La primera fase de la ampliación de la estación de esquí de Cerler por el valle de Castanesa estará lista para la próxima temporada invernal, lo que supondrá incrementar el dominio esquiable hasta superar los 80 kilómetros, posicionándola entre las de mayor tamaño de Aragón y de España, solo por detrás de Baqueira Beret, Formigal y Sierra Nevada. Un «salto cualitativo» para sus responsables, que aseguran que con este proyecto de ampliación, redimensionado a la baja desde que se diseñó por vez primera hace ya más de dos décadas, los esquiadores podrán experimentar la sensación de «viajar y perderse sin estar perdido» descendiendo y subiendo remontes a camino entre dos valles.

Será el inicio de la cristalización de un proyecto con partidarios y detractores en el propio valle, que ha ido postergándose en el tiempo, desde que se ideó y hasta que hace tres años entraron a trabajar las máquinas en el entorno de los montes de Castanesa. Ahora, el que se llamará Telesilla Castanesa ha empezado a hacer circular los cables por los que en poco más de dos meses ya podrán desplazarse los esquiadores.

Gabriel Mur, director de Aramón Cerler, en Castanesa. ÁNGEL DE CASTRO

La intervención en esta primera fase ha supuesto la instalación de 17 pilonas a lo largo de 1,4 kilómetros para salvar un desnivel de unos 400 metros (de los 2.000 a los 2.400 metros de altitud). Será un telesilla desembragable con sillas de seis plazas y que circulará, de media, a 6 metros por segundo. Es decir, el trayecto total se cubrirá en menos de cuatro minutos. Este tipo de remonte será el segundo instalado en España, después del que hay en Formigal y que todavía no se ha estrenado por el cierre de estaciones el año pasado.

Según los datos de la propia estación, la inversión en esta primera fase ha sido de más de 8 millones de euros. En esta temporada se prevé contratar a una docena de trabajadores más al ampliarse en cinco kilómetros el dominio esquiable total. Será necesario contar con varios pisters más (los empleados que allanan el piso de las pistas), personal de mantenimiento y en la subida y bajada del telesilla. Así, la plantilla de la estación de Cerler pasaría de ser de 240 trabajadores a más de 250.

Una de las características técnicas de la ampliación de Cerler por Castanesa es que se ubica en cotas «muy altas», por encima de los 2.000 metros, lo que permite garantizar la nieve durante un mayor periodo de tiempo. En este espacio, a pesar de la altitud, se ubicarán pistas de todos los niveles, desde el azul al negro, salvo las verdes para los esquiadores inexpertos, ya que por la orografía del terreno no podrán crearse. De momento, la estación prevé montar cuatro pistas nuevas este mismo invierno, aunque el diseño en la zona de Castanesa seguirá evolucionando conforme avancen las sucesivas fases del proyecto.

«Llevamos más de 20 años tomando mediciones en el terreno», explican fuentes de la estación de Cerler, cerca del collado de Basibé, donde se ha instalado el punto más elevado del telesilla y que constituirá el inicio de la conexión de las pistas en Ampriú con Castanesa. Estos registros incluyen la temperatura, la nieve, la insolación o el viento, con el objetivo de diseñar los descensos donde se dan las mejores condiciones para ello.

Los trabajos para la llegada del telesilla en el valle de Castanesa. ÁNGEL DE CASTRO

Desde la estación no ocultan el malestar que ha generado el proyecto en algunos vecinos de la zona y asociaciones ecologistas, y manifiestan su «comprensión» al respecto, aunque insisten en que «todas las obras cumplen escrupulosamente con la legalidad» y que el impacto de la instalación es «mínimo» en el conjunto de la extensión de los montes de Castanesa.

Gabriel Mur, director de Aramón-Cerler, resume el proceso que se sigue en las obras para que el impacto paisajístico sea el menor posible: «Cuando se ha hecho una excavación, se conserva la tierra vegetal y el tepe (parte superficial del musgo), que después se recoloca respetando las capas naturales que tenía en un inicio», señala.

Después de acometer las obras necesarias, estas se cubren con la tierra vegetal y el tepe conservado. Asimismo, la estación planta la simiente del pasto que después alimenta a las vacas del valle, unas 1.200 cabezas de ganado, que seguirán haciéndolo, como hasta ahora, en la época estival. Una simbiosis, dicen desde la estación, que «beneficia» al futuro del valle. 

LOS DATOS: 17 pilonas en 1.400 metros

La instalación. La primera fase de la ampliación de Cerler por el valle de Castanesa incluye la instalación de 17 pilonas para sostener el telesilla de 1,4 kilómetros de longitud y salvar los 400 metros de desnivel.

Velocidad. El telesilla está formado por sillas de seis plazas con un sistema desembragable, es decir, que adapta su velocidad en función de la llegada o salida de esquiadores y de elementos como el viento. Se mueve a una velocidad media de 6 metros por segundo, más rápido que los tradicionales.

Esquiadores. La estación de Aramón Cerler prevé casi duplicar el número de esquiadores que llegarán a sus instalaciones cuando concluya la ampliación, llegando a 13.000 usuarios simultáneos, frente a los 7.000 que llegaban hasta ahora en una jornada de sábado.

Empleados. Cerler ampliará su plantilla en 12 trabajadores, superando los 250.