Con la pandemia en alza y un escenario incierto tanto en lo sanitario como en lo económico, 2022 se presenta plagado de interrogantes que se tendrán que ir despejando irremediablemente a lo largo del año . El covid ha condicionado la actividad política, económica y social y todos los gobiernos han tenido que rehacer sus planes, sus proyectos y estrategias para adaptarlos a los embates de la pandemia más virulenta del último siglo. Existe cierta unanimidad científica en considerar que a pesar de la explosión de casos, la mutación del coronavirus podría indicar que estamos más cerca del fin de la pandemia, pero de momento todavía faltan tiempos duros en los que todos los esfuerzos irán dirigidos a combatir su impacto.

Teruel Existe y plataformas afines entrarán en el escenario político aragonés.

Aragón es un buen ejemplo de cómo se han tenido que rehacer todos los planes. El Ejecutivo autonómico, los ayuntamientos, los partidos, y los ciudadanos han cambiado su prioridades y han incrementado su preocupación por la recuperación social y económica, que en 2022 será la absoluta prioridad, en un ejercicio sin grandes proyectos legislativos pendientes y cuyo máximo desafío será aprobar los presupuestos para 2023 sin sobresaltos.

Posible ubicación del nuevo estadio.

El cuatripartito que sostiene al Gobierno de Aragón volverá a tender la mano este año a la oposición para que se desarrolle la Estrategia Aragonesa para la Recuperación Social y Económica. Este acuerdo, que suscribieron todos los partidos políticos salvo Vox y los agentes sociales, se firmó en junio de 2020 y aunque la intención del Ejecutivo es mantenerlo y ampliarlo, ahora mismo es prácticamente papel mojado. Tanto el PP como IU, que lo respaldaron, han mostrado sus recelos por su lento desarrollo, lo dan por muerto y parece complicado que se sumen de nuevo a una actualización o redacción del pacto en el que ha centrado toda su fortaleza el Gobierno aragonés. Y mucho menos lo harán en un año en el que todos los partidos comenzarán a enconar sus posturas dada la cercanía de las convocatorias electorales de 2023.

El Consejo de Política Fiscal y Financiera abordará la reforma del sistema de financiación.

Será este año el momento de designar candidatos para las principales instituciones aragonesas. Y ahí comienzan a abrirse incógnitas que se irán resolviendo en el segundo semestre.

Salvo que él decida lo contrario por razones personales, todo apunta a que Javier Lambán querrá capitalizar su indiscutible liderazgo entre los cuadros socialistas y optará a una tercera reelección a la Presidencia de Aragón. En el caso de que no se presentara se produciría una batalla interna más dura en la que se abriría el abanico de opciones. Mayte Pérez es la opción preferida por la dirección actual, y ahí está Pilar Alegría, si bien su puesto en el Ministerio de Educación podría provocar que la que en principio iba a ser una candidata para Aragón optara por continuar su carrera en Madrid. Hoy por hoy, y sin descartar otros posibles candidatos agazapados, nadie en el PSOE quiere pensar en un escenario de primarias con dos perfiles políticos tan relevantes que podrían abrir heridas aparentemente cerradas en el congreso de noviembre.

Quién será el candidato del PP es otra de las grandes incógnitas que deberá despejar la formación conservadora. El propio Pablo Casado ya dijo públicamente que Jorge Azcón sería un gran presidente de Aragón, lo cual le cerraba la puerta al consistorio de Zaragoza y le abría la del Pignatelli. Azcón luego matizó a Casado, pero lo cierto es que el actual alcalde de la capital aragonesa es la opción preferida por Génova para aspirar a la Presidencia de Aragón. En cualquier caso, los populares tardarán unos meses en tomar una decisión que dependerá en gran parte de las opciones que les den las encuestas, toda vez que en el consistorio son mayoritarias las que les augura un auge que les acerca a una cómoda mayoría. De este modo, los procesos internos en el PSOE y el PP para elegir a sus respectivos candidatos a ambas instituciones tendrán ocupados y preocupados a ambos partidos.

Otro aspecto que será determinante es si la izquierda confluye en una sola candidatura, lo que le permitiría optar con mejores perspectivas a las elecciones de 2023. Hay conversaciones, que se intensificarán en los próximos meses. Y buena voluntad por parte de todos los movimientos progresistas para no incurrir en los mismos fallos que impidieron la confluencia en 2019. En cualquier caso, la oposición crítica de IU en las Cortes, donde los principios fundacionales de Podemos están desdibujados al formar parte del cuatripartito, dificulta más la confluencia que en los ayuntamientos, si bien también en la política local es todavía incipiente el acercamiento.

