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Microsoft abre sus puertas: así se construye un centro de datos como los que habrá en Aragón

La seguridad y la sostenibilidad son las dos grandes apuestas de Microsoft para levantar este tipo de infraestructuras

Centro de datos en construcción de Microsoft en Newport, Gales.

Centro de datos en construcción de Microsoft en Newport, Gales. / EL PERIÓDICO

Iván Trigo

Iván Trigo

Newport, Gales

El paisaje en esta macroparcela de Newport, Gales, ha cambiado en apenas diez meses. En enero de este mismo año, donde ahora hay una gigantesca nave en construcción, no había nada. La estructura está ya terminada y los operarios trabajan ahora en el panelado y cierre del edificio. En este mismo emplazamiento, hasta hace no tanto, había una fábrica de radiadores. Lo que se está construyendo ahora es un centro de datos de Microsoft como los que el gigante tecnológico levantará la provincia de Zaragoza.

Según explican los directivos de Microsoft en una visita al sitio con periodistas, en cada emplazamiento tratan de amoldarse a las circunstancias del entorno, si bien el centro de datos de Newport bien puede valer para hacerse una idea de lo que la multinacional construirá en tres localizaciones de Zaragoza: La Muela, Villamayor de Gállego y Puerto Venecia.

Uno de los aspectos en los que más incide Microsoft a la hora de explicar su papel como constructor es en la sostenibilidad. En Gales están empleando, por ejemplo, un «acero verde» construido por una start up sueca, Stegra, que ha consigue producir esta aleación con mucho menor impacto en el planeta. Y para asegurar que controlan el proceso de la obra, es el propio Microsoft el que se encarga de construir sus centros de datos y comprar directamente las materias primas que necesitan para poder llevarlo a cabo.

Interior del centro de datos de Microsoft.

Interior del centro de datos de Microsoft. / www.mileswillis.co.uk

Apostar por este tipo de proveedores como Stegra, reconocen los directivos de la compañía, puede suponer retrasos y problemas con la cadena de suministros, «pero por algún lado hay que empezar», dice el vicepresidente de la compañía en Europa, Eoin Doherty, sobre el proceso de descarbonización de la compañía.

Esas vigas de acero verde, que no es verde en realidad y que al menos lucen igual que el acero de toda la vida, se cuentan por cientos y es que la nave que albergará este centro de datos es larga, muy larga.

En el interior aún no hay ordenadores, no cables ni chips, pero en uno de los extremos ya se están construyendo los módulos en los que después irán las torres de procesadores que se encargarán de pensar cuál es la mejor opción para cenar un martes cuando una persona le pregunte a la IA. En esta zona en la que la obra está más avanzada es posible ya intuir el cómo funcionará el sistema de refrigeración de los chips, que en este caso se enfriarán con corrientes de aire que llegarán desde los laterales y que se evacuarán, ya calientes, por arriba. Atendiendo a la explicación técnica, todo parece muy complejo, pero según explica Doherty, «son las leyes de la termodinámica trabajando» y, hasta donde todo el mundo sabe, «estas no han cambiado nada en los últimos años», ríe el ingeniero.

Caritas sonrientes

Para que todo funcione bien, este edificio que entrará en funcionamiento en un año en Newport tendrá que estar bien sellado para garantizar que esos sistemas de refrigeración funcionan correctamente. En Aragón, una tierra mucho más calurosa y seca que Gales, será incluso más importante y complejo puesto que Microsoft se ha comprometido a no utilizar agua.

Otra de las claves de la construcción de este centro de datos es la seguridad de los operarios. «Si hay seguridad, todo lo demás viene dado», apunta Doherty. La empresa encargada de aportar la mano de obra y la experiencia en esta obra es John Paul, una compañía irlandesa cuyo nombre significa Juan Pablo, es decir, que bien podría ser la Mariano López Navarro de allí.

Antes de entrar al sitio de la obra, que esta rodeado por un gran aparcamiento y unas oficinas modulares, hay una carpa en la que se insiste en las medidas de seguridad y de protección que deben tomar los trabajadores. Además, en este espacio hay sitio para colgar las fotos del empleado del mes, teléfonos de emergencias y un dispositivo que permite a los empleados decir cómo se sienten ese día: el botón verde es muy bien, el amarillo normal y el rojo mal. Todo ello para levantar un centro de datos como los que Microsoft tendrá en Aragón.

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