Los alcaldes de las localidades alto aragonesas de Campo y Benasque tuvieron ayer por la mañana una reunión con representantes de la Diputación Provincial de Huesca (DPH) en la que se les informó sobre la continuación de las obras de acondicionamiento de la Nacional 260 en el tramo más cercano a la localidad de Campo.

El alcalde de Benasque, Ignacio Abadías, se mostró muy contento con la información y calificó la reunión con la diputación de «muy ilustrativa».

La DPH informó a los alcaldes de que se trata de una obra de mantenimiento que entrañan problemas por tratarse de una carretera de montaña. Las zonas de trabajo incluyen tramos muy estrechos, lo cual dificulta aún más las labores y obliga a que la carretera permanezca cerrada al tráfico.

Mientras se llevan a cabo las obras la DPH ha acondicionado durante el verano 11 kilómetros de la carretera de Espés que une la A-1605 y N-260 y que supone 20 minutos menos de trayecto para llegar al valle de Benasque por el Eje de Isábena.

Este paso, que lleva cortado a la conducción desde hace dos años, excepto para los vecinos, será la alternativa para minimizar las molestias mientras duren las obras de acondicionamiento de la N-260 que afectan al tramo Congosto del Ventamillo-Campo, que según las previsiones de la Diputación se alargaran hasta finales de 2023.

La reunión también ha servido para informar a los alcaldes de las aperturas y los cierres que sufrirá hasta final de año la N-260.

 La carretera volverá a quedar clausurada a partir del día 18 de octubre, después de las fiestas del Pilar, y se mantendrá cerrada hasta principios de diciembre que reabrirá durante los días del puente de la Constitución. Durante el periodo de Navidades la carretera estará abierta al público para luego volver a cortarse el día 12 de enero y permanecerá así hasta finales de mes.

La obras de acondicionamiento de la N-260 consisten en la ampliación de la plataforma de la carretera para conseguir que pase de los 5 metros actuales hasta los 8 evitando así los tramos más conflictivos.

Las obras, que comenzaron a principios de año, cuentan con un presupuesto de 35,7 millones de euros y se espera que estén listas a finales de 2023.

Poco antes del periodo de verano un desprendimiento obligó a alargar las obras del ensanchamiento del tramo que une Campo con el Valle de Benasque.

También el pasado mes de abril se produjo un deslizamiento en la ladera que ocasionó la caída de grandes rocas que bloquearon la calzada e imposibilitaron el paso de vehículos.

Tras los trabajos pertinentes de acondicionamiento y mejora de la carretera, el pasado 18 de junio se reabrió al tráfico el tramo comprendido entre El Run y Seira. En este caso, las actuaciones se concretaron en el saneamiento manual de los bloques inestables existentes en la coronación del desprendimiento, para posteriormente proceder a la reparación y estabilización del talud.