El proceso interno del PAR

Ciudadanos y el PAR deberán asumir complejos procesos internos y un reposicionamiento ideológico complicado, que además se complicará con posibles deserciones. Ambas formaciones están en el punto de mira de otros partidos, especialmente el PP, de tratar de absorber parte de sus votantes. Se prevén meses intensos en ambas formaciones que tratarán de evitar la fuga de votos y cargos a otras formaciones. En el PAR, además, el sector crítico que aglutinó casi la mitad de los votos en el congreso que perdieron se seguirá reorganizando.

En CHA nadie discute que José Luis Soro repetirá y aunque hay una tendencia demoscópica que confirma que Vox se está estancando en torno al 12% y el 15% de los apoyos electorales, la formación ultraderechista se ha consolidad institucionalmente y está buscando candidaturas con nombres de relieve en determinados sectores que, en una comunidad autónoma sin mayorías claras, lo pueden convertir en una pieza clave para que el PP vuelva a las instituciones, algo que implicará una radicalización del discurso de la formación popular que contrasta con la continua apelación a la moderación y la transversalidad de su adversario Javier Lambán. El presidente aragonés insistirá en esa línea de discurso para captar un votante alejado de la izquierda que puede ver en su perfil moderado un buen candidato, por encima de siglas.

La despoblación

No será la única línea discursiva de un presidente cuyo partido tiene motivos de preocupación con la irrupción de las plataformas creadas al albur de las reivindicaciones de los territorios despoblados. Teruel Existe, seguirá abandonando su posición como plataforma transversal para acentuar su consolidación como partido político, que tendrá réplicas en todas las comarcas y provincias aragonesas y que, directa o indirectamente, condicionarán el debate político de la comunidad autónoma y los movimientos del resto de partidos, que ven en este fenómeno un adversario que puede resultar decisivo en la conformación de mayorías.

La despoblación volverá a ser uno de los ejes centrales de la política, en un momento en el que los votos de las zonas menos habitadas han cobrado una relevancia electoral impensable hace unos años. Y la despoblación volverá a estar presente en los debates sobre la financiación. Este año tiene que ser determinante para aprobar un sistema de financiación autonómica que compense el encarecimiento de los servicios públicos en las zonas poco pobladas. Hay ya una propuesta por parte del Ministerio de Hacienda que mejora sustancialmente las pretensiones de comunidades como Aragón, y en los próximos meses se tendrá que aprobar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera ese nuevo modelo. Será una negociación compleja y larga, que ya va con años de retraso, pero que no se puede dilatar más en el tiempo.

Las relaciones bilaterales cobrarán gran importancia en un año en el que las elecciones de Castilla y León y Andalucía serán un termómetro que mirarán de reojo todos los partidos y, por supuesto, el Gobierno central. Dentro de ese marco de cooperación institucional, el desbloqueo de las relaciones entre Aragón y Cataluña será otro de los hitos del año. Está programada para este mismo mes una reunión entre los presidentes de ambas comunidades y paralelamente se han intensificado las relaciones a dos bandas, principalmente entre los agentes económicos que, si bien nunca han dejado de colaborar, ahora tienen un diálogo más fluido indispensable para abordar muchas cuestiones clave para ambas comunidades autónomas.

La llegada a la política autonómica del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, influirá indirectamente en la vida política de la ciudad, ya que la oposición no aprovechará ningún momento para incidir en la actividad dual del alcalde, quien a su vez redoblará su perfil político ante la visibilidad que le otorgan dos responsabilidades tan importantes. El equipo de Gobierno PP-Cs centrará sus esfuerzos en rematar los escasos proyectos puestos en marcha e incrementar la ejecución de los mismos, al tiempo que el efecto de la crisis en Ciudadanos también tendrá su repercusión interna en la que habrá que ver si se produce alguna posible integración en el PP, dado que todos los miembros del equipo de Gobierno se han entendido bien.

Azcón ya ha indicado varias veces que su intención es agotar el mandato corporativo poniendo la primera piedra en la nueva Romareda, que no será en la ubicación actual del estadio y todo indica que será en el entorno de Miraflores. Para ello, el debate sobre la construcción del campo de fútbol se intensificará. Es más que probable que se puedan descolgar del consenso las formaciones de izquierdas que estarán atentas para que no se produzca ningún movimiento urbanístico especulativo. Pero la aparente unanimidad entre el PSOE y el PP harán que tras 20 años de proyectos fallidos, se avance en uno de los planes estratégicos de Azcón.

En una legislatura tan atípica, en la que el debate político ha estado tan condicionado por la pandemia, la necesidad de insuflar fondos adicionales para combatir el impacto en la economía y la gestión de los fondos europeos serán determinantes. Evitar males mayores como consecuencia del covid hará que este 2022 sea el que se intente poner fin a la crisis, aunque para ello antes tenga que acabar la propia pandemia.