat. / EL PERIÓDICO

Laura Carnicero

Laura Carnicero

Zaragoza

Hace tiempo que en los pueblos de Aragón se puede trabajar de casi de todo. El teletrabajo ha hecho mucho en favor de la diversificación de los empleos y de oportunidades para todos, también para las mujeres. Tanto es así que la primera mujer piloto de drones de Aragón, Elisa Yuste, reside en Villarquemado, a escasos veinte minutos del aeropuerto de Teruel, donde trabaja en la empresa familiar Delsat International Drones.

"Soy nacida en Zaragoza, pero toda mi familia paterna es de Monreal del Campo y ahí está el hilo que nos une a Teruel. No tengo previsto irme a vivir a otro sitio y animo a todas las mujeres a perseguir sus sueños, sea donde sea", explica Yuste, al otro lado del teléfono, en una breve pausa entre su ajetreada agenda como profesora de la Uned, en Calamocha, labor que compagina con su actividad en la empresa familiar.

Para Yuste, residir en el medio rural es una decisión vital que no cambiaría. "Siempre me habían gustado las nuevas tecnologías y empecé animada por mi familia. Estudié Comercio y Márketing, luego me pasé a Ingeniería y he sido la primera piloto de dron formada y titulada en el Aeropuerto de Teruel", relata, sin ocultar una pizca de orgullo.

Elisa Yuste pilotando un dron, en el aeropuerto de Teruel.

Elisa Yuste pilotando un dron, en el aeropuerto de Teruel. / EL PERIÓDICO

El camino se fue dirigiendo hacia el sector aeroespacial poco a poco, de la mano de su hermano, que se inició en el mundo de los drones allá por 2012. Ella se sumó a la empresa en 2017 y ahora no lo cambiaría por nada. Ni su empleo, ni su vida en Villarquemado."En 2017 era una de las pocas mujeres trabajando en este mundo, y sigue siendo un sector muy masculinizado, pero hace falta que muchas mujeres se vean capaces, y que nos animemos a nosotras mismas, porque todas somos capaces de hacerlo", insiste.

Forma parte del colectivo 'Enredadas', en el que "tejemos redes entre mujeres para ayudarnos y apoyarnos unas a otras" y asegura que ella intenta "enganchar" a todas las que puede. "Algo está cambiado, por suerte, y en los cursos que hacemos sobre tecnología en la Uned antes había una o dos mujeres, y ahora tenemos cuatro o cinco. El cambio es lento, pero está llegando", defiende.

Su historia también conoce de problemas de conciliación y de cambios de residencia por la falta de servicios. Primero residía en Caudé, pero cerraron la panadería y a una cosa se sumó otra. "Nos mudamos a Villarquemado, que es un poco más grande, tenemos guardería, colegio y después, el autobús vendrá a buscar a mi hijo cuando al año que viene le toque pasar al instituto, a Cella", señala. "En mi caso, la conciliación funciona en el medio rural, pero conozco a muchas mujeres que no viven la misma situación", reconoce.

Lo que tiene claro es que no dejará este lugar. "Me gustaba esta zona porque la orografía es buena para trabajar con aeropuerto de Teruel, que no para de crecer y eso es por algo, es un referente con unas condiciones meteorológicas maravillosas", manifiesta. Y reconoce que aunque habitualmente se asocian los pueblos a lugares "donde no tenemos nada", para Elisa Yuste vivir entre Villarquemado y Teruel compensa con creces. "Ganas en salud, en calidad de vida y tienes más tiempo para tu familia. Buscaba tranquilidad, un lugar en el que mi hijo pueda crecer feliz y en libertad, y no tengo previsto irme de aquí", recalca, en el Día de la Mujer Rural, que también es su día.

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