Gastronomía

Iris Jordán, del restaurante Ansils: “Es un sueño alcanzar la estrella Michelin”

La joven altoaragonesa culmina un año brillante con el reconocimiento de la prestigiosa guía

Iris Jordán, este martes en la gala de la Guía Michelin.

Iris Jordán, este martes en la gala de la Guía Michelin. / EL PERIÓDICO

Son 30 años los que tiene Iris Jordán, la chef del restaurante Ansils. Con su hermano Bruno, tres años mayor que ella y al frente de la sala, hace tándem para encabezar un establecimiento familiar que suma cuatro décadas de historia ubicado en Anciles, en pleno valle de Benasque. Esta localidad, por cierto, no llega a los 200 habitantes censados, aunque normalmente residen una veintena de personas. Esa juventud y esa apuesta por el territorio son dos señas que identifican a una profesional que ya ostenta una estrella Michelin en su bagaje.

El reconocimiento llegó en la noche de este martes, en la gala que la prestigiosa guía celebró en Murcia. Su nombre ya sonaba en las quinielas como posible ganadora y, finalmente, ocurrió. “Este reconocimiento es algo que afianza lo que estamos haciendo en nuestra trayectoria y es un sueño el poder alcanzarlo”, afirma.

La estrella llega en un año en el que Jordán ya brilló en otra de las citas importantes de la gastronomía, en Madrid Fusión. Allí fue elegida tercer mejor cocinera revelación y se alzó con el primer premio del concurso de tapas con su Donete de paloma en escabeche de abeto. “Ha sido un año bastante movido, en el cual se nos ha reconocido bastante”, afirma. Sin embargo, añade que, el caso de la guía Michelin, es galardón “el que más miedo da como profesional”. “Hemos podido superar esa prueba con éxito”, resuelve.

De los momentos que vivió el martes, antes de verse entre los elegidos de esta edición, destaca: “Creo que es la vez que más nervios he pasado”. “Nos podrían dar la estrella verde, la de chef joven, la roja… teníamos muchas papeletas para todo y, al final, nos ha venido lo más importante, que es la estrella Michelin”, apostilla.

Jordán siempre ha reivindicado el territorio y los pequeños municipios, unos principios que tienen total encaje en su haber profesional. Su restaurante suma 41 años de andadura y su cocina también tiene un pilar esencial en la cultura de la zona y su familia. “Aunque hagamos alta cocina y otro tipo de menús, lo que queremos es que toda esta tradición esté dentro de nuestros platos y poderlo transmitir”, explica.

Estas raíces también se observan en su propia formación, pues fue alumna de la escuela de hostelería de Guayente, en el mismo valle y a apenas 4 kilómetros de Anciles. “Es una escuela de referencia, en el que el trato es muy humano y estás todo el día cocinando. Y cuando te lanzas al mercado, vas muy preparado”, describe.

Y, más allá del Pirineo, también destaca el trabajo realizado en la provincia y en todo Aragón. “Tenemos una asociación de hostelería y turismo que nos apoya, que hace que estemos unidos y que nos presta unos cursos para que estemos en constante aprendizaje y no nos estanquemos. Creo que todo eso está dando sus frutos y permite que podamos brillar de la manera que lo estamos haciendo”, concluye.

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