El 2022 comienza para el Real Zaragoza con más dudas que certezas, como viene siendo la tónica habitual en los últimos tiempos para el equipo aragonés. 2021 se recordará como el año de la venta que no fue y para el año que recién empieza las perspectivas no son demasiado halagüeñas para que se desbloquee la situación, atascada por la falta de entendimiento entre las dos secciones en las que está dividido el club, la familia Alierta por un lado, y los consejeros Yarza y Forcén, por el otro. El año nuevo debiera ser en el que por fin se resuelva la crisis institucional que persigue al Real Zaragoza y que, como no puede ser de otra manera, está lastrando lo que el equipo es capaz de ofrecer a un siempre entregado público de La Romareda. 

En lo estrictamente deportivo, el conjunto blanquillo, que comienza el año en tierra de nadie en la clasificación, sueña con estar al final de temporada en la ya famosa pomada de la que habló su director deportivo, Miguel Torrecilla. Para ello los pupilos de Juan Ignacio Martínez deben hacerse fuertes de una vez por todas en casa, ya que a pesar de una notable primera vuelta en sus desplazamientos, el Zaragoza se desangra en su propio feudo.

El mercado invernal, que podría ser un apoyo para lograr el objetivo del equipo, es también toda una incertidumbre ya que el club, con todo el margen salarial agotado, se encuentra con las manos atadas. Tanto es así que para poder inscribir a algún refuerzo en el mes de enero, primero algún jugador de la actual plantilla tendrá que salir. Aunque existe esa posibilidad, en todo caso, los cambios en el plantel no serán demasiado pronunciados y los jugadores que ya están, serán los que tendrán que tirar del carro para que el equipo aragonés consiga llegar a un playoff que permita volver al club al lugar que le pertenece

Y para ello el 2022 tiene que ser el año en el que el Zaragoza se reencuentre con el gol. Son ya unos cuantos cursos en los que al equipo aragonés le cuesta horrores ver portería. En una categoría tan igualada como es la Segunda División cada diana vale su peso en oro y el Zaragoza no consigue dar con la tecla para aumentar sus registros goleadores. Esta sobradamente demostrado que el conjunto de JIM es un bloque compacto, sólido y que compite todos sus encuentros pero también que le falta ese colmillo para rematar a sus rivales.

En definitiva, el 2022, aun plagado de demasiados interrogantes, será otro año en el que el Real Zaragoza vuelva a perseguir el sueño de recuperar una grandeza que a lo largo de toda su historia se ha labrado por méritos propios el club aragonés. Una grandeza que, patente todavía en su intachable afición, tristemente cada año se recuerda más lejana.

Sueño, el del ascenso, el que también aparece en el horizonte de una SD Huesca que, a pesar de tener una situación económica mucho más solvente que sus vecinos aragoneses, no acertó en la configuración de su plantilla el pasado verano. Situación que va a intentar enmendar en enero para poder acercarse a esa misma pomada ansiada por los zaragocistas que pueda devolverles, solo un año después de su último descenso, a la élite del fútbol español.

El Casademont Zaragoza busca la estabilidad perdida

El Casademont Zaragoza deja atrás un año de innumerables cambios con la esperanza de encontrar al fin una estabilidad que le permita construir un proyecto a medio y largo plazo. Las dos últimas victorias han devuelto la tranquilidad al equipo y le ponen en disposición de afrontar la segunda vuelta pensando en lograr una plaza europea. Ese es el gran objetivo del club en el año en el que celebrará su 20º cumpleaños, para lo que hay que acabar la temporada entre los 11 o 12 primeros, en función de las plazas que finalmente conceda cada competición. Mientras, el equipo femenino mantiene vivo el sueño de la Copa de la Reina, que sería un espaldarazo más al proyecto en su segundo año de vida en la máxima categoría.

El resto del deporte de élite aragonés piensa, sobre todo, en sobrevivir. Así le sucede al histórico Peñas Huesca, inmerso en una campaña para recaudar dinero. También lo persigue deportivamente el Fútbol Emotion tras un inicio muy complicado de Liga que le ha condenado al fondo de la tabla. El Bada Huesca peleará por escalar posiciones en la Asobal, el CV Teruel buscará llegar lo más lejos posible en su aventura europea y recuperar el trono perdido del voleibol nacional. El deporte femenino continuará su lucha para seguir avanzando y ganando visibilidad a través de los equipos y de los grandes nombres propios. Uno de ellos será el de Salma Paralluelo en su vuelta a la competición.

La candidatura a los JJOO de 2030 se la juega en marzo

El proyecto para llevar unos Juegos Olímpicos de invierno al Pirineo se la juega en marzo. Será entonces cuando la Comisión de Futuras Sedes del Comité Olímpico Internacional elija a las candidatas a albergar la cita. La Comisión Técnica de la candidatura para los Juegos de Invierno 2030 Pirineus-Barcelona-Zaragoza –ese es su nombre provisional– ha intensificado su trabajo en las últimas fechas para presentar el proyecto técnico en el mes de marzo. Sapporo (Japón), Salt Lake City (EEUU) y Calgary (Canadá) se presumen como rivales.

Aragón ha intentado en muchas ocasiones ser sede olímpica, siempre con la negativa final del COI. La diferencia en esta ocasión es la unión de los diferentes gobiernos y entidades que deben implicarse. Principalmente, la del Gobierno de Aragón y la Generalitat de Cataluña que, finalmente, van de la mano junto a las comarcas y localidades de los Pirineos. También cuenta con la implicación máxima del COE en la figura de su presidente, Alejandro Blanco.

«Todo el mundo conoce la situación política que estamos atravesando, pero con esta candidatura hemos conseguido sentar a la mesa a Cataluña, Aragón y España. Ha costado mucho llegar hasta aquí, pero lo hemos conseguido», señaló Blanco en una visita a Zaragoza durante el mes de noviembre. A su juicio ese debe ser el elemento diferenciador de la candidatura española con respecto al resto. «Si es así, los Juegos saldrán, sin ninguna duda», aseguró Blanco.