Corría el año 1651 y una epidemia de peste asolaba Huesca. La ciudad y las autoridades educativas, institucionales y religiosas se encomendaron a la virgen de la Inmaculada para frenar la enfermedad y renovaron sus votos en ella celebrando el canto litúrgico 'Tota Pulchra', que se ha mantenido de forma ininterrumpida en la capital oscense desde hace 460 años.

La Catedral de Huesca acogió ayer a las 19.00 horas de nuevo la celebración de este ritual religioso, que este año estuvo dirigido por el director de la coral de la Basílica de Santa Engracia de Zaragoza, Ricardo Solans Arnillas, y contó con el coro y la orquesta de la capilla de música de la Santa Iglesia Catedral de Huesca.

El deán de la Catedral de Huesca, Juan Carlos Barón, ha señalado que «es un oficio de vísperas y consta de varias partes: una procesión de entrada y recepción de autoridades civiles y académicas, una procesión claustral, se proclama el evangelio y después se canta el Tota Pulchra».

Este canto litúrgico, oficio de vigilia de la Inmaculada Concepción de María, se celebra todos los años en la Catedral de Huesca, la tarde del 7 de diciembre y en ella participan tres instituciones que desde el siglo XV mantienen el voto a la Inmaculada Concepción. Son la académica, heredera de la Universidad Sertoriana y representada por el claustro de profesores del IES Ramón y Cajal, la municipal, representada por el Ayuntamiento de Huesca (heredero de la Universidad Sertoriana desde su desaparición en 1845), y la eclesiástica, mediante el Cabildo Catedralicio. Ayer todas volvieron a asistir a la celebración.

La situación de 1561 y la de 2021 son, salvando las distancias, epidemiológicamente similares. Sin embargo, el covid no impidió que el año pasado se celebrase la misa litúrgica. Aunque solo se permitió un aforo al 25% y tan solo 80 personas pudieron asistir con invitación previa, la conexión entre el siglo XVII y el XXI se evidenció en la catedral de Huesca. Entonces, la encargada de entonar el canto fue la soprano oscense Marina Lansac, que estuvo acompañada por una formación de 10 músicos y que careció de coro para reducir el riesgo de contagio como medida de prevención ante el coronavirus.

El Tota Pulchra, una celebración musical y religiosa, fue nombrado en 2014 por el Gobierno de Aragón Bien de Interés Cultural Inmaterial. Presenta cinco himnos litúrgicos: el Ave Maris Stella; el salmo 92 Cantad al Señor un cántico nuevo; la antífona Tota Pulchra es María; el canto gregoriano Salve Regina Solemne; y el Magnificat.