La magia del baloncesto vuelve a la ciudad en un día lleno de emociones

El «¡Aúpa, Peñas!» retumbó como nunca en el Palacio de los Deportes de Huesca. Con casi 4.000 personas emocionadas, con los 40 exjugadores, directivos y técnicos haciendo piña en el centro de la pista, la ciudad altoaragonesa revivió y celebró por todo lo alto su pasado más glorioso en el baloncesto nacional. Un homenaje a una época, a unos héroes, a un equipo que hizo soñar a una ciudad y puso a Huesca en lo más alto del deporte español.

Con un abrumado Brian Jackson a la cabeza, que pudo comprobar de primera mano la huella que dejó en la gente, La Magia volvió a Huesca. Si es que alguna vez se fue. Uno de los grandes capitanes de aquel equipo, Alberto Alocén, tampoco se perdió el evento, igual que jugadores como Luis Estiragués, Fernando Sanclemente, Nacho Fácil, Alberto Gabarre, Fau, Toño Herce, Ángel Villacampa o canteranos como Nacho Biota. El técnico Iñaki Iriarte era otro de los más emocionados. Todos ellos hicieron posible La Magia, que Huesca tuviera un equipo en la máxima categoría durante doce temporadas desde 1983 a 1996, que toda una ciudad vibrara con el blanco y el verde, que los Jackson, Hall, Wright y compañía se hayan ganado de por vida un sitio en la memoria privilegiada de Huesca y en los corazones de todos aquellos que acudían al Pabellón del Parque.

Un día inolvidable para rememorar una época irrepetible. La jornada se inició en el Pabellón del Parque en el que La Magia comenzó a fraguarse en una ciudad que disfrutó a lo grande de su equipo en ACB. 40 años después, los protagonistas realizaron el mismo recorrido que cuando jugaban, desde el Hotel Pedro I a la puerta de los vestuarios. Ese fue el comienzo de un día de ensueño y repleto de anécdotas recordando un pasado mejor.