El 2022 será decisivo para el devenir de la economía aragonesa. Al parón de la actividad sufrido por el covid en los primeros compases del 2020 se ha sumado la crisis de los microchips, el incremento de los precios de la energía, el retraso en la tramitación de los fondos europeos y un escenario volátil e incierto que ha enfriado las expectativas y el apetito inversor de las empresas en el año que acaba de terminar. Sin embargo, hay motivos para la esperanza. Muchos. 

La premisa básica para que la economía comience a salir del bache es que la pandemia se esfume lo antes posible, algo que, según los expertos, parece probable en este 2022. Si esto sucede, Aragón puede adentrarse en una etapa prometedora, que estará condicionada por varios factores: su capacidad para impulsar la economía digital, una apuesta decidida por el vehículo eléctrico, el refuerzo de su posición como potencia en la generación de energías renovables, la implantación de la economía circular en los procesos productivos de las empresas, una formación acorde con las exigencias del mercado laboral y la eficiencia en la gestión de los fondos europeos que llegarán a la comunidad. Todo ello será determinante para conocer qué papel juega Aragón en los próximos años. Eso, sin olvidar cómo quedará la foto fija de la financiación autonómica, que será uno de los caballos de batalla este año y determinará el reparto de los recursos públicos.

El escenario que dibuje Aragón en el corto y medio plazo estará, por tanto, condicionado por la gestión de los recursos económicos y las oportunidades que brindará la era postcovid. Pero también por cómo evolucionan la crisis de los microchips y los precios, lo que determinará la evolución de las exportaciones --factor clave en el crecimiento del PIB aragonés-- y la competitividad de las empresas.

La fábrica de baterías

Aragón quiere lanzarse a la conquista de una nueva era, pero el primer examen que deberá superar es el del coche eléctrico. El Gobierno ha activado hace solo unos días el plan industrial más ambicioso para el sector del automóvil en España de los últimos 50 años: el PERTE para el desarrollo del vehículos eléctrico y conectado. El programa de ayudas roza los 3.000 millones y suma inversiones por valor de 12.000 millones. Se trata del pistoletazo de salida a una carrera vital, en la que Aragón deberá presentar propuestas y proyectos que garanticen el futuro de la automoción. La gran esperanza es que pueda albergar una fábrica de baterías, un sueño al que también aspiran Cataluña, Extremadura y la Comunidad Valenciana. El reto es mayúsculo pero el botín también. De forma paralela, la digitalización de los procesos productivos y su éxito condicionarán el mañana de la industria, un sector que representa un 23% del Producto Interior Bruto (PIB) y sobre el que se asienta gran parte de la espina dorsal de la economía y el empleo en Aragón.

La falta de semiconductores ha obligado a parar la planta de Stellantis en Figueruelas desde que comenzó el año. | JAIME GALINDO J. H. P.

Otro de los grandes protagonistas del año que ahora comienza será Amazon. La multinacional podrá en marcha sus tres centros de datos en Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y Huesca, en lo que será un hito en la historia económica de Aragón. El gigante mundial también tiene importantes planes logísticos en la comunidad. Además de la estación logística en Plaza para el reparto de última milla, la firma prevé abrir un centro de 52.000 metros cuadrados de superficie en el tercer trimestre de 2022 para recibir los productos de los proveedores de la compañía y su posterior redistribución por su red de almacenes de toda Europa. El segundo complejo, con sede en La Muela, tendrá más de 36.000 metros cuadrados, centralizará las devoluciones de pedidos del sur del continente y sumará 1.500 empleados. 

Automóvil, logística...

El automóvil y la logística serán, por tanto, dos puntales en la evolución del PIB aragonés. El tercero será la agroalimentación sobre la que pivotan inversiones millonarias, principalmente ligadas al sector porcino, con el proyecto de BonÁrea en Epila (4.000 empleos ) como principal referente, entre muchos otros. 

El sector sanitario y biotecnológico también se ha convertido en uno de los nichos de inversión para Aragón. Certest Biotech, con inversiones por valor 100 millones en su planta de San Mateo de Gállego, y Becton Dickinson, que desembolsará 200 millones en su nueva factoría de Zaragoza, serán las cabezas tractoras de un sector que promete alegrías en el 2022.

Inversiones en el territorio

Te puede interesar:

Otro foco de atención estará puesto en qué efectos tendrá el convenio de Transición Justa en Aragón y cuáles serán sus consecuencias para la comarca de Andorra, que anhela que las inversiones comiencen a llegar. El Ministerio ya ha publicado las bases y la convocatoria para la subasta de 1.200 megawatios de renovables, que supondrá mil millones de inversión. Lo positivo es que el ganador de la puja --entre los que figura Endesa y suenan Forestalia y EDP--, tendrá que desarrollar proyectos que aporten valor al territorio. Dentro del mismo sector, Aragón tiene en cartera decenas de proyectos vinculados con las renovables, aunque algunos de ellos han despertado el malestar en algunas comarcas aragonesas por su impacto paisajístico y en el turismo.

Las expectativas son muchas, pero todo dependerá de los avatares del covid y de quién sabe qué más. Crucemos los dedos.