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La situación política de Aragón: ¡Izad las velas!

Los partidos representados en las Cortes de Aragón elevan el tono del discurso con los equipos preparados para el hipernombrado adelanto electoral que solo el presidente Jorge Azcón puede convocar, pero nadie quiere confirmar. Las relaciones rotas con Vox y la confrontación con el PSOE muestran a una DGA que entra en precampaña.

Jorge Azcón charla con Álvaro Sanz, en presencia de Mar Vaquero y Octavio López.

Jorge Azcón charla con Álvaro Sanz, en presencia de Mar Vaquero y Octavio López. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

«¡Ya estamos en precampaña!», anunció Álvaro Sanz (IU) el pasado jueves en las Cortes al regresar desde la tribuna a su escaño. El todavía líder de Izquierda Unida verbalizó en el hemiciclo lo que todavía nadie, ante micrófonos y libretas, se atreve todavía a pronunciar. El Gobierno de Aragón se aferra al objetivo del nuevo presupuesto, pero admite que el canal de comunicación con Vox está roto. El PSOE insta al presidente aragonés, Jorge Azcón, a apretar «el botón nuclear» que lanzará por los aires el escenario político. Y el jefe del Ejecutivo autonómico, que se siente fuerte y sabe lo que dicen las encuestas, saca de quicio a los socialistas con la figura de Javier Lambán ­–interés, incomodidad– y ahondando en la herida de la transición completada hace meses hacia el sanchismo que representa Pilar Alegría.

El último pleno autonómico sacó a la luz todo lo que en los últimos diez días se había quedado en la sombra. La ruptura entre Azcón y Vox se mide en cantidad y calidad. En lo primero, porque la réplica en la comparecencia del jueves fue casi toda para Alejandro Nolasco: ocho de los diez minutos de Azcón fueron para poner entre la espada y la pared, entre la gobernabilidad y la inestabilidad, a un Vox que no quiere ni oír hablar de política útil y prefiere instalarse en «el gamberrismo», como dicen voces autorizadas de los conservadores.

Y en calidad porque Azcón «bajó al barro» que preparó Nolasco el viernes. El líder de la ultraderecha, que insiste en la política migratoria y reduce a una sola guía el abanico de sus intervenciones, destapó un acuerdo de Consejo de Gobierno. O eso pensaba: la información del Estatuto de los Presidentes, y el coche oficial que acompañará a los líderes autonómicos durante ocho años después de dejar el Pignatelli, fue recogida por todos los medios autonómicos el mismo día de su aprobación en la reunión de los consejeros. Con Nolasco, por cierto, presente.

Alejandro Nolasco (Vox), el pasado viernes en el pleno de las Cortes.

Alejandro Nolasco (Vox), el pasado viernes en el pleno de las Cortes. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

El «PP y PSOE son lo mismo» le salió por la culata al líder de la ultraderecha, que acabó siendo comparado con Pablo Iglesias (el de Podemos) y calificado de «indigno» por el propio Azcón.

Mentar al recientemente fallecido Javier Lambán ofendió al líder popular. Nolasco acusó a Azcón de «aprovecharse» del estado de salud en los últimos meses de vida del socialista para mejorar los privilegios en el Estatuto del Presidente. «Ha cruzado los límites en política», espetó Azcón, acompañado de sucesivas críticas de otros consejeros y de miembros del PP. Sin castigo para el líder de Vox por parte de la Mesa de las Cortes, aunque no fue el único fallo de Marta Fernández en una semana parlamentaria que, de nuevo, sonroja a los diputados por los comentarios a micrófono cerrado.

El presidente de la DGA estuvo hábil, rápido, para reprochar a Nolasco los comentarios sobre el expresidente Lambán. No reaccionó con tanta cintura el PSOE, al que critica a Azcón por la reivindicación de la figura del último presidente socialista en la comunidad. Fernando Sabés, portavoz de la formación, pidió retirar del diario de sesiones las alusiones a su enfermedad y Azcón quiso mantener «la verdad» en el historial de la cámara. No hubo acuerdo y sí mucha tensión: tanta que las principales voces del PP (Azcón, Mar Vaquero) y las del PSOE (Sabés, Leticia Soria) se reclamaron fuera de micrófono «respeto» y mejores formas en el debate político. Incluso, desde la bancada conservadora, se recuperó el comentario sobre las listas electorales y se preguntó a los socialistas que cuántos repetirán entre los elegidos por el partido para los próximos comicios autonómicos.

El portavoz del PSOE, Fernando Sabés, interviene en la última sesión plenaria.

El portavoz del PSOE, Fernando Sabés, interviene en la última sesión plenaria. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

El PP se muestra confiado en que la brecha entre lambanistas (¿aún quedan?) y los afines a Pilar Alegría sigue existiendo, que la paz no llegó con la reconfiguración del partido en los Congresos autonómicos y provinciales. Niegan la mayor en el PSOE, donde ya transmiten «unidad» y defienden los postulados que la ministra de Educación concreta cada final de semana, en sus cada vez más frecuentes visitas a Aragón. Los socialistas quieren elecciones, delante y detrás de las cámaras, y perciben «nerviosismo» en los dirigentes del PP. En el PSOE también hay encuestas, en las que confían que haya un golpe de efecto en favor de Pilar Alegría, gracias a la supervivencia, parece que eterna, de Pedro Sánchez a nivel nacional. Sí descartan, por ahora, que los números le den a Azcón para gobernar con el centro que hoy representan Teruel Existe o el PAR, por lo que consideran que el PP sigue «atado» a las necesidades y exigencias de Vox.

La precampaña que no empieza y que nunca acaba en un tiempo en el que los partidos siempre están lanzando mensajes electorales. Unos (PP, PSOE, PAR, Teruel Existe, IU) ya han puesto sus equipos a trabajar y a reforzar liderazgos. Otros (Podemos, Vox, CHA) deberán mirar adentro para atacar hacia fuera. Todo va viento en popa.

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