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El duelo en el trabajo: los psicólogos valoran los días de permiso necesarios para gestionar un fallecimiento

Los expertos que velan por la salud mental entienden que los dos actuales se quedan cortos. Una pena mal gestionada puede derivar en problemas psicopatológicos graves

El duelo es un proceso difícil de gestionar.

El duelo es un proceso difícil de gestionar. / Antonio Guillem

Zaragoza

Familiares y amigos se enfrentan sin desearlo al duro momento de despedir a un ser querido. Decir adiós es, en demasiadas ocasiones, una experiencia traumática. Por no olvidar las obligaciones legales que acarrea la muerte y el papeleo que la envuelve. Además, el tiempo para superar la pena depende de múltiples factores personales que complican aún la recuperación emocional.

En el caso de fallecimiento de cónyuge, pareja de hecho o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, los trabajadores por cuenta ajena disponen de dos días de permiso, cuatro si hay que desplazarse de localidad, aunque hay empresas que ofrecen mayor flexibilidad. ¿Es bastante? La respuesta que dan los profesionales de velar por la salud mental es contundente: no.

Precisamente ahora se ha planteado la opción de aumentar ese periodo hasta los 10 días, una propuesta lanzada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. “Sin querer entrar en cuestiones que no me competen, desde la perspectiva profesional es una medida que nos parecería muy bien. Así se podrían gestionar mejor las primeras fases del duelo, donde es importante el apoyo y el soporte personal”, explica Santiago Boira, presidente del Colegio Profesional de Psicología de Aragón, quien incide en que cada ser humano es diferente.

En su opinión, los días actuales de permiso para enterrar a un padre o un hijo no son suficientes: “Cada uno afronta la situación de un modo diferente, y por supuesto no se supera en dos días. Asimilar la pérdida de un ser querido tiene sus procesos y unas fases que las personas atraviesan. No es lineal”, asevera.

Negación, ira, negociación, depresión y aceptación son las fases por las que hay que pasar: “Después de negar llega el momento de la rabia, que puede ser hacia uno mismo, hacia el fallecido, hacia dios… Cada uno se sitúa en diferentes lugares y lleva su tiempo”. Sobre este punto, Boira detalla que el tiempo que necesita una persona para superar el duelo puede ser de hasta dos años, e incluso no superarlo. El mínimo podría situarse en seis u ocho meses: “Luego hay quien, por circunstancias personales, pueden sufrir otro tipo de síntomas y prolongarse en el tiempo”.

Si el fallecimiento de un ser querido es ya de por sí traumático, los efectos negativos por no asumirlo de manera adecuada pueden desencadenar otros tipos de enfermedades de salud mental: “Claro que pueden derivar en problemas psicopatológicos más graves”.

En este sentido el apoyo de las empresas a la hora de permitir la ausencia de los trabajadores es esencial.

Factores que complican el duelo

No superar adecuadamente la pérdida de un ser querido puede afectar seriamente la salud mental. La tristeza intensa, la ansiedad, la dificultad para dormir o comer, e incluso la depresión son algunas de las consecuencias más comunes. Cada persona necesita su tiempo para procesar la pérdida, y no hay un periodo “normal” para el duelo. Contar con apoyo familiar, social y laboral, así como disponer de días suficientes para ausentarse del trabajo, ayuda a que el duelo se viva de manera más saludable y reduce el riesgo de problemas psicológicos graves.

Existen factores que hacen que el duelo sea más difícil de afrontar. No es lo mismo que la muerte haya sido repentina o traumática, no contar con el apoyo de familiares o amigos o haber tenido una pérdida previa sin tiempo para superarla.

Un debate abierto

La propuesta de ampliar los permisos laborales por duelo pone sobre la mesa un debate necesario: equilibrar la productividad con el bienestar emocional de los trabajadores. La gestión del duelo no solo es una cuestión personal, sino también social y laboral, y brindar más tiempo puede ser una manera de acompañar a los empleados en uno de los momentos más difíciles de su vida. Que las empresas den el tiempo suficiente y permitan que los trabajadores se ausenten del trabajo para vivir las primeras fases del duelo sin presión es uno de los objetivos que busca ahora el Ministerio de Trabajo con su propuesta de ampliar el permiso hasta los 10 días.

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