La ruta de senderismo más espectacular de España está en Huesca, es apta para niños y atraviesa cañones y gargantas impresionantes
Hacer planes con niños es mucho más sencillo si se conocen rutas tan sencillas y bonitas como esta de Huesca.

Esta es una de las rutas de senderismo más bonitas de España para hacer con niños. / Istock / Eloi_Omella
Lidia Lozano
El senderismo es una forma de acceder a la naturaleza de manera sencilla, sobre todo con las rutas más fáciles que son aptas para todos los públicos. Mayores o pequeños, todos tenemos derecho a disfrutar de estos paseos en un entorno que llama a la serenidad y al esparcimiento. Pero no solo eso, porque muchos de los caminos de este tipo en España cuentan con una interesante historia de la que empaparse, así como con cientos de especies autóctonas por descubrir.
En Huesca se esconde una ruta que atraviesa unos idílicos paisajes que, además, resulta perfecta para realizar con niños. Para conocerla tenemos que viajar hasta el municipio de Alquézar, en la comarca de Somontano de Barbastro. Una vez allí, nos adentramos en el precioso Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara para recorrer lo que se conoce como las pasarelas de Alquézar, una serie de plataformas que se extienden sobre el río Vero.
Un poco de historia
Su origen se remonta al año 1909, cuando se comenzó a construir la central hidroeléctrica, aunque las aguas del Vero ya gozaban de una gran importancia en épocas pasadas, tanto para extraer agua potable como para la pesca y el riego de los campos. En los primeros kilómetros del río desde que nace en Sarsa de Sutra, su cauce forma unos impactantes cañones calcáreos, uno de los fenómenos kársticos más representativos del Parque Natural.
La primera pasarela que se erigió fue la que conecta la entrada de agua de la acequia, desde el azud hasta el propio camino. Existió una anterior de la que tan solo quedan algunos restos y que estaba muy cercana al cauce del río. Posteriormente, se añadió un nuevo tramo hasta la central. Realmente se concibieron para facilitar el acceso a la misma, pero a finales de 1980 todo cambió, y los vecinos de Alquézar vieron en sus pasarelas un negocio turístico.
A partir de aquel momento se comienzan a restaurar algunos tramos, coincidiendo con el auge de un nuevo deporte de aventura, el barranquismo. A día de hoy todavía hay quien continúa desplazándose a este municipio oscense para practicar esta actividad, pero también los hay que tan solo quieren pasear tranquilamente sobre las pasarelas, disfrutando de un paisaje espectacular. A lo largo del camino nos toparemos con diferentes puntos de interés.
Los puntos clave de la ruta
Barrancos y cuevas
El primero de ellos es el Barranco de la Fuente. Allí se abren paso lugares como la cueva Palomera, la más grande de todas con 28 metros de profundidad y tres zonas con pinturas rupestres; o la cueva Cholito, donde los vecinos del pueblo guardaban el ganado antaño. Ambas cuentan con un difícil acceso, pero pueden observarse desde lejos, la primera desde La Tallada y la segunda desde la mitad del propio barranco.
Más adelante está la cueva de Picamartillo, frente a la desembocadura del Barranco. Su oquedad se ha ido formando con el paso del tiempo y la erosión del agua. Se cuenta que en su interior se oía el repicar de los martillos proveniente de las herrerías de Alquézar. Después aparece el azud, erigido en 1909 para derivar el río Vero hacia un caudal de agua de 99 litros por segundo para usos industriales en el municipio oscense.
Otras formaciones geológicas
Si nos fijamos bien, veremos lo que se conoce como 'caos de bloques'. Se trata de una formación geológica de varios bloques rocosos que están salpicados a lo largo del río de manera caótica -de ahí su nombre-. Algunas teorías hablan de que podrían ser los restos de una cueva que colapsó, y otras dicen que provienen del desprendimiento de los bloques de las paredes del mismo cañón. Caminando un poco más, nos topamos con la central hidroeléctrica, restaurada en 2009.

Las pasarelas de Alquézar sobre el río Vero. / Istock / Juanhdez
Como colofón a esta ruta que dejará a los más pequeños de la casa con la boca abierta, aparece el Huerto del Batán, que se puede apreciar desde el mirador. Antiguamente, era el huerto más fértil de la zona y abajo del todo estaba el antiguo batán, según los habitantes del municipio; pero hoy es un gran cañizal que alberga enormes bosques de sauces. Así finaliza el recorrido de tres kilómetros de longitud 180 metros de desnivel positivo.
Consejos, horario y entradas
Como recomendación, desde la página web oficial aconsejan estar al tanto de las previsiones meteorológicas, ya que en caso de condiciones adversas el recorrido sufriría variaciones. Además, no recomiendan hacer la ruta en las horas centrales del día. Su horario de apertura de lunes a viernes es de 8:30 a 18:00 horas y los fines de semana de 8:30 a 19:00 horas. Por otro lado, el precio de las entradas es de 5 euros para mayores de 11 años y gratis para menores de esa edad.
